Los servicios sociales dan
un margen a Antonia, la abuela que se niega a entregar en acogida a su
nieto en Valencia
El niño de siete años debía haber
ingresar el lunes en un centro por orden de la Consejería de Igualdad e
Inclusión Social, que intervendrá en el ámbito familiar
Ferran Bono
Valencia, 5 de agosto 2020
El lunes, el día marcado para la
entrega, hubo una concentración vecinal frente al Ayuntamiento de la
población contra la entrega del niño y a favor que se mantuviese al lado
de sus abuelos, Antonia y Manolo. Estos se hicieron cargo del menor
cuando fue declarado en situación de desamparo y quedó bajo
la tutela de la Generalitat valenciana por el abandono del hogar por
parte de la madre y por la incapacidad del padre. La Generalitat les fue
concediendo prórrogas temporales para su guarda y custodia hasta el
pasado junio, cuando consideró que lo mejor para el menor era su ingreso
en un centro especializado. “La situación familiar es muy compleja y
repercute negativamente en el niño y en su desarrollo y comportamiento”,
señalaron desde Servicios Sociales a este periódico.
Esta tarde, fuentes de la
Consejería que dirige la vicepresidenta valenciana, Mónica Oltra, han
indicado que los profesionales de los Servicios Sociales trabajarán con
Antonia, su familia y el niño en el ámbito doméstico para mejorar el
cuidado y la educación del menor por un tiempo indeterminado que podría
ser de varias semanas. “Se ha abierto un proceso con el único fin de
evitar más traumas al niño y para hacer ver también a sus familiares que
se quiere lo mejor para él y la colaboración de todos”, apunta las
mismas fuentes. También se pretende que los abuelos conozcan bien el
centro de acogida de Les Palmeretes, que podrán visitar a menudo, y el
trabajo de sus profesionales. Antonia se quejaba la pasada semana de que
nadie le había dicho “ni las mudas” ni los juguetes que se debía
llevarse consigo el niño al centro.
En la entrevista con este
periódico, Antonia se mostró consciente de los problemas del menor. Pero
insistió en que ha mejorado mucho, que ya no se muestra agresivo, que su
rebeldía tenía que ver con el cambio de su querida profesora, y que ya
controla sus necesidades fisiológicas, entre otras cuestiones. Exhibió
un informe del colegio que reconoce que en el programa de modificación
de conducta al que se había apuntado justo antes de estallar la pandemia
obtuvo resultados “moderadamente optimistas”. En una de las resoluciones
de la Generalitat se indica que “la diferencia generacional puede
perjudicar el buen desarrollo del acogimiento”. Ella asegura que está
muy bien de salud y recuerda el gran número de abuelas que se hacen
cargo de sus nietos, ahora y antes. Problemas de diversa índole impiden
o dificultan que alguno de sus cuatro hijos de Antonia se quede con la
custodia del niño. En la casa familiar solo vive uno de los hijos, pero
no el padre del menor que no puede convivir con él. Se ha recuperado del
brote psicótico, según un informe psicológico que esgrime Antonia.
Desde Servicios Sociales se
insistió la semana pasada en que “las decisiones se adoptan siempre
pensando única y exclusivamente en el interés superior del menor. En
este caso se ha valorado especialmente la situación del entorno para el
que actualmente no existe informe de idoneidad. La situación familiar es
muy compleja y repercute negativamente en el niño y en su desarrollo y
comportamiento. La actual responsable de su tutela no es consciente de
que el problema está en el ambiente familiar y en la gestión de las
emociones y el comportamiento del niño y se observa que no se siguen las
indicaciones dadas por los técnicos de servicios sociales”, señalaron.