Se separa a las hijas de sus madres por cuestión de protocolo, un
eufemismo que disfraza "por cuestión de inhumanidad", cantemos que un niño ha
nacido hace dos mil años y condenemos a los que nacen ahora.
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Público
https://www.publico.es/sociedad/melilla-hospital-melilla-calabozos-peores-horas-madres-marroquies-hijas-enfermedades-cronicas.html
Del hospital de Melilla a los calabozos: las peores horas de dos madres
marroquíes y sus hijas con enfermedades crónicas
Cruzaron la frontera con las niñas, que padecen
cáncer e hidrocefalia, con la esperanza de que las sometieran a tratamientos
médicos. Lejos de conseguirlo, fueron separadas de las menores, de las que
se hicieron cargo los servicios sociales durante 48 horas.

Las madres y sus hijas en un hostal de Melilla.-
IRENE QUIRANTE
melilla
19/12/2018 23:00
irene quirante
*Los nombres de las madres y sus hijas son
ficticios para proteger la identidad de las protagonistas
Farah tiene un año y
cuatro meses y padece un cáncer de riñón. Asisa, de tres años y un
mes, sufre encefalopatía crónica grave e hidrocefalia. Las
vidas de estas dos pequeñas de origen marroquí se cruzaron en el Hospital
Comarcal de Melilla, donde sus madres, Nadia y Sumia, permanecían desde el
miércoles y el jueves de la semana pasada, respectivamente, con la esperanza
de que recibieran los tratamientos que necesitan. Este fue el motivo que las
llevó a cruzar la frontera, pero las niñas solo fueron atendidas en
Urgencias, único servicio al que tienen derecho las personas extranjeras que
no tienen regularizada su situación. Las dos mujeres se negaban a abandonar
el hospital sin que los sanitarios prestasen una mayor atención a sus hijas,
hasta que en la noche del sábado quedaron detenidas por la Policía y las
separaron de las niñas, que fueron derivadas a los servicios sociales.
"Vinimos para poner a
salvo la vida de nuestras hijas, porque estamos desesperadas y no
tienen opciones en Marruecos, y nos han tratado como si fuésemos
criminales”. Lo cuenta Nadia mientras amamanta a su bebé lactante, sentada
en una cama, en un hostal de la ciudad autónoma. La conversación con Público tiene
lugar apenas unas horas después de que las madres consiguieran recuperar a
sus hijas, el mediodía del martes, tras dos días de angustia y lágrimas a
causa del alejamiento. En la misma habitación se encuentra Sumia, que
acurruca a su pequeña en brazos intentando que deje de sollozar. “Nosotras
no entendíamos nada de lo que estaba pasando, llegamos a pensar que no
nos iban a devolver a nuestras hijas”, dice esta última.
“Mi bebé necesita una operación en el riñón, pero no
tengo dinero para pagarla”
Las dos madres llegaron a
Melilla con la seguridad de que no podrían hacer nada más por sus niñas en
Marruecos. “Mi bebé necesita una operación en el riñón, pero no tengo dinero
para pagarla”, lamenta Nadia, quien teme que el cáncer siga avanzando por el
pequeño cuerpo de Farah hasta que ya no se pueda hacer nada por ella. Los
médicos de su país, después de semanas de pruebas, le diagnosticaron el
tumor hace cinco meses. Según cuenta su madre, le han dicho que el único
hospital marroquí en el que podrían operar a su bebé está en Rabat, pero la
familia no tiene recursos para hacer frente al pago.
En el caso de Asisa, la
hija de Sumia, sufre una hidrocefalia drenada desde su décimo día de vida.
Actualmente, según se recoge en varios partes médicos a los que ha tenido
acceso Público, la niña de tres años padece gran retraso en las
adquisiciones psicomotricidades, enanismo y dismorfia facial. En uno de los
certificados de la pequeña, emitido en septiembre por una clínica privada de
Melilla, se recomienda que le realicen una Tomografía Computarizada (TC)
cerebral para comprobar los posibles daños que puedan afectar a su sistema
nervioso. Además, en el mismo documento se señala que Asisa que debe ser
valorada por un neurocirujano para que determine si necesita de una
intervención quirúrgica.
De la frontera al
calabozo
La detención de Nadia y
Sumia en la noche del sábado se produjo tras varias llamadas de atención por
parte del personal del hospital melillense, según relatan las dos mujeres,
ya que ellas se negaban a abandonar la sala de espera de Urgencias hasta que
hicieran algo más por las niñas. “Nos decían que no estábamos en un hotel,
que nos fuésemos, que no podían hacer nada más por ellas”, sostienen.
“Nos decían que no estábamos en un hotel, que nos
fuésemos de Urgencias"
Desde el Instituto
Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), del que depende el Hospital
Comarcal, aseguran que no tiene constancia de que esto sucediera así ni de
que se produjeran este tipo de comentarios. Las mismas fuentes insisten en
que ninguna de las dos menores quedó ingresada tras pasar por el servicio
de Urgencias, como pretendían las madres, porque, pese a que padecen
enfermedades crónicas, no mostraban una patología grave que precisara de una
intervención urgente.
Por otro lado, fuentes de
la Consejería de Seguridad Ciudadana de Melilla, al mando la Policía Local,
confirmaron que los agentes intervinieron en el arresto de Nadia y Sumia
debido a que “se negaron a abandonar el hospital tras los requerimientos del
personal sanitario”. Supuestamente, las madres incurrieron con su conducta
en “desobediencia grave a la autoridad”.
"Estábamos dormidas en la
sala de espera, con nuestras niñas, cuando llegó la Policía Local y nos dijo
que nos teníamos que ir”, recapitula Sumia, mientras Nadia escucha y
asiente. Según las madres, empezaron a llorar y a suplicar a los agentes que
las dejasen estar allí por sus hijas, pero no consiguieron que les hicieran
caso. “Nos engañaron diciéndonos que nos iban a llevar a un hotel, aunque
les respondíamos que no queríamos ir”, exponen. Casi a rastras, según la
versión de las madres, acabaron entrando en el furgón policial. Cuando les
abrieron la puerta se encontraban junto a la frontera.
La histeria y la
desesperación de las dos mujeres fue a más y se negaron a bajar del coche
policial. “Nosotras llorábamos, nuestras hijas lloraban, y los agentes solo
nos indicaban que nos teníamos que ir”, rememoran las Sumia y Nadia. “Les
señalábamos a nuestras hijas para que entendieran que no nos podíamos
marchar porque están enfermas y pueden morir”, agregan. Finalmente, ante la
negativa de las mujeres a cruzar la frontera y regresar a Marruecos, fueron
conducidas a la Jefatura Superior de Policía Nacional. Según cuentan, les
arrancaron a sus hijas de los brazos, mientras ellas se resistían a la
separación, y terminaron pasando una de las noches más negras que
recuerdan en los calabozos.
Nadia y Sumia,
instantes después de reencontrarse con sus hijas, en el centro
asistencial La Gota de Leche de Melilla.- CEDIDA
Separar a las niñas
de sus madres
Las pequeñas Farah y
Asisa fueron trasladadas esa madrugada al Centro Asistencial Gota de Leche.
En declaraciones a los medios locales, el consejero de Bienestar Social de
Melilla, Daniel Ventura, aclaró que en ningún caso se retiró la
tutela de las niñas, sino que se siguió el protocolo indicado para
garantizar la guarda de las menores debido a que sus madres quedaron
detenidas. Según resumió Ventura lo que ocurrió es que las mujeres
“montaron este pollo” en el hospital por estar “mal asesoradas”, sin
especificar por quién. Aun así, admitió que, a su parecer, tanto Nadia como
Sumia actuaron “de buena fe” para intentar que sus hijas con enfermedades
crónicas se curasen.
Una ONG ha puesto el caso en conocimiento del
Defensor del Pueblo
Desde Médicos del Mundo
señalan que es del todo “inaceptable” que se separe a dos madres de sus
hijas y de tan corta edad, siendo una de ellas lactante. La asociación,
junto a la Red Acoge, se encargó de mediar para que las niñas regresaran lo
antes posible junto a Nadia y Sumia, a las que acompañaron durante todo el
proceso. Según confirmó la ONG a Público, ha puesto el caso en
conocimiento de la Defensoría del Pueblo para que adopte algún tipo de
medidas.
La separación de las
pequeñas y la detención de las madres también despertó la indignación del
partido Coalición por Melilla (CpM, que denunció los hechos públicamente en
los medios locales en la tarde del lunes, asegurando que se había producido
un “secuestro” de dos menores gravemente enfermas. Por ello, anunció
que pondría sus servicios jurídicos a disposición de Nadia y Sumia, quienes pretenden
denunciar el trato recibido desde la noche del sábado. Además, esta
formación local, que es el principal partido de la oposición en la ciudad
autónoma, manifestó que pondría los hechos en conocimiento de la Fiscalía
del Menor para que investigase lo sucedido.
Entre la esperanza
y la agonía
Ahora mismo el futuro
de Farah y Asisa es muy incierto. Este diario, a través de fuentes
solventes, ha podido saber que se están realizando los trámites pertinentes
para que, mediante un salvoconducto, la pequeña con cáncer de riñón pueda
viajar próximamente a Málaga para ser asistida. La otra menor, por el
momento, no ha tenido esa suerte, y Nadia se niega a regresar a Marruecos
sin lograr progresos en la enfermedad de su hija. Agotada, cuenta que a la
niña cada vez le dan más ataques y que ha perdido buena parte de la vista.
"No puedo quedarme de brazos cruzados esperando a que
se muera"
“Lo único que quiero es
que se recupere, y no puedo quedarme de brazos cruzados esperando a que se
muera”, declara la mujer. Esta madre marroquí asegura que seguirá luchando y
llamando a todas las puertas, a pesar del rechazo, mientras siga habiendo un
mínimo de esperanza para su pequeña.
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