Denuncian experimentos de
vacunas en hijos de madres solteras en Irlanda en la década del 70
Unos 80 niños enfermaron a mediados de los años
1970 después de que se les administraran una vacuna para ganado mientras eran
usados para probar otras.
por AFP -
09/06/2014

© EFE
Investigadores revisan el terreno donde están enterrados 800 niños en un fosa
común que vivieron en el convento de Tuam, en Irlanda.
Los centros católicos de Irlanda donde
se recluía a las madres solteras y a sus hijos permitieron que se
experimentaran nuevas vacunas en los niños, según una nueva denuncia que
este lunes añadió más polémica al papel de estas instituciones.
Ochenta niños se pusieron enfermos a
mediados de los años 1970 después de que se les administrase accidentalmente
una vacuna para ganado mientras eran usados para probar otras, denunció la
emisora de radio irlandesa Newstalk.
La denuncia aparece poco
después de que se revelara que
hasta 800 niños fueron enterrados, sin ataúd o lápida, en una fosa común junto
al convento Santa María, en Tuam, en el condado de Galway (oeste).
La historiadora
Catherine Corless llegó a esta conclusión al descubrir que casi ninguno
de los niños que morían en el convento -de desnutrición o enfermedades
infecciosas, por ejemplo- fue enterrado en el cementerio local y que, en
cambio, había una fosa común al lado del convento, hoy ya desaparecido.
Estos centros "madre e hijo", como se
les conocía, servían para esconder de la mirada pública de la sociedad
católica y conservadora a las mujeres que habían quedado embarazadas sin
casarse.
Se sospecha que la
situación de Tuam no era excepcional y el gobierno irlandés ordenó abrir una
investigación preliminar cuyos resultados se conocerán a finales de mes.
El arzobispo de Dublín,
Diarmuid Martin, pidió la creación
de una comisión judicial sin representantes de la Iglesia para investigar las
acusaciones.
Una religiosa del centro Bessborough,
en el condado de Cork (sur), uno de los acusados de permitir experimentos,
aseguró que se solicitaba el permiso de las madres.
"El doctor llegaba y preguntaba si podía
llevar a cabo este experimento, y entonces las madres traían a los niños",
dijo la hermana Sarto a Newstalk.
"No podían hacerlo sin el permiso de la
madre", agregó. "Nos asegurábamos de que no se producían efectos
indeseados. Nadie murió y nadie sufrió consecuencias duraderas".
La multinacional
farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) reveló información sobre estos
experimentos tras fusionarse, hace 20 años, con los laboratorios que los
llevaron a cabo.
GSK, que no participó de
ninguna manera en los experimentos, dijo a la AFP que cooperaría "plenamente"
con cualquier investigación.