El nuevo Gobierno italiano impulsa al movimiento
antivacunas con su desconfianza en la inmunización
La ministra de Sanidad anula la obligación de los
padres de demostrar en los colegios públicos que sus hijos están vacunados
"Desgraciadamente, es un hecho que Italia tiene una
cobertura contra el sarampión similar a la de Namibia", dice un profesor de
Microbiología
La ministra de Sanidad, Giulia Grillo, en una
visita a un hospital de Nápoles el 10 de julio. Fabio
Sasso / Zuma Press
Ivan Zaytsev, jugador de voleibol en la selección
nacional italiana y medallista olímpico, no pensaba en hacer una
declaración política cuando la semana pasada subió a las redes sociales
una foto junto a su hija, recién vacunada. Sólo quería celebrar la
valentía de la niña, de siete meses, pero en cuestión de segundos los
activistas contra las vacunas se lanzaron sobre él. Entre otros ataques,
lo acusaron de recibir dinero de las compañías farmacéuticas y hasta le
escribieron escalofriantes mensajes deseando que su hija sufriera
una enfermedad.
"Quería compartir este momento como padre,
tranquilizar a otros padres y felicitar a mi hija, que sonrió durante todo
el proceso", dijo a The Guardian Zaytsev, que también es padre de un niño.
"Entiendo que soy una figura pública y que tenga consecuencias todo lo que
hago, pero esto no me lo esperaba. Una cosa es si va contra mí, pero
cuando le desean enfermedad a tus hijos te enfadas mucho".
Aunque Zaytsev no haya denunciado el caso, la
PolTel (un cuerpo de policía italiano especializado en delitos por
Internet) está tratando de localizar a los autores. El año pasado cerraron
una página de Facebook que organizaba "fiestas del sarampión" en la que el
objetivo era que los padres expusieran a sus hijos a la enfermedad con la
intención de inmunizarlos de forma natural.
El pequeño pero agresivo movimiento antivacunas ha
ganado fuerza en Italia con la llegada al poder de un Gobierno de
coalición que no cree en las inyecciones. A pocos días de la publicación
de la foto de Zaytsev, la ministra de Sanidad, Giulia Grillo, dijo que los
padres ya no debían mostrar en las escuelas el certificado médico
que prueba que sus hijos se han vacunado.
La predecesora de Grillo, Beatrice Lorenzin, había
impulsado la ley de julio de 2017 que convirtió en obligatorias 10 vacunas
para los niños en los colegios públicos. El nuevo Gobierno está debatiendo
la revisión de esa ley. Mientras tanto, Grillo ha dicho que decidieron
eliminar el requisito del certificado para estimular la inclusión escolar
y simplificar las reglas para los padres.
La ley de Lorenzin se había promulgado con el
objetivo de aumentar el porcentaje de niños vacunados en medio de un
aumento en los casos de sarampión en el país. El año pasado, Italia
registró 4.885 casos de esta enfermedad altamente contagiosa. Dentro de la
Unión Europea, sólo Rumanía tuvo datos peores. Este año, ya se han
registrado 1.700 casos, de los que cuatro han sido mortales.
Viendo que los casos de sarampión en el Reino
Unido se
multiplicaban por cinco, los médicos británicos aconsejaron a sus
pacientes que tomaran precauciones cuando viajen a países con coberturas
bajas de vacunación, como Italia.
Como dijo Roberto Burioni, profesor de
Microbiología y Virología en la Universidad Vita-Salute San Raffaele de
Milán, "desgraciadamente, es un hecho que Italia tiene una cobertura
contra el sarampión similar a la de Namibia". "Así que objetivamente los
que vienen a nuestro país están en riesgo de contraer el sarampión".
Giulia Grillo forma parte del Movimiento Cinco
Estrellas (M5S). Beppe Grillo (sin parentesco entre ellos), su fundador,
ha dicho en otras ocasiones que las vacunas pueden ser tan peligrosas como
las enfermedades contra las que protegen. En 2015, el partido propuso una
ley contra la vacunación y habló de una "relación entre las vacunas y
enfermedades específicas como la leucemia, el envenenamiento, la
inflamación, la inmunodepresión, las mutaciones genéticas hereditarias, el
cáncer, el autismo y las alergias".
Antes de las elecciones de marzo, el M5S cambió
ligeramente de discurso. El líder del partido, Luigi Di Maio, dijo que no
se oponía a la vacunación sino a que los padres fueran obligados a poner
inyecciones a sus hijos. Giulia Grillo, que está embarazada de su primer
hijo, dijo hace una semana que vacunará a su bebé.
La Liga, el partido que gobierna en la coalición
junto al M5S, podría determinar la resolución del debate. Su líder y
viceprimer ministro, Matteo Salvini, ha dicho que el requisito de las diez
vacunas es "demasiado".
Según Burioni, "es difícil saber qué hará [el
Gobierno] porque dentro del M5S hay posiciones diferentes: algunas cerca
de los postulados científicos, otras en contra. La Liga no me permite ser
muy optimista, pero sería prematuro juzgarlos antes de que hayan hecho
nada".
La conexión falsa con el autismo
Lo que piensan los italianos sobre la seguridad de
las vacunas tiene mucho que ver con unas afirmaciones, ya desacreditadas,
que vinculaban al autismo con una vacuna combinada contra el sarampión,
las paperas y la rubéola (la SPR). Se escucharon durante un muy conocido
caso de 2012 en el que un tribunal de Rimini otorgó una indemnización a la
familia de un niño autista tras considerar que el autismo había sido
causado, con mucha probabilidad, por la triple vacuna viral. La sentencia
fue recurrida y anulada tres años más tarde.
La poca cobertura de vacunas en Italia también
tiene que ver con la desconfianza hacia los políticos y los expertos.
Según Giovanni Orsina, profesor de Ciencia Política en la Universidad
Luiss de Roma, "hay una crisis de confianza en las élites, en todas. Por
eso, si un médico dice ‘hay que vacunar a su hijo’, no lo ven como a
alguien capacitado sino como a alguien que recibe dinero de las compañías
que venden vacunas".
Orsina cree que el tema de la obligatoriedad
ocupará el centro del debate político pero el Gobierno no se acercará
demasiado a la postura de los activistas antivacunas. "Harán algo, pero no
demasiado", dijo.