El parto es nuestro
En el
hospital universitario La Paz de Madrid, los padres podrán estar en las
UCIs con sus hijos ... en teoría.
A raíz
de nuestra denuncia de la semana pasada, sobre la situación en la UCI pediátrica
del Hospital de León, queremos compartir hoy otro testimonio de unos
padres que relatan la experiencia que vivieron en la Unidad de Anestesia
y Reanimación Pediátrica y la UCI pediátrica del Hospital de La Paz, en
Madrid. Su relato lo publicaron el día después de que
el Consejo Interterritorial acordó la apertura de las Unidades
Neonatales y Pediátricas en toda España. Un acuerdo que de momento solo
figura sobre papel.
No es todo oro que
reluce.
Fuente:
Blog La Familia Garrapata, 24 de Julio de 2013.

Y es
que tenemos una buena noticia: ayer el
Consejo Interterritorial de Sanidad aprobó que las UCIs pediátricas
estén abiertas 24 horas para que los padres puedan estar con sus
hijos. Por fin se tendrá que aplicar algo tan evidente y tan necesario
como que los niños enfermos puedan estar con sus padres, y los padres
con sus hijos.
Este es uno de los puntos que recoge la Carta Europea de los
Derechos del Niño de la ONU pero que aún en muchos hospitales
de nuestro país no se contempla, ignorando algo tan conocido como que el
contacto, el apego y la lactancia materna son métodos de comprobada
eficacia para acelerar la recuperación de los niños enfermos. Dice esta
carta europea que los niños tienen derecho a estar acompañados de sus
padres o de quien los sustituya el mayor tiempo posible durante su
permanencia en el hospital, sin obstaculizar la aplicación de los
tratamientos necesarios para el niño. Esto conlleva que los niños pasen
muchas horas solos, se sientan desamparados y que en el caso de los
bebés se dificulte en gran medida el mantenimiento de la lactancia
materna. También se aumenta de modo innecesario el sufrimiento de los
padres que no pueden estar acompañando a sus hijos en esos complicados
momentos.
Mientras, en el hospital de La Paz presumen de respetar los derechos del
niño hospitalizado, y ponen un poster con la Carta Europea de los
Derechos del Niño en cada puerta, e incluso lo publican en su
página web, pero existen aún varias unidades en las que esto no
ocurre. El restrictivo horario de visitas de la "Unidad de Anestesia y
Reanimación Pediátricas" por la que nosotros pasamos, hace que los
padres apenas puedan ver a sus hijos enfermos allí ingresados sólo una
hora y media por la mañana y una hora y media por la tarde. También en
la "Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos" los padres sólo pueden
acceder a estar con sus hijos tres horas por la mañana y tres por la
tarde.
Por
fin, después de mucha presión, varias
campañas, y mucho empeño de muchos padres que hemos sufrido dejando
a nuestros hijos "al otro lado del cerrojo", las puertas se van a abrir.
Por fin. Lo hemos conseguido. Enhorabuena a todos. Porque repercutirá en
todos. En los niños que sufrirán menos, en los padres que sufrirán
menos, y en la sociedad en general que ha dado otro pasito en el camino
de la paz y de la no violencia.
Sin embargo... para mí hoy es un día agridulce... y es que esta noticia,
es buena, pero como siempre... todo depende de cómo se aplique. Las
cosas no cambian de hoy para mañana. Es un paso importante, pero son
muchas mentalidades a cambiar de repente.
Y es
que, casualidades de la vida, resulta que justo hoy ha llegado a mis
manos el historial medico de mi hijo, que recoge todo lo que pasó en
aquellos tres meses que estuvo ingresado. No puedo evitar llorar al leer
algunos comentarios de las enfermeras que cada día hacían sus turnos.
"Pasa la mañana tranquilo
pero todo el tiempo en brazos de sus padres" (¿?¿?¿??), "los
padres dicen que por las noches se pone nervioso" (?¿¿?¿?) así lo
recuerdo yo... mi niño tranquilito todo el día con nosotros... y
mogollón de tensión al tenernos que ir a casa, llantos, estrés nuestro
por dejarlo así, la enfermera que nos anima a irnos como si no pasara
nada, ... "se administra
rivotril por la noche y duerme 5 horas"... joder y si en vez de un
tranquilizante le pusieran a su madre al lado? y ¿si en vez de
interpretar que el niño está intranquilo por las noches entendieran que
los bebés se despiertan cada hora buscando a su madre? y ¿si
comprendieran que los bebés no saben que hasta las tres horas no toca
otra toma de biberón? y ¿si entendieran lo surrealista que es que su
madre está en casa poniendo el despertador cada tres horas para sacarse
leche? 
Pues estas cosas, este
tiempo tan duro, pasaron también nada menos que en una unidad en la
que las puertas ya estaban abiertas 24 h. O sea, que supuestamente
durante al menos esa parte de su ingreso, mi hijo podría haber estado
acompañado todo el día y toda la noche. ¿Pero cúal es la
realidad? La realidad no es una habitación con una cama en la
que acostarse para pasar la noche a su lado. No. La realidad es un box
de 4 x 10 m con paredes de cristal y 8 cunas entre las que se intercalan
8 sillones semireclinables (en total, más o menos un par de metros
cuadrados por familia), con una enfermera que se ríe cuando dices que te
vas a quedar también a la toma de las doce, y que cuando llegas a la
toma de las 9 de la mañana te dice que qué haces aquí tan pronto, y que
no puedes pasar todavía a ver a tu hijo porque están bañando a otro, a
pesar de que las tetas te revientan y le estás oyendo llorar al otro
lado de la puerta. Sí, de esa puerta supuestamente abierta 24 h. O que
te dice que hay que salirse porque va a pasar el médico a hacer la
ronda, como si no pudiera auscultarle estando encima de su madre. La
realidad es un médico que te dice que no lo cojas tanto porque se va a
acostumbrar y luego cuando le operen y no puedas cogerlo va a ser peor.
Esa es la realidad.
Así que nos quedamos con la parte buena, que es el gran paso dado ayer
en la protección de los derechos de los niños y de sus padres, pero aún
no podemos cantar victoria. Queda mucho trabajo todavía. Hay mucho que
cambiar aún. Y es que
no son sólo las puertas... es la mente de muchos la que se tiene que
abrir.
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