Marisa Kohan
Madrid, 11 de febrero 2020
No es ciencia, es ideología y se está aplicando
sin restricciones en la justicia española. Así de rotundos se
mostraron todos los ponentes de las "Jornada
de análisis multidisciplinar del llamado síndrome de alienación
parental", organizada por la Asociación de Mujeres Juezas de
España en colaboración con el Instituto de la Mujer y celebrada en
Madrid. Una cita que congregó a un amplio elenco que incluía a
juristas, fiscales, abogadas, representantes del CGPJ, psicólogas
clínicas y expertas en infancia, sociólogas, forenses y
representantes gubernamentales.
El objetivo de las jornadas: realizar un análisis
desde distintas perspectivas sobre la aplicación de este supuesto
síndrome, una falsa patología que no ha sido reconocida por ninguna
institución médica o psicológica internacional, pero que se utiliza
en procesos judiciales y que tiene como consecuencia la retirada
de la custodia las madres para entregárselas a los padres acusados
de violencia de género o de abusar de sus propios hijos. Entre
la finalidad del debate está el de proponer cambios normativos y
legales que eliminen su aplicación en los tribunales y los servicios
psico-sociales y forenses que utilizan los juzgados.
Un debate que la magistrada del tribunal Superior de
Justicia de Canarias y miembro de la International Association of
Women Judges, Gloria Poyatos, considera "imprescindible en los
tiempos que corren", que se debe hacer con "rigor y desde la
perspectiva de género", puesto que "las actuaciones que se están
justificando con el SAP, se utiliza sobre todo contra las mujeres".
"Nuestras
instituciones no están adaptadas ni preparadas para escuchar a los
menores"
"Nuestras instituciones no están adaptadas ni
preparadas para escuchar a los menores", afirma Carmen del Moral,
responsable de políticas de Infancia de Save the Children. "Debería primar
el bien superior del menor pero este mandato contenido en las leyes
y los tratados internacionales pero no se está aplicando". Esta
experta afirma que "el SAP se ha instaurado como un espacio de
impunidad para el abuso sexual".
En España su uso en la justicia se ha
generalizado, coinciden los expertos, a pesar de que el propio
Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha desaconsejado su uso en
la justicia en reiteradas ocasiones, la última en 2016, incluyéndolo
en su guía
de buenas prácticas contra la violencia de género en 2016. Tal
como afirmó el vocal del la Comisión de Igualdad del Consejo General
del Poder Judicial, el magistrado Gerardo Martínez Tristán, el Poder
Judicial no puede dar instrucciones a los jueces sobre cómo deben
interpretar las normas, lo que sí puede hacer es "formarlos" y así
"orientar su sensibilidad".
Sin embargo, varios de los expertos resaltaron la importancia
de que esta institución actúe como barrera de contención y de
vigilancia para garantizar que esta ideología no se utilice en
la impartición de justicia. Una de las labores podría ser la de
sancionar su aplicación en los juzgados y la de recopilar datos
sobre su uso en las sentencias para conocer el alcance real del
problema.
Aunque no existen datos oficiales, porque no se han
recopilado, se estima que su uso está ampliamente extendido y
utiliza diversas denominaciones. Para la abogada y responsable de
la Comisión de Igualdad del Ilustre Colegio de Abogados de Oviedo,
María Martín González, "El SAP tiene una dimensión enorme en los
juzgados de familia". "Estamos, por decirlo así, antes de Ana
Orantes en violencia sexual. Este supuesto síndrome es una coacción
legal a las mujeres a las que se lo aplican, pero también a las que
no se lo aplican, porque van avisadas", añadió esta abogada.
De hecho, se calcula que sólo entre un 10% y un 15%
de los abusos a menores de denuncian. Principalmente, por la
dificultad de detectar estos casos (se estima que la mitad de los
menores que lo sufren nunca lo manifiestan), pero también debido al
miedo de las madres a perder la custodia de los menores, no ser
creídas ni ellas ni sus hijos en el sistema de justicia o por
los equipos psicosociales.
Ideado por un pedófilo
"Es una 'enfermedad' que surge en los juzgados y
que es ideología pura y dura"
Este falso síndrome tiene su origen en las teorías de
Richard Gadner, un pedófilo norteamericano que la desarrolló en los
años 80 del pasado siglo. Si bien se definía a sí mismo como
psiquiatra, "no tenía ese título", tal como afirma la psicóloga y
forense Sonia Vaccaro. "Es una enfermedad que surge en los
juzgados y que es ideología pura y dura", afirma esta experta,
haciendo mención a que este extraño 'síndrome' no se aplica en
ningún otro contexto. "El SAP es un exponente del junk science
(ciencia basura) que se usa para impulsar una ideología: la
misogínia".

Una de las mesas de debate sobre el SAP organizada por la AMJE.
"Su uso tiene todos los componentes de los
estereotipos de género y del discurso utraconservador", afirma
esta experta, que cita entre las armas de esta ideología extender la
idea de que existen "infinidad de denuncias falsas y que a los niños
se les puede lavar el cerebro".
"Es un arma efectiva para ocultar el incesto, la
violencia de género, continuar con el control y el maltrato a
las mujer y usar a los hijos como un vehículo de la violencia
vicaria", aquella que se utiliza a terceros para seguir haciendo
daño, afirma Vaccaro.
"El SAP
reafirma los mitos de la mujeres en la historia, las brujas, las
malas"
El forense y exdelegado del Gobierno para la
violencia de género, Miguel Lorente, abundó que el SAP es una
estrategia. "La violencia de género sirve para mantener el orden, no
para hacer el daño. El daño ocurre si hay que restaurar el orden.
Así funciona el machismo y el SAP es una de las mejores herramientas
para ello", explica. Este "engendro", afirma Lorente, "reafirma
los mitos de las mujeres en la historia, las brujas, las malas y
el papel que juegan los medios de comunicación en este ambito
debería ser clave".
Los niños no mienten
Muchos expertos consideran que mientras se
consideraba que los niños y niñas de corta edad podían mentir sobre
supuestos tocamientos sexuales que no habían vivido, los casos de
pederastia e incesto se desechaban en los juzgados aduciendo que el
menor se los inventaba. Cuando el avance de la psicología infantil
demostró que esta fantasía no es posible en menores, que los niñas y
niños de corta edad no son capaces de relatar este tipo de abusos no
vividos, surgió otra forma de ciminalización: que son las madres
las que mienten y manipulan.
"Nos encontramos ante ante mitos y esterotipos",
afirma la psicóloga Soledad Andrés Gómez. "Sabemos que el apego
seguro, que se crea durante los primeros años de la infancia, es
impenetrable a injerencias externas. No es posible pensar en que lo
rompen madres manipuladoras. Lo que se asume, en cambio, es de que
el niño es incapaz de pensar por sí mismo".
"Es preocupante, porque las medidas de separación
(arrancamiento según la jerga jurídica) se ejecutan inmediatamente",
afirma Soledad Jurado Rodríguez, magistrada de la Sección Sexta de
la Audiencia Provincial de Málaga. Y relata algunos casos de madres
separadas de sus hijos de forma brutal y que a partir de ese momento
sólo pueden verlos en fines de semana en un punto de encuentro
familiar y son sometidas a terapias de reconversión a las que tienen
que acudir para poder volver a ver a sus hijos.
"Es una crueldad que no se puede consentir. No se
pueden llevar a un niño o una niña por la fuerza. El artículo 12 de
la convención del menor dice que a los niños y niñas hay que
escucharlos y tenerlos en cuenta, pero raramente se cumple", afirma
Rodríguez. De hecho, tal como relataron diversos participantes en
las jornadas, las sentencias suelen contener referencias a los
tratados internacionales y a la necesidad de proteger el bien
superior del menor, pero estas menciones se quedan en una mera
manifestación de intenciones.
Diversos casos ejemplifican este drama. Durante las
jornadas uno de ellos destacó. Se trata del de la madre de Vizcaya,
Irune Costumero, cuya hija le fue arrebatada por los servicios
sociales de dicha ciudad el 4 de agosto de 2017, cuando su hija
tenía sólo 5 años. Tres años mas tarde, sigue viéndola en un punto
de encuentro familiar dos veces por semana, a pesar de que los
responsables de dichos servicios sociales están imputados por un
delito de prevaricación. No sólo arrancaron a la niña sin previo
aviso una mañana en la que citaron a madre e hija a sus oficinas,
sino que lo hicieron sin el consentimiento del juez que había
decretado la custodia compartida de los progenitores.
A pesar de esta imputación, Costumero no ha sido
capaz de recuperar la custodia de su hija y ningún juzgado ha
enderezado el caso. "La aplicación del SAP destroza la
credibilidad de las mujeres y cualquier cosa que estas hagan a
partir de ese momento sólo incrementará su desprestigio", afirmó
Vaccaro.
Diversos participantes, entre ellos al jurista
Altamira Gonzalo, de la Asociacion de mujeres juristas Themis,
advirtieron de que las formas de incorporar el SAP a la justicia no
sólo cambian de nombre, sino que se refinan. En este sentido,
advirtió sobre la peligrosidad de una nueva forma de mediación que
se está impulsando desde diversos entornos conservadores, que es el
Coordiador Parental, una figura que mediaría entre los padres y a la
que un juez o jueza dejaría la negociación con las parejas en
conflicto. Tal como explica esta experta, ni sus funciones ni su
formación está reglada, pero está impulsada por organizaciones
como FIDEA, de la que el juez Serrano (Vox) formaba parte y que
incluso llegó a impartir cursos en la Universidad Carlos III de
Madrid.
Si bien todos los asistentes coincidieron en la
necesidad de formación de los operadores jurídicos, así como de los
equipos psicosociales y forenses de los juzgados en perspectiva de
género y de la infancia, el objetivo es buscar fórmulas que
prohíban la utilización de este inexistente síndrome. Para ello
se elaborarán una serie de propuestas de cambio legislativo y de
control por parte de la Asociación de Mujeres Juezas de España.