Hace días que se escuchan llamamientos a favor de que
niños y adolescentes puedan salir de casa al menos para tomar el
aire. Un alivio en las duras condiciones de confinamiento impuestas
por el Gobierno, que permiten sacar a pasear al perro pero
obligan a los críos a permanecer entre cuatro paredes desde hace
más de un mes. Paredes que pueden pertenecer a una casa con amplios
ventanales, terraza o patio; o a un pequeño cuarto de ocho metros
cuadrados compartido por cuatro miembros de la familia. Las
circunstancias cambian, pero el confinamiento sigue siendo máximo
para todos, salvo aquellos exentos por estar afectados por algún
tipo de trastorno psicológico.
En la Comunidad de Madrid, el vicepresidente Ignacio
Aguado (de Ciudadanos) acaba de pronunciarse a favor de que los
menores puedan salir a pasear al menos una hora al día
acompañados de un adulto. Su mensaje se suma a peticiones similares
del popular Núñez Feijó en Galicia y el socialista Javier Lamban en
Aragón. Proponen un alivio de la cuarentena parecido al que ya
existe en países como Alemania, Bélgica o Francia, donde se
permite a los menores que hagan salidas diarias controladas y
acompañados de un adulto. Incluso Italia, uno de los países más
azotados por la pandemia, autorizó a principios de mes que los
menores pudiesen dar pequeños paseos cerca de su domicilio.
Diversas organizaciones de defensa de los menores,
así como expertos en psicología, también han pedido que se alivien
las medidas de confinamiento de la infancia, aunque estamos lejos de
un consenso en esta materia.
El Comité
de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas alertó el pasado 9
de abril sobre el "grave impacto físico, emocional y psicológico de
la covid-19" en los niños y las niñas , e hizo un llamamiento a
los estados para que tomen medidas. Entre ellas, algunas que tienen
que ver con suavizar las medidas del confinamiento. Pide a los
Gobiernos que estas restricciones sean "proporcionales, mínimas y
limitadas en el tiempo" y que en todo momento se tenga en cuenta
el interés superior del menor. Recomienda, entre otras medidas, que
se contemple "al menos una salida al día al exterior, respetando las
medidas de distancia social y que estas sean supervisadas".
La organización Save the Children también considera
que ha llegado la hora de aliviar el confinamiento de los menores.
"Al principio entendíamos que estábamos en una emergencia sanitaria
y que en aras de la salud pública, las autoridades estaban tomando
las medidas que consideraban mejores en este sentido", señala a este
periódico Catalina Perazzo, directora de Políticas de Infancia de
esta Organización. "Sin embargo, ahora que se está pensando en
una desescalada, consideramos que tendría que ser prioritario
hacerla con un enfoque de infancia. Hemos analizado lo que dicen
el Colegio de Psicólogos o la OMS, y entendemos que el grupo
prioritario serían los menores de 6 años. Sería bueno que al menos
durante una hora al día pudieran acceder a espacios verdes, aunque
no a espacios infantiles porque todo apunta a que tienen que seguir
cerrados, y que estas salidas se hagan con un cuidador y medidas de
distanciamiento", añade.
Los llamamientos a favor de aliviar el encierro de
niñas, niños y jóvenes han llegado incluso a la oficina del Defensor
del Pueblo, que recibió recientemente una queja en este sentido
impulsada por los abogados Sergio Nuño Díez de la Lastra y Carlos
Vaquero, y la psicóloga Patricia de Santisteban. En su escrito,
resaltan el hecho de que en el Real Decreto que estableció el
confinamiento no hace "ni una sola mención a la infancia", ordenando
el confinamiento de 7 millones de niñas y niños "en sus
domicilios, en iguales términos y circunstancias que los adultos, y
reclaman que se ponga fin a dicho encierro en el plazo más breve
posible.
El desconfinamiento de menores parece aún lejos.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunció hace
unos días que ha encargado a la Asociación Española de Pediatría
(AEP) un documento con posibles medidas de descofinamiento para la
infancia. Sin embargo, no parece tratarse de una medida urgente. El
propio ministro advirtió que se iba a actuar con la "máxima
cautela" y que por ahora "siendo conscientes del sacrificio
que supone, hay que mantener esta medida".
Fuentes de la AEP han señalado a este periódico que no
se tiene ninguna fecha concreta de entrega para dicho documento y
que su elaboración tendrá en cuenta diversos escenarios y
circunstancias. No parece, pues, que su publicación esté a la vuelta
de la esquina.
Las declaraciones de la presidenta de la esta
asociación, María José Mellado, tampoco invitan a pensar que se
trate de medidas que se vayan a tomar de forma inmediata. Según
Mellado, todas las asociaciones que componen la junta directiva de
la AEP (entre ellas, las que representan a las comunidades
autónomas, así como las especializadas en Psiquiatría Infantil,
Medicina del Adolescente, Psiquiatría Social, Atención Primaria o
Infectología Pediátrica) son partidarias de que "la infancia y la
juventud cumpla con el confinamiento, al igual que lo hace el resto
de ciudadanos".
Según la Asociación Española de Pediatría (que
representa a más de 14.000 profesionales), el confinamiento no está
teniendo efectos especialmente perniciosos sobre los menores. Su
presidenta ha afirmado este martes públicamente que los menores
"tienen una naturaleza extraordinariamente resistente y son capaces
de sortear todos estos problemas y trabas que les ponemos los
adultos". "Estamos haciendo un documento de consenso con el
Ministerio de Sanidad y con los expertos de las distintas
especialidades para organizar (la salida progresiva del
confinamiento) de una manera coordinada y priorizar el
desescalamiento de las poblaciones infanto-juveniles cuando ya esté
abierto el confinamiento. Somos tan precavidos porque la
población infantil, aunque se contagie igual que la adulta de la
covid-19, es una población que puede ser una transmisora silente.
Por tanto tenemos que proteger tanto a otros niños que pueden
contagiarse por no saber que los amiguitos están infectados, como a
otras personas adultas que contacten con los niños sin las medidas
precaución”.
Las palabras de la presidenta de la Asociación
Nacional de Pediatría contrastan notablemente con la inquietud
mostrada por otros profesionales. En un
reciente comunicado, el Consejo General de la Psicología de España afirma
que "el confinamiento puede estar desencadenando efectos muy
positivos en no pocos hogares", pero advierten de que "puede
estar generando muchos problemas psicológicos y sociales en todos
los miembros de cada unidad familiar y, en especial, entre niños,
niñas y adolescentes: entre otros, alteraciones del estado de
ánimo, estrés, alteraciones del sueño, trastornos de conducta
alimentaria, síntomas de ansiedad, también psicosomáticos, duelos no
elaborados, problemas de conducta o problemas relacionados con la
adicción a la tecnología y al juego". Por eso reclaman que se
prioricen "las salidas a la calle de forma gradual de niños, niñas y
adolescentes, o, en su caso, en zonas vecinales comunes, durante una
hora cada día y acompañados de un adulto.
Según un
estudio hecho público este mismo miércoles por la Universidad del
País Vasco, "casi la mitad de la población infantil ha visto
deteriorada su salud emocional durante el confinamiento, según
indican sus progenitores/as". El informe, que avanza los resultados
preliminares de una encuesta realizada a más de 11.580 personas con
hijos de entre 3 y 12 años, recuerda que "las condiciones de las
viviendas donde están desarrollando el confinamiento son peores en
los niños y niñas de hogares con mayor dificultad económica para
llegar a fin de mes".
Según el estudio, un 31,5% de los menores está
expuesto al humo del tabaco, un 25,9% carece de acceso a ningún
espacio exterior (terraza, balcón, patio…), más del 9% ni siquiera
tiene luz natural en su vivienda. La muestra analizada refleja
además importantes carencias nutricionales y un nivel de exposición
muy elevado a las pantallas: casi el 25% pasa seis o más horas
conectados a equipos electrónicos.
Otras expertas consultadas por este periódico, como
la psicóloga Amaya Gómez Calvo, creen que el encierro puede no tener
graves consecuencias para la infancia en términos generales, pero alertan
de la necesidad de abordar las situaciones especiales de algunos de
estos niños y adolescentes. "No creo que tengan ningún problema
psicológico solo por el hecho de estar confinados. Si los tienen, es
sobre todo porque estos problemas existían previamente a las medidas
de confinamiento y éste puede reavivar conflictos familiares y de
violencia. La violencia ahora en los hogares puede subir de
intensidad". Por ello, la psicóloga considera fundamental que se
puedan abordar las situaciones particulares de los menores y que no
se apliquen sólo medidas generales. Gómez recuerda la importancia
de recursos como el teléfono y los chats de la Fundación ANAR o
la batería de medidas
puestas en marcha por el ministerio de Igualdad para la prevención
de la violencia de género.