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Gabriel J. Martín, psicólogo: "Las técnicas homófobas del obispado de Alcalá
hacen que las víctimas desarrollen aversión hacia sí mismas"
LGTBI
Este experto en psicología afirmativa LGTBI asegura
que las terapias que prometen cambiar la orientación sexual tienen profundas
consecuencias en las personas que las sufren
"Vienen con una enorme depresión, con una relación
pésima con su sexualidad y la autoestima totalmente destruida porque les han
estado diciendo durante años que son enfermos", asegura sobre sus pacientes
procedentes de estas sesiones
El autor de Quiérete mucho, maricón apunta a la
escasez de "validez" que tienen los testimonios de llamados "exgays" y
apunta a que el sufrimiento que muestran algunas personas LGTBI se debe a la
homofobia que han vivido
Marta Borraz
02/04/2019

Gabriel J. Martín, psicólogo. Lara Santaella
Ha visto pasar por su consulta a varias personas que
han sufrido las llamadas "terapias de conversión" de la homosexualidad
similares a las que oferta el obispado de Alcalá de Henares, según
ha revelado una investigación de eldiario.es. El psicólogo Gabriel J.
Martín, autor de libros comoQuiérete mucho,
maricón o El ciclo de amor marica, es
uno de los mayores especialistas en la llamada psicología afirmativa LGTBI,
una corriente que precisamente busca acompañar a las personas LGTBI para que
vivan libremente y sin tapujos su orientación sexual.
Martín, representante del Consejo General de la
Psicología de España ante la Red Internacional de Expertos en piscología
afirmativa LGTBI, lamenta que este tipo de técnicas no sean perseguidas lo
suficiente y reniega de llamarlas "terapias", a pesar de que están así
definidas en la Ley LGTBI de la Comunidad de Madrid que las prohíbe, porque
"una terapia favorece el bienestar de la persona" y, al contrario, "esto
tiene un impacto muy profundo" sobre las víctimas. "Son destructivas",
asegura en conversación con eldiario.es.
¿Cómo afectan estas
terapias a las personas que acuden?
En primer lugar, llamarlas terapias es un error. Una
terapia favorece el bienestar de una persona y eso no favorece el bienestar
de nadie. Al contrario, tienen un impacto profundo sobre la autoestima de la
persona porque le están diciendo que su forma de amar y/o de relacionarse
sexualmente es inválida, incorrecta y enferma. ¿Cómo va una persona a
valorarse a sí misma con este tipo de mensajes? Si en todo momento me están
diciendo que lo que soy yo es enfermizo, la valoración de mí mismo no va a
ser buena.
Además, afecta a cómo viven su sexualidad. Las
personas que reciben este tipo de técnicas homófobas tienen su sexualidad
profundamente deteriorada. Lo único que consiguen es que las víctimas
repriman su sexualidad, la forma en que se relacionan con los demás y
castran su personalidad. Son destructivas. Causan un perjuicio tremendo a
las personas que las sufren y hacen que desarrollen una aversión hacia sí
mismas y su propia sexo afectividad. Todo esto es fácilmente comprobable con
la evidencia científica disponible, ampliamente recopilada por
la Asociación Estadounidense de Psicología.
¿Qué hay detrás de
estas técnicas?
Hay integrismo religioso, una profunda homofobia y
una absoluta falta de conocimiento de las vivencias sexuales. Hay que decir
que no se rigen por los conocimientos científicos. Consideran la
homosexualidad una enfermedad, lo cual ya califica su discurso, porque
tenemos clarísimo desde hace décadas que no lo es. Estos grupos tienen una
visión de la homosexualidad como si fuera algo adquirido, producto de
determinadas circunstancias traumáticas. Sin embargo, es algo innato y no se
aprende. ¿Crees que un gay en Chechenia no querría dejar de ser homosexual
para que no lo matasen?
Nada de lo que dice esta gente tiene validez. Y es
que utilizan una pseudoexplicación científica y palabrería para tratar de
justificar algo que no tiene fundamento: que la homosexualidad es producto
de un trauma y se puede cambiar.
¿Ha recibido alguna
vez en su consulta a personas que han pasado por estas técnicas?
Sí. Vienen con una enorme depresión, con una relación
pésima con su sexualidad y la autoestima totalmente destruida porque les han
estado diciendo durante años que son enfermos. Siempre son personas a las
que sus propios entornos familiares les han inducido a ello. Son familias
profundamente conservadoras, religiosas y homófobas. Ellos han tenido que
pasar por años de sufrimiento, de dudas y de pensar que son enfermos hasta
llegar hasta aquí.
El obispado de
Alcalá ha asegurado que "no renuncia a acoger y acompañar a las personas que
libremente lo soliciten"
Es algo absolutamente falso. Como te decía, las
personas que acuden a estas técnicas van presionadas por su entorno homófobo
y porque desde pequeños han estado recibiendo el lavado de cerebro de que la
homosexualdiad es una enfermedad y que se cura. Si no fuera por eso, no iría
nadie. Estos mensajes de la voluntariedad son muy perversos. Por otro lado,
no son técnicas de acompañamiento ni acogimiento. Al contrario, están
empujando y obligando a las víctimas a tratar de aparentar algo que no son.
En eldiario.es hemos
recibido cartas de personas que supuestamente pasaron por estas sesiones, lo
que en determinados foros ultracatólicos se llama "exgay". Entre otras
cosas, hacen afirmaciones como que pudieron "comprender la verdad de las
causas" de su "atracción" o "iniciar libremente un camino de sanación y
maduración".
Este tipo de testimonios no tienen ningún tipo de
validez. Son respuestas que tienen preparadas cuando salen este tipo de
artículos. Ni siquiera sé si podríamos considerar que son responsables de lo
que están diciendo porque están abducidos por dogmas fundamentalistas. La
orientación sexual no se puede cambiar.
Muchos de los chicos que yo he tratado y que han
pasado por estos procesos nos contaban cómo les presionaban diciéndoles que
dijeran que 'habían sido curados'. Ahora son conscientes de que estaban
atrapados en una mentira que han ido lanzando al mundo.
Aunque aparentemente
son técnicas dirigidas a hombres y a mujeres, están muy dirigidas a ellos.
¿Por qué?
Yo creo que ocurre porque la Iglesia es machista y le
presta muchísima más atención al testimonio de los hombres. Sé de mujeres
que han pasado por ahí, pero la mayoría son hombres. Las mujeres no tienen
presencia en la Iglesia ni siquiera para eso.
Son terapias
prohibidas por la ley LGTBI de la Comunidad de Madrid y por otras muchas
legislaciones a nivel autonómico. ¿Cree que se persiguen lo suficiente?
No, para nada se persiguen lo suficiente. De todas
formas es que esta gente funciona en entornos profundamente religiosos y
sectores muy conservadores de la Iglesia. Son entornos muy ocultos. Y muchas
víctimas se sienten tan avergonzadas que ni siquiera se atreven a denunciar.
Tienen mucho miedo de la familia, además. Se sienten fracasados y piensan
que no han sabido reconducir su orientación sexual.
Usted es uno de los
mayores expertos de psicología afirmativa LGTBI. ¿Qué significa?
Cuando la evidencia científica demostró que nadie
tiene que curarse de la homosexualidad y que no es una enfermedad, la
comunidad científica se puso de acuerdo en que lo que debíamos hacer era
afirmarlo, acompañar a la persona para que lo viva con libertad y
naturalidad y revertir las secuelas de la homofobia que ha sufrido. Es
decir, justo todo lo contrario de lo que dicen las técnicas reversivas como
las del obispado.
Consiste, primero, en ayudar a corregir los falsos
conceptos de la homosexualidad con los que nos instruyen desde que nacemos,
tienes que ayudar a estas personas que acuden a reconstruir sus relaciones,
a superar las secuelas emocionales y tener una mejor relación con su
sexualidad, profundamente dañada. Cada uno es un mundo, pero en general es
así. Este tipo de situaciones son consecuencia del rechazo, del maltrato y
de la homofobia que han vivido.
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