http://www.lavozdegalicia.es/noticia/salud/2016/09/23/galicia-probara-metodo-pionero-detecta-infecciones-viricas-bacterianas/0003_201609G23P33995.htm
Galicia probará un método pionero que detecta
infecciones víricas y bacterianas
El test, desarrollado en un plan europeo por un
equipo de Santiago, se aplicará en un año
R. Romar
redacción / la voz 23/09/2016
Madrugada en el servicio de Urgencias de un hospital. Llega un niño con
fiebre. ¿Un simple catarro o una enfermedad meningocócica grave? Establecer
un diagnóstico rápido parece fácil, pero no lo es, porque en sus primeros
estadios los síntomas son muy similares. Solo que en un caso se trata de una
infección vírica leve y en otro de una patología bacteriana que puede llevar
a la muerte del paciente en pocas horas. No hay tiempo que perder, por lo
que si el profesional no lo ve claro acaba suministrándole por sistema un
antibiótico preventivo para evitar riesgos. Y en la mayor parte de los casos
no lo necesitaría, ya que, por lo general, solo un 15 % de las infecciones
se deben a bacterias y un exiguo 1 % se corresponden con casos graves.
Los
médicos, sin embargo, apenas tienen otra alternativa si quieren salvar
vidas, porque hoy en día para obtener la confirmación es necesario realizar
un cultivo celular que, en el mejor de los casos, tarda dos días en hacerse
y a menudo genera falsos negativos.
Encontrar un
método que permita efectuar la distinción en pocas horas es
una especie de Santo Grial. Se ha buscado durante mucho tiempo, pero solo
ahora empieza a ser posible gracias a un estudio de un equipo internacional
en el que ha participado el Instituto de Investigación
Sanitaria de Santiago (IDIS)
y la Universidad compostelana y que ha logrado identificar dos biomarcadores
que discriminan la causa de las infecciones en niños. Su utilización permite
obtener resultados de forma fiable y segura en apenas dos horas, lo que
también hará posible salvar a miles de vidas en todo el mundo. La
investigación se publicó en la revista Jama, con
un factor de impacto superior al de Nature o Science.
El
procedimiento se validó en 350
niños menores de 5 años que
presentaban fiebre secundaria de hospitales de España, Reino Unido, Holanda
y Estados Unidos. En buena parte de los casos la diferenciación del tipo de
infección ya se había realizado. «Nuestros dos marcadores confirmaron los
resultados con una precisión completa con respecto al método estándar»,
apunta el pediatra Federico
Martinón, del Hospital Clínico de Santiago, que coordinó las 100
muestras españolas, de las que la mayoría correspondían a pequeños
gallegos.
Federico Martinón
Identificación precoz
La prueba se perfeccionará ahora en casos de fiebre
temprana, ya que el objetivo final es identificar los tipos de infección en
una fase muy precoz, y en pacientes inmunodeprimidos y neonatos. En un año
podría empezar a aplicarse en el hospital de Santiago y luego en el resto de
la red del Sergas de forma progresiva. «Estamos trabajando para obtener
resultados en una hora y para poder hacerlo de una forma mucho más barata»,
dice Martinón.
Dentro de unos años también está previsto que se
obtenga un kit comercial que posibilite realizar este tipo de análisis de
forma rutinaria y barata. Lo hará una de las empresas que participa en el
proyecto europeo Perform,
en el que interviene de forma activa el equipo gallego y que se ha
financiado con 18 millones de euros
USCAntonio Salas
Los biomarcadores son dos genes que se seleccionaron
a partir del análisis del transcriptoma, la forma en que el ADN se expresa
en un momento determinado. Fue necesario manejar una ingente cantidad de
datos para lo que se utilizó un algoritmo matemático para efectuar la criba.
«Primero elegimos 38 genes que luego redujimos a dos. Nos esperábamos
encontrar algo muy complejo y difícil de trasladar a la práctica clínica y,
para nuestra sorpresa, llegamos a un resultado de una gran simplicidad»,
explica Antonio Salas, genetista de la USC y coordinador del estudio.
Más de 4.000 niños compostelanos reciben
antibióticos sin necesitarlos
«Cuando un niño aparece con fiebre en Urgencias, los médicos, casi siempre y
de manera preventiva, le suelen administrar un antibiótico que en buena
parte de los casos no sirve para nada. Pero esta sobreprescripción está
generando un problema de salud pública global, porque las cepas bacterianas
se vuelven cada vez más resistentes y llegará un momento en que no tendremos
antibióticos eficaces». Es el diagnóstico de Antonio
Salas, el genetista que codirigió el estudio, aunque no se trata de
una opinión, sino de la constatación de una realidad que hace ya años vienen
denunciando los profesionales médicos e instituciones sanitarias como la OMS.
La pérdida de eficacia de estos fármacos es un problema de una enorme
magnitud, como lo demuestra un reciente informe del Gobierno británico en el
que se alertaba de que, si no cambia la situación, en el 2050 morirá una
persona cada tres segundos debido a un patógeno que ha adquirido resistencia
a terapias convencionales. Pero también puede darse el caso contrario. Que
una excesiva prudencia lleve a un médico a no administrar un antibiótico
cuando realmente se necesite. «Por eso decimos -señala Federico
Martinón- que la distinción a tiempo de una enfermedad vírica de
otra bacteriana puede salvar miles de vidas».
Pero los datos reflejan una sobreexposición a estos fármacos. En el área de
urgencias de Santiago, por ejemplo, de los 30.000 niños que se atienden cada
año, unos 18.000 llegan con fiebre. De ellos, entre el 30 % y el 40 %, entre
7.200 y 5.400, acaban recibiendo antibióticos. Pero de esta cohorte, en
torno a un 60 %, algo más de 4.000 en el peor de los casos, no los
necesitaría en absoluto. Su infección es vírica, no bacteriana.
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