Jeremy Rifkin: "Si la burbuja del carbono no se desinfla
podría provocar una pérdida de la riqueza mundial de hasta cuatro billones de
dólares"
El autor de 'El green new deal global' pronostica el colapso de los combustibles
fósiles en una fecha que puede oscilar entre 2023 y 2030
Afirma que los grandes capitales ya están abandonando la economía del carbono en
favor de las renovables y que los gobiernos deben prepararse para la transición
a una nueva economía
Cree que estamos inmersos en la transición hacia la
tercera revolución industrial, que espera que sea "distribuida, abierta y
transparente"
Marina Estévez Torreblanca
El economista y sociólogo Jeremy Rifkin/Foto cedida por la editorial
El estadounidense Jeremy Rifkin (1945) es uno de los sociólogos más conocidos y
mediáticos. También es economista, escritor y activista contra el cambio
climático. Lleva décadas estudiando el impacto de los cambios tecnológicos en la
economía y el medio ambiente.
"Estamos ante una emergencia global" es la frase con la que arranca su último
libro, que presenta estos días en España. Se titula El
green new deal global. Por qué la civilización de los combustibles fósiles
colapsará en torno a 2028 y el audaz plan económico para salvar la vida en La
Tierra' (Paidós). Rifkin se refiere a la sexta extinción masiva inducida por la
quema de combustibles fósiles, la primera desde que hace 65 millones de años un
meteorito (según una de las hipótesis más aceptadas) favoreciera la desaparición
del 75% de los géneros biológicos. La previsión es que si la temperatura global
crece medio grado más (ya ha subido uno respecto a los niveles preindustriales)
los ecosistemas de La Tierra volverán a ser diezmados.
El 'green new deal' que propone, a imagen del "new deal" que sacó a la economía
estadounidense de la gran depresión en los años 30, debe suponer que el 100% de
la electricidad se genere por fuentes limpias y renovables, actualizar la red de
energía, los edificios y la infraestructura de transportes. Rifkin, que asesora
a varios gobiernos en la transición a una nueva economía, cree que la Unión
Europea y China se están preparando mejor que EEUU. Preguntado sobre qué opina
sobre los escépticos con el cambio climático, explica que prefiere no perder el
tiempo en contestarles.
Como explica Rifkin en su libro, en 2015 Citigroup provocó un seísmo en la
industria de la energía y la economía global al predecir 100 billones de dólares
en activos en combustibles fósiles obsoletos (que sufren una depreciación antes
de que su ciclo de vida acabe su curso normal) si la Cumbre del Clima de París
lograba imponer un compromiso vinculante a las naciones del mundo para limitar
el calentamiento global "muy por debajo" de los dos grados centígrados. Tres
años más tarde, en 2018, la cuestión de los activos obsoletos ya no se vinculaba
a los compromisos contra el cambio climático, que son voluntarios y a menudo no
se cumplen. La actual preocupación de la industria es la caída del coste de las
tecnologías solar y eólica y la generación de energía verde y su almacenamiento.
Rifkin tiene un discurso relativamente optimista y describe un panorama en el
que los principales sectores de la segunda revolución industrial
(telecomunicaciones; energía y electricidad; movilidad y logística de vehículos
de combustión interna y parques de viviendas residenciales, comerciales,
industriales e institucionales) han empezado a desvincularse de la civilización
de los combustibles fósiles y a aceptar energías verdes y tecnologías limpias.
"Hasta ahora, más de 1.000 inversores institucionales en 37 naciones han
desinvertido 8 billones de dólares en fondos de la industria de los combustibles
fósiles y los han reinvertido en energías verdes, tecnologías limpias y modelos
de negocio que nos llevarán a un futuro de carbono cero. Está siendo la mayor
campaña de desinversión/inversión en la historia capitalista".
Usted mantiene
que la civilización de los combustibles fósiles podría colapsar en torno a 2028
¿puede explicar qué quiere decir con esto?
Toda nuestra civilización está basada en combustibles fósiles. Hemos invadido el
subsuelos de la era carbonífera, hace 300 millones de años, y tomamos esos
cuerpos de animales y plantas en forma de gas o carbón. Con esto hacemos
pesticidas, fertilizantes, productos farmacéuticos, materiales de construcción,
energía, transporte. El calor y la luz. Todo es combustible fósil desde hace dos
siglos.
Pero este mismo año el coste de la energía solar y eólica ha caído por debajo
del de los combustibles fósiles y va a seguir bajando. Según Citigroup puede
haber 100 billones de dólares en activos obsoletos. No combustibles fósiles,
sino toda la industria que le rodea, como los vehículos de combustión interna.
Todas las refinerías, los gaseoductos que no se usarán. Ya hay sectores clave
que se alejan de los combustibles fósiles y dependen de energías renovables más
baratas.
Hay una burbuja del carbono que si no se desinfla podría provocar una pérdida de
la riqueza mundial de entre uno y cuatro billones de dólares. La mayor de la
historia. Esto no son solo mis proyecciones, hay estudios que lo avalan. El
colapso de la revolución industrial basada en combustibles fósiles podría
ocurrir en algún momento entre 2023 y 2030.
¿Cómo se puede
desinflar esta burbuja?
Los fondos de pensiones son la mayor bolsa de capital en el mundo, con un valor
de 41 billones de dólares. Y están saliendo de este tipo de inversiones en
industrias del petróleo. Lo que ha pasado con la industria del carbón en mi país
(EEUU) en los últimos cuatro años es que ha entrado en bancarrota porque el gas
natural es más barato, la energía solar y eólica es más barata. Inversores
institucionales han empezado a retirar dinero y a invertirlo en energías
renovables. La industria financiera tiene pánico. La ruptura está teniendo lugar
en gran medida por imposición de los mercados y los gobiernos tendrán que
seguirlos o afrontar las consecuencias. La burbuja del carbono debe desinflarse
o puede ser el mayor estallido de la Historia.
Los gobiernos ni siquiera tienen que subir los impuestos de la energía. Pero sí
deben acabar todas las subvenciones a los combustibles fósiles. Deben preparar
la transición hacia una tercera revolución industrial de carbono cero: el "Green
new deal". Cada país debe establecer una hoja de ruta y construir la
infraestructura verde necesaria para la tercera revolución industrial y la era
postcarbono.
En todo caso, los gobiernos nacionales deben establecer los códigos y las
regulaciones. Pero el trabajo debe ser el de las regiones. Ahí España, como
Alemania, como EEUU, está en una buena posición, con regiones acostumbradas a
controlar su propia infraestructura.
La transición a la tercera revolución industrial
Rifkin relata que todas las transformaciones económicas de la historia necesitan
un medio de comunicación, una fuente de energía y un mecanismo de transporte. La
primera y la segunda revolución industrial estaban diseñadas para ser
centralizadas, con propietarios integrados verticalmente. En el siglo XIX fueron
la imprenta y el teléfono, el carbón, y las redes ferroviarias. Se formaron las
naciones–estado. En el siglo XX convergieron la electricidad, el teléfono, la
radio y la televisión con el petróleo barato, los coches de combustión y las
redes de carreteras. Se formó la globalización.
"La tercera revolución industrial debe ser distribuida, abierta, transparente.
Necesitamos un internet alimentado con energía solar y eólica, vehículos
eléctricos autónomos y edificios y personas integrados en el "internet de las
cosas". Puedes intentar monopolizarla, pero perderás el efecto de red", afirma.
Su pronóstico es que la transición desde una segunda revolución industrial hacia
la tercera "será formidable –comparable al cambio de la agricultura a la
sociedad industrial urbana– y requiere de las habilidades y los talentos de dos
generaciones. Para que ocurra tendremos que formar a millones de personas.
Tendremos que desmantelar y desarmar toda la infraestructura de la energía
nuclear. La red de comunicaciones tendrá que actualizarse, el sector del
transporte y la logística ser digitalizado...".
¿Qué encaje tienen estos cambios que pronostica en el sistema económico
capitalista y en el empleo?
Está emergiendo otro sistema económico. Yo lo llamo
capitalismo distributivo o capitalismo social. También se podría llamar
cooperativo. En el nuevo sistema la propiedad se sustituye por el acceso. La
transacción de bienes es sustituida por un flujo constante de servicios. El
coste marginal (el coste adicional de producir una unidad adicional de un bien o
servicio, una vez absorbidos los costes fijos) se acercará a cero. La economía
compartida es un aspecto central del Green New Deal.
En cuanto al empleo, la realidad es que la tercera revolución industrial
implicará tanto destrucción de empleo como una fuente de oportunidades
laborales. El sector de la energía renovable en China ya emplea a 3,8 millones
de personas.
Creo que a medio y largo plazo muchos empleos se transferirán del ámbito
comercial al sector sin ánimo de lucro, la economía social y la economía
compartida. Ya hay países con un 10% de su fuerza laboral en el sector sin ánimo
de lucro, no hablo solo de los voluntarios que entregan su tiempo, sino de los
56 millones de empleados a tiempo completo en 42 países. Espero que a mediados
de siglo una mayoría de empleados en todo el mundo pertenezca al sector sin
ánimo de lucro.
[El llamado sector sin ánimo de lucro o tercer sector incluye a las empresas que
no son ni públicas ni privadas, sino entidades cuyo fin no es un beneficio
económico sino social, altruista, humanitaria, artística y/o comunitaria. Por lo
general se financian gracias a ayudas y donaciones derivada de personas físicas,
empresas, e instituciones y organizaciones de todo tipo, y en algunos casos
también reciben ayudas públicas].
¿Qué le parecen
las protestas contra el cambio climático protagonizadas sobre todo por jóvenes?
Estas protestas son como nunca había visto en mis 45 años como activista. Los
jóvenes ni siquiera son conscientes de que esta es la primera revuelta
planetaria. Esta es la primera vez que una generación entera, millones de
personas en ciento treinta y siete ciudades salieron de las clases a las calles
para declarar una emergencia climática. Es la primera vez que una generación en
toda la historia humana comienza a verse a sí misma como una sola especie. No
les importan las fronteras. Esto es grande y muy esperanzador.
Los jóvenes dicen a los políticos, ¿nos estáis tomando el pelo? ¿Cómo podría
haber otras prioridades cuando vemos la extinción masiva de la vida en la
Tierra? Lo que tienen que hacer es mantener las protestas, mantener la presión.