Público
PRINCIPIA MARSUPIA
Por qué se toman medidas
tan extremas si el virus no es tan
peligroso?
ALBERTO SICILIA
27 DE FEBRERO 2020

"Nos dicen que no hay
motivo para alarmarse, pero cierran
ciudades enteras, paran la economía,
aplican cuarentenas masivas… Algo nos
están ocultando".
Estos días he recibido
decenas de mensajes como este. ¿Por qué
medidas tan extremas si el virus no es
tan peligroso?
Lo primero: nos estamos
enfrentando a un virus nuevo. Tened en
cuenta que se descubrió hace apenas dos
meses. Gracias al trabajo de los
científicos, hemos aprendido muchas
cosas sobre la enfermedad, pero todavía
quedan muchas otras por entender.
Hemos aprendido que la
tasa de letalidad ronda el 0,7%: es
decir, sabemos que no nos enfrentamos en
absoluto a un virus como el ébola, que
mata al 50% de los infectados. También
hemos aprendido que en Wuhan la tasa de
mortalidad fue mucho más alta (alrededor
del 3%) debido al colapso de los
hospitales.
Bueno, ¿pero entonces por
qué estamos viendo estas medidas tan
extremas?
Lo primero que se intenta
ante un virus nuevo es eliminarlo,
"sacarlo de la circulación". Evitar que
se convierta en una enfermedad como la
gripe que todos los años vuelve.
Entre el año 2002 y 2004,
hubo una epidemia de otro coronavirus en
China y el Sudeste asiático: el llamado
virus del SARS. A pesar de que mató a
700 personas, se consiguió eliminar. No
ha vuelto a haber un sólo caso de SARS
desde entonces.
Lo mismo se está
intentando con el nuevo coronavirus:
eliminarlo antes de que se convierta en
un virus "que siempre está ahí", como el
virus de la gripe. ¿Lo conseguiremos? No
lo sabemos. Pero para intentarlo, las
medidas restrictivas y el aislamiento de
pacientes son necesarios.
Otra razón para las
medidas que se están tomando: cuanto más
despacio vayan las infecciones, mucho
mejor. No es lo mismo que haya 100 casos
en 1 día a que haya 10 casos en 10 días.
Imaginad la diferencia que eso hace para
un hospital.
Cuanto más tiempo ganemos
le ganemos a la epidemia, mejor: será
tiempo para que se preparen los médicos,
tiempo para que los científicos exploren
posibles terapias, y tiempo para que la
población aprenda las mejores costumbres
para evitar infecciones.
En mi opinión, lo más
importante que hemos aprendido del nuevo
virus, es que su tasa de letalidad
depende mucho de la capacidad del
sistema sanitario. Debemos prestar
especial atención a los países y
regiones que tengan sistemas sanitarios
más débiles, porque allí el coronavirus
será un problema mucho más grave.
Para terminar: creo que
las autoridades sanitarias deberían
hacer un esfuerzo particular en explicar
todas sus decisiones. Hay que evitar que
se cree confusión entre el mensaje "el
virus no es tan grave" y el mensaje
"estamos tomando medidas muy
excepcionales".