Captura de un vídeo que denunció maltratos a internos en el centro
de menores Tierras de Oria de Almería.
Hoy, 1 de julio de 2020 se cumple un año de la muerte de Iliass
Tahiri en el centro de menores infractores de Tierras de Oria
(Almería) –un centro público de la Junta de Andalucía, que gestiona
la Asociación Ginso– en manos de unos guardias que le practicaban lo
que se llama una sujeción mecánica, un eufemismo de lo que es
realmente: atar a alguien a una cama con correas o bien boca abajo o
bien boca arriba.
Este sistema, legal en España, ha causado tres
muertes –Mamadou Barry, Ramón Barrios e Iliass
Tahiri– en la última década cuando la contención se ha aplicado
boca abajo, la última la de Tahiri. El caso está, de momento,
archivado por la justicia, aunque la Fiscalía ha reclamado que se
abra para proceder contra los autores del protocolo de la asociación
Ginso que permitía a los guardias atar ha provocado que el Defensor.
La muerte de Tahiri y la difusión por el
diario El País del vídeo en el que se ve cómo se produce la misma,
sin que el joven de 18 años opusiera resistencia, ha provocado que
el debate sobre los métodos utilizados en los centros de menores
infractores se pongan en cuestión.
El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández
Marugán, apuesta por “abolir las sujeciones mecánicas en todos
los centros de internamiento de menores infractores de todo el
territorio nacional” y ha reclamado al Ministerio de Justicia que
derogue el apartado del reglamento de responsabilidad penal de los
menores en el que se regulan las sujeciones mecánicas para acabar
con estas prácticas como medio de contención. El Gobierno, de
momento, estudia la petición.
Fernández Marugán, en la línea del Comité de
Defensa contra la Tortura del Consejo de Europa, las asociaciones de
Derechos Humanos y los especialistas en psiquiatría, considera que
este tipo de prácticas son de una "crueldad innecesaria" y ha
llegado a afirmar que "no puede volver a morir nadie en España en
estas circunstancias".
El análisis de la autopsia y del fiscal
El Fiscal Carlos Castresana, en el escrito en
el que reclama la reapertura del caso, recoge la siguiente idea: "La
causa de la muerte de lliass Tahiri no tiene relación con la
inmovilización misma, sino con la manera de practicarla: no con el
hecho de que se le sujetara a la cama, sino con que se le sujetara
boca abajo, sin criterio profesional ni prescripción médica, y por
decisión exclusiva de los vigilantes".
Luego, añade: "Las tres cosas, autorizar la posición
de inmovilización en decúbito prono, encomendar la decisión de
hacerlo a personal no cualificado, y autorizarlo por causas no
determinadas, contribuyeron decisivamente al luctuoso resultado. Las
tres están en el Protocolo".
El fiscal Castresana, recoge el informe del
forense que le practicó la autopsia a Tahiri y que está incorporado
a la causa judicial, que afirma que "la inmovilización de los
enfermos boca abajo está contraindicada porque aumenta la presión
sobre el corazón y los pulmones, la sensación de opresión de la
cavidad torácica, la ansiedad y la angustia que el enfermo ya siente
por la causa, sea la que sea, que ha desencadenado su crisis, y por
estar siendo inmovilizado".
El análisis añade: "El abatimiento y fijación de una
persona agitada al suelo o a la cama, incluye un forcejeo para fijar
las muñecas y pies en diferentes posiciones. La posición en la que
la persona es contenida determina el grado de restricción, siendo
muy superior en decúbito prono (boca abajo) respecto a decúbito
supino (boca arriba). Además, la posición decúbito prono (boca
abajo) se puede ver agravada por otras maniobras añadidas, como la
aplicación de presión con los pies, manos o rodillas sobre la
espalda en distintos grados".
El informe de autopsia señala también numerosa
literatura científica que avala su principal conclusión, recoge Castresana:
"Se han publicado un elevado número de casos en los que se produce
la parada cardiaca durante la contención mecánica en sujetos que son
colocados en posición de decúbito prono, indicándose en estas
fuentes que una situación de contención mecánica en decúbito prono
contribuye a aumentar el estrés, la ansiedad y, por tanto, supone un
mayor riesgo potencial de parada cardíaca. Poniéndole boca abajo, se
activa o acrecienta en el sujeto la segregación de catecolaminas que
conduce a la arritmia y al fracaso del corazón, lo que
desgraciadamente ocurrió en el caso de lliass".
En lo concreto, escribe Castresana, "la muerte
de Iliass Tahiri se produjo por un fracaso cardiocirculatorio
causado por una arritmia cardíaca, iniciada o favorecida" por cuatro
causas: Por un lado, “un cuadro de agitación que ocasionó una
hiperactivación simpática o adrenérgica con descarga de
catecolaminas". Por otro, el "estrés generado por la contención
mecánica en una posición restrictiva, que agravó la descarga de
catecolaminas". Además, "los fármacos que había ingerido, presentes
en sangre, que pueden alterar el ritmo cardiaco". Y, por último, "el
puente miocárdico de la arteria coronaria izquierda, como sustrato
anatómico igualmente susceptible de generar o agravar la arritmia".
De estas concausas, el fiscal Castresana descarta
por irrelevantes en lo que afecta, a su juicio, a la responsabilidad
penal, todas ellas, excepto la segunda La segunda, sin embargo, "el
estrés generado por la contención", para el fiscal, "era conocida ex
ante, y pudo ser prevenida y evitada, o por lo menos minimizada".
Remata Castresana su razonamiento: "El informe
de autopsia es muy claro: Por el riesgo de mortalidad con el que se
asocia, se considera a nivel internacional que la posición decúbito
prono, no debe ser utilizada en las contenciones de sujetos
agitados. Será preciso un más detallado criterio médico, pero en
todo caso, al nivel indiciario de la instrucción de una causa penal,
puede cuando menos señalarse como causa suficiente y eficiente de la
muerte".
Educación y salud mental
Expertos e investigadores en salud mental coinciden.
Las sujeciones mecánicas no son efectivas, ni tienen efectos
educativos de ninguna clase. La Asociación Española de
Neuropsiquiatría, la Confederación Salud Mental España y las
federaciones catalana y andaluza de Asociaciones de Salud Mental
firmaron en junio de 2016 el manifiesto de Cartagena, en el que
instan a la supresión de todas las contenciones mecánicas porque
implican "un sufrimiento psíquico traumático" y "pueden romper los
vínculos terapéuticos y comprometer el proceso de recuperación".
"El abanico de la coerción en la asistencia
psiquiátrica es amplio e incluye el uso del poder, la fuerza o la
amenaza para lograr que una persona que está siendo atendida haga o
deje de hacer algo en contra de su voluntad. Nos referimos
especialmente al uso de sujeciones o contenciones, aislamiento y
otras formas de coacción. Creemos que es el momento de avanzar en la
toma de conciencia sobre estas prácticas que no garantizan los
derechos de las personas; de trabajar para su eliminación y para la
erradicación de las deficiencias que las hacen posibles", se lee en
el manifiesto.
La
diputada de Adelante Andalucía, Maribel Mora, que lleva años
abogando por la erradicación de las sujeciones mecánicas resume la
situación de este modo: “En cualquier otro espacio educativo, es
impensable en una situación de violencia, de conflicto atar a un
menor a una cama durante horas. Es inadmisible que un menor pierda
la vida bajo tutela de la administración. La misión es educar”.