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CARTA ABIERTA AL ESCRITOR JAVIER MARÍAS **
 

 

 

Sara Calvo González

 

19.11.2009

 

La revista del país semanal del pasado domingo está dedicada a los niños. Un reportaje precioso sobre los niños del mundo, denunciando la explotación que sufren en muchos países. Pero en el artículo de Javier Marías de dicha revista ( titulado "las imbecilidades y sus consecuencias") leo lo siguiente:

"Causa sonrojo insistir en las cosas que a uno le parecen evidentes y que hasta hace poco se lo parecían a la mayor parte de la población. Pero vivimos en una época y en un país tan irrazonables que ya nada se puede dar por sentado, ni siquiera la capacidad para asociar las causas con los efectos, o las imbecilidades con sus consecuencias. Es como si hubiéramos perdido –hablo en términos generales esa facultad fundamental, y con ella la de prever lo que las iniciativas o decisiones o prácticas necias pueden traer consigo. En las últimas semanas he hablado aquí de algunas de ellas: casi nadie asocia la penalización del cachete ocasional a los niños y adolescentes con el vandalismo creciente de muchos de ellos, que son los que al final acaban abofeteando o palizando a sus padres"


Mira, Javier:

Lo primero, y te lo digo porque tú parece que no ves lo obvio:

Pegar es delito:
 

Pegar (bofetada, cachete, puñetazo, etc.) es delito. Da igual cómo se pegue, la frecuencia con que se pegue, y a quién se pegue. Eso no lo puedes negar ni tú.

”Señoría, le di una bofetada al camarero, pero es que me trajo el café frío.”

”Señoría, le di un cachete a mi mujer, pero es que no me hizo la cena.”

”Señoría, le di un cachete a mi hijo, pero es que no me obedeció y encima me respondió.”

De estas tres situaciones seguro que a ti te parecen muy mal las dos primeras, pero la tercera no tanto, verdad?

 

Tú y muchos como tú creéis que los niños son seres asociales a los que hay que "meter en vereda": Enseñarles a obedecer sin rechistar, a no exigir, a no molestar... El niño perfecto es un ser sumiso que debe portarse bien siempre, mostrar amor incondicional a sus padres, nunca enfadándose, ni discutiendo con ellos, no mostrar frustración, no contestar, no opinar. Estudiar, comer y dormir sin dar problemas.

Me recuerda mucho ese modelo de niño a cómo era la mujer ideal de hace unas décadas...

Pero vuelvo a la premisa principal:

Recuerda que un niño también es una persona y merece el mismo respeto que cualquier adulto.

Con tu artículo ya hemos visto que a ti te parece bien pegarle a un niño un cachete, siempre que sea ocasional. Eso no te parece maltrato. Ahora, razonemos:

¿Nos puedes decir cada cuánto tiempo exactamente debería ser el cachete para que no llegue a ser maltrato? ¿Cada semana, cada mes, cada año?

¿Nos puedes decir en qué te basas para afirmar que la penalización del "cachete ocasional" ha provocado que los jóvenes peguen a sus padres e incluso los palicen? ¿Qué estudios has consultado?  Claaaro, si a un niño lo educas con amor y cuidados y atención pero se te olvida darle un guantazo ocasionalmente, ¡¡¡cuidado, cuando crezca te dará una paliza!! Y no os preocupéis, los que pegáis a vuestros hijos como correctivo en lugar de dialogar y ser comprensivos; los que les gritáis, humilláis y les decís que son malos cuando no obedecen, los que nunca pegaríais a otro adulto pero no dudáis en abofetear a vuestros hijos cuando os molestan demasiado sus rabietas...Vuestros hijos jamás os levantarán la mano. No. ¿No?

Puede que no. Estarán asustados. Puede que esperen a tener hijos para pegar a otro ser humano. Puede que nunca peguen...pero estarán dañados.

Eso no me lo puedes discutir. Y no voy a entrar ahora en eso de "a mi me pegaron y estoy perfectamente". Eso es mentira. Que estés perfectamente. De entrada, defiendes pegar a otro ser humano.

Tu razonamiento es absurdo también por otro lado: Me duele decirlo, pero, el que maltrata o da cachetes ocasionales no ha dejado de hacerlo porque sea delito. La mayoría ni saben que es delito. ¿Delito, educar a mi hijo? dirían. No ha disminuido el maltrato a los niños, lamentablemente. Miles de padres ignoran, humillan, desprecian y pegan a sus hijos, de muy diversas maneras y con mayor o menor gravedad. De bebés los dejan llorar solos, les limitan el contacto físico, les separan de ellos muchas horas al día, les obligan a comer...

Así que no, no hay absolutamente ninguna relación entre esa penalización y ese vandalismo del que hablas. No es tan simple. Para que se llegue a ese extremo han tenido que pasar muchas cosas que habría que analizar. Pero ten seguro que un niño feliz, respetado y escuchado y atendido no pegará a su padre ni a nadie.

Pero es una lástima, Javier, tú sigues pensando lo siguiente: La mayor aberración, ¡un hijo pegando a su padre! ¡Que es la autoridad suprema! ¡Lo podría haber evitado ese padre con un cachete al mes desde los 5 años! ¡Qué injusticia que esté prohibido! ¿Cómo es que ningún imbécil se da cuenta?


 

** Esta "carta abierta", que fue publicada en la página Web de Prodeni hace 12 años, contiene una crítica de permanente actualidad sobre aquellas personas que siguen manteniendo que "los cachetes", como método familiar para corregir comportamientos de los seres humanos en su infancia, no son una forma de maltrato. La carta se dirigía entonces al escritor Javier Marías, pero se hace extensiva también hoy a todas esas "buenas" personas que aun se sienten incómodas con que "el cachete" ya forme parte del Código Penal y sea rechazado por el legislador en cada una de las leyes que se vienen promulgando de protección a la infancia.