Otro
fracaso de la ONU: UNICEF
Para 2010, el número de
niños y niñas que habrán quedado huérfanos en África subsahariana será
de 50 millones aproximadamente
Diarioexterior.com
6 de enero de 2005
Para 2010, el número de niños y niñas
que habrán quedado huérfanos en África subsahariana será de 50 millones
aproximadamente, y más de una tercera parte habrán perdido a uno o a ambos
progenitores debido al SIDA, según un informe bianual sobre la orfandad en el
mundo presentado recientemente por USAID, ONUSIDA y el UNICEF.
"Niños al borde del abismo 2004" es un informe que presenta las
últimas estadísticas históricas, actuales y futuras sobre la cifra de
menores de 18 años que han quedado huérfanos debido al SIDA y otras causas.
En el informe, la directora ejecutiva de UNICEF, Carol Bellamy alerta sobre
una futura "catástrofe" que se avecinaría si la ONU no toma
urgentes medidas para frenar el hambre, el SIDA y las guerras civiles. Sin
embargo, hay quienes le recuerdan a Bellamy que ella misma ha contribuido y
mucho a que estos problemas se agravaran.
En
efecto, Bellamy ha focalizado las acciones de UNICEF desde un punto de vista
puramente político, alejando a la institución de sus objetivos
fundacionales, su core business que es, principalmente, luchar contra
la mortalidad infantil.
Uno de sus más acérrimos críticos es Richard Horton, editorialista del
prestigioso semanario médico The Lancet, quien ha calificado la
trayectoria de Bellamy en UNICEF como "vergonzosa". Horton embiste
contra "los derechos de los niños" por los cuales reclama a los
cuatro vientos Bellamy en detrimento del simple cuidado sanitario de los más
pequeños, misión que debería condicionar a la institución. Pues sí, a
Bellamy en la cara se le mueren 10 millones de niños menores de cinco años
por causas que podían evitarse si ella se ocupara menos de "los
derechos" y se pondría a trabajar en lo que le compete.
El
lenguaje de los "derechos" significa muy poco para un niño que se
está muriendo de neumonía o que se está disecando por el hambre. Lo que es
de verdad "catastrófico" es que Bellamy haya echado por la borda el
magnífico trabajo de su antecesor, James Grant, quien sí salvaba la vida de
los niños con políticas sanitarias eficaces. Grant hizo un meritorio trabajo
basado en cuatro simples pilares: monitorio del crecimiento, terapia de
rehidratación oral, lactancia materna e inmunización. Su trabajo estaba
supeditado a la tradición de la UNICEF, la cual fue creada en 1946 para
alimentar a los huérfanos de la Segunda Guerra Mundial. Horton le reconoce a
Grant haber salvado a 20 millones de niños.
¿Estamos siendo injustos con Bellamy? Quizá sí, porque la brújula de la
UNICEF ya se orientaba sola hacia "los derechos de los niños" desde
1989, año en el que la ONU adoptó la Convención sobre los Derechos del
Niño y que ampliaba el enfoque de las tareas de UNICEF hacia áreas como la
de los niños de la guerra, la prostitución y la pornografía infantil. Pero
Bellamy perdió el norte implementando programas bastante absurdos como
"El Día Internacional de la Radiodifusión Infantil", que ayudan
muy poco a paliar las necesidades primarias de los niños.
En
un mundo de opciones y recursos inagotables, perseguir a la vez el objetivo de
resguardar los derechos de los niños al igual que sus salud tendría sentido.
Pero el informe de la UNICEF lo que recomienda a fin de cuentas es exigir más
gasto, precisamente porque los recursos no son ilimitados y no todos los
objetivos pueden ser alcanzados al mismo tiempo. Un informe, por cierto, que
contribuye a develar el fracaso de los organismos dependientes de la ONU como
de las mismas Naciones Unidas, sumidas en la corrupción y en los escándalos
financieros.
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