El País
El Supremo impide a Trump
la deportación de 700.000 jóvenes inmigrantes
En una decisión
ajustada, cinco votos a favor contra cuatro, el tribunal tacha de
"arbitraria" y “caprichosa” la decisión del mandatario republicano
Yolanda Monge
Washington, 18 de junio 2020

Un grupo de los conocidos como soñadores esperan la decisión del Supremo
mientras apoyan el movimiento Black Lives Matter.JONATHAN ERNST / Reuters
Es la segunda vez esta semana que el
Tribunal Supremo de Estados Unidos asesta un duro golpe a las políticas
discriminatorias de Donald Trump. Este jueves, por una ajustada mayoría, la
máxima instancia jurídica del país ha rechazado eliminar la protección legal
para 700.000 jóvenes que llegaron de niños a Estados Unidos. El presidente
del Supremo, el conservador John Roberts, ha señalado que las acciones de la
Administración habían sido “arbitrarias” y “caprichosas” pero también ha
indicado que no eran una violación de la cláusula de protección de igualdad
de la Constitución, lo que hubiera protegido a DACA frente a un nuevo
asalto. La decisión impide, por el momento, la deportación de esos 700.000
jóvenes inmigrantes.
Conocidos como dreamers (soñadores), Barack Obama
ponía en pie en 2012 a través de una acción ejecutiva el programa conocido
como DACA (Acción Diferida Para los Llegados en la Infancia), que protegía
de la deportación a centenares de miles
de jóvenes indocumentados y les concedía un permiso de trabajo, que
deben renovar cada dos años, aunque no constituye un camino a la plena
ciudadanía. Desde su llegada a la presidencia, Donald Trump ha tratado de
eliminar el programa alegando que fue una decisión “ilegal” e
“inconstitucional”. El presidente, a través de su cuenta de Twitter, ha
tildado de “horrible”
y “motivada políticamente” la decisión del Supremo.
Trump, que precisamente desde su llegada al poder ha logrado
inclinar la balanza del Supremo en favor de las conservadores, carga ahora
contra el tribunal. “¿Tenéis
la impresión de que no le gusto al Tribunal Supremo?”, se preguntaba el
presidente en Twitter. En opinión del mandatario, las últimas decisiones
adoptadas por la corte “son disparos en la cara de las personas que se
enorgullecen de llamarse republicanos o conservadores”. “Necesitamos más
jueces o perderemos nuestra Segunda Enmienda y todo lo demás”, ha dicho,
aludiendo al derecho de los ciudadanos a portar armas.
En una decisión ajustada, por 5 votos a favor y 4 en contra,
los magistrados rechazaron los argumentos de la Administración de Trump de
que DACA es ilegal y que los tribunales inferiores no tienen voz para
revisar la decisión de eliminarlo. La Casa Blanca lleva más de dos años
intentando tumbar el programa que garantiza la permanencia de los dreamers
en suelo estadounidense. El antiguo fiscal general de Trump Jeff Sessions
aconsejó a la Administración que acabara con DACA, argumentando que era
ilegal su permanencia.
Sin duda, la esperada decisión del Supremo dará todavía más
relevancia al asunto de la inmigración en la campaña presidencial, tema que
observa de manera favorable la opinión pública del país, que ve con simpatía
a quienes llegaron de niños a EE UU y han vivido aquí prácticamente toda su
vida. A pesar de que Trump prometió en su primer día al frente del cargo
revocar DACA, el mandatario tardó ocho meses en pasar a la acción, lo que
reveló un comprensible temor a sus consecuencias políticas, en un marco en
el que el Congreso de EE UU ha fracasado repetidamente en lograr aprobar una
ley de reforma migratoria.
El voto de Roberts ha sido de nuevo vital para otorgar la
victoria a los colectivos de defensa de los emigrantes. El presidente del
Supremo ha inclinado la balanza a favor de esos jóvenes soñadores al votar
junto al ala progresista de la Corte, Ruth Bader Ginsburg, Stephen Breyer,
Sonia Sotomayor y Elena Kagan. El juez que fue nombrado por George W. Bush
parece estar llamado a convertirse en el centrista que en su momento fue el
juez Kennedy, ya que el voto de Roberts está detrás de haber salvado en el
Supremo la reforma sanitaria de Obama, ampliado la ley de derechos civiles
al colectivo LGTBQ y todo apunta a que no ampliará la 2ª enmienda.
Cuando se puso en marcha en 2012, el programa DACA otorgaba
protección temporal frente a la deportación a un grupo de jóvenes que
cumplieran una serie de requisitos, entre ellos haber entrado en el país con
menos de 16 años y vivir permanentemente en EE UU desde 2007. También se les
exige que carezcan de antecedentes y que estudien o tengan el bachillerato
acabado. A cambio se les permite trabajar y conducir, así como acceder a la
seguridad social y disponer de una tarjeta de crédito.
Más del 90% de quienes se benefician de DACA tienen un empleo
y un 45% están estudiando, según cifras del Gobierno. Como dato relacionado
con la actual situación que vive el mundo, los defensores del programa han
hecho saber al Tribunal Supremo que cerca de 300.000 soñadores trabajan
dentro del sistema de salud, lo que hace que su labor sea más necesaria que
nunca en medio de la pandemia.
Trump, que considera que muchos de esos jóvenes “ni son tan
jóvenes ni son precisamente ángeles”, sufre esta semana su
segunda derrota judicial, después de que el Supremo fijase que la ley de
Derechos Civiles de 1964 protegía a los trabajadores LGBTQ, algo tan básico
como que no se puede despedir a una persona por ser gay o transgénero. Sus
planes de cerrar la iniciativa lanzada por Obama también se han desvanecido. |