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DESALAMBRE
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Patricia Fernández, abogada: "Decir que devolverán a los menores de Ceuta
implica que volverán a vulnerar sus derechos"
La letrada de la ONG Coordinadora de Barrios
recurrió, junto a Fundación Raíces, la devolución de menores desde Ceuta y
logró su suspensión judicial. Ahora, Pedro Sánchez y el presidente de Ceuta
han pactado expulsarlos por la "vía" que marca la Ley

Patricia Fernández, abogada
de Coordinadora de Barrios. Coordinadora
de Barrios
Gonzalo Testa, 25 de
agosto 2021
La abogada de la asociación Coordinadora de
Barrios Patricia Fernández Vicens (Madrid, 1977) emprendió el 15 de agosto
junto a la ONG Fundación Raíces una batalla judicial para frenar la
devolución de niños migrantes marroquíes que estaban solos en Ceuta desde
mayo en situación de acogida. Tras comprobar cómo las primeras furgonetas se
llevaban a los chavales de 15 en 15 al otro lado de la frontera acudieron al
juzgado para impugnar esas devoluciones. Tras lograr su paralización por
orden judicial, el acuerdo alcanzado por Pedro Sánchez y el presidente de la
Ciudad, Juan Vivas, este miércoles en La Moncloa, para retornar a los niños
"cumpliendo la ley" le suena a confesión pública. Pronostica que ambos
gobiernos "volverán a vulnerar sus derechos".
"Retornos asistidos", devoluciones,
expulsiones, repatriaciones, deportaciones… ¿Cuál es a su juicio el nombre
apropiado para denominar lo que hizo el Gobierno central y el de España con
los 55 menores expulsados a Marruecos entre el 13 y el 16 de agosto?
Como lo que se hizo es ilegal, no existe un
nombre correcto. El procedimiento que contempla la Ley de Extranjería es la
reagrupación familiar de menores, pero esto no lo era. Fue una pura
expulsión.
¿Al presentar la primera solicitud
de medidas cautelarísimas de suspensión de las devoluciones creía que las
autoridades tardarían nueve días en asumir que su proceder era irregular?
Nosotros teníamos la certeza de que nos
asistía la razón jurídica y la razón moral, pero jugaba en nuestra contra la
urgencia y nos preocupaba la mala fe con la que actuó el Gobierno y la falta
de compromiso de otros agentes como la Fiscalía o el Servicio de Protección
de Menores de Ceuta, pero sí teníamos confianza en obtener justicia
cautelar.
¿Le sorprendió la contundencia del
segundo auto de suspensión provisional de las expulsiones?
Contiene razonamientos jurídicos impecables
y valoramos que la Fiscalía apoyase nuestra solicitud.
¿El Ministerio Público tendría que
haber tomado la iniciativa para pedir la paralización del procedimiento?
Sin duda. Estamos hablando de niñas y niños
sin tutor legal en medio de un conflicto de intereses entre los menores que
no quieren ser retornados y la entidad que ejerce su guarda, la ciudad
autónoma. Ambas circunstancias ameritaban que la Fiscalía hubiese promovido
la suspensión de las expulsiones. Es cierto que quizá al principio ignoraban
las condiciones en las que se producían, pero el lunes considero que ya era
su responsabilidad.
¿Qué le ha parecido la insistencia
de Interior y el Gobierno de Ceuta en defender su actuación?
Eso sí que me ha parecido sorprendente.
Dice el refrán que de sabios es errar y de necios porfiar en el error. El
empeño de ambos agentes carecía de cualquier tipo de soporte o base
jurídica. En 2006 o 2007 no había un procedimiento reglado y estos mismos
hechos no hubiesen sido legales o justos, pero habría cabido un argumento
jurídico.
Ahora, con las sentencias del Tribunal
Constitucional que obligaron a cambiar la Ley y el Reglamento de Extranjería
en un procedimiento promovido por la Coordinadora de Barrios, intentar
cargarse toda nuestra arquitectura legal de protección a la infancia sólo se
entiende desde un profundo desprecio por los derechos de los niños, que no
son vistos como tales, como sujetos de protección, sino como un problema
político a solucionar, tal y como han reiterado este martes Pedro Sánchez y
Juan Vivas.
Intentar
cargarse toda nuestra arquitectura legal de protección a la infancia
sólo se entiende desde un profundo desprecio por los derechos de los
niños, que no son vistos como tales sino como un problema político a
solucionar.
Dicen que aceptan cambiar de formas
pero mantienen el fondo: hay que devolver a todos los menores alegando que
eso es lo mejor mirando por su supuesto interés superiores
Porfían en su intención de seguir
vulnerando los derechos de esos niños. No puede adoptarse una medida
general. Podrían decir que evaluarán sus necesidades individuales para
valorar si procede o no repatriarlos a Marruecos. Sería impecable. Afirmar
que 'devolveremos a los menores' supone manifestar públicamente que se
volverán a vulnerar sus derechos a pesar de que ya sabemos que un número
importante no pueden ser retornados por las dificultades en las que viven
allí. Su presupuesto de base es: ignoramos sus necesidades y atendemos
exclusivamente a criterios de políticas de control de fronteras.
Lo primero que deberían hacer ahora
las autoridades españolas para cumplir la Ley es recabar información en
Marruecos sobre las circunstancias en las que estaban allí.
Lo primero es informar a cada niño de que
se va a iniciar un procedimiento de repatriación y, si lo rechaza, nombrarle
un defensor judicial para iniciar el procedimiento, algo que puede hacer la
Delegación del Gobierno o el Servicio de Protección de Menores de la Ciudad.
A partir de ahí se deben recabar informes a través de Exteriores sobre la
situación de su familia y en su país de origen. También dar trámite de
alegaciones, practicar pruebas, recabar informes y resolver en no más de 6
meses sobre si atendiendo al interés superior del menor procede su retorno,
su derivación a un tercer país o su permanencia en España.
Hasta ahora el Gobierno de Ceuta
alegaba que aplicando la Ley es "imposible" culminar una repatriación. ¿Es
cierto?
No. Cuando se ha intentado o bien los
informes preceptivos no han sido favorables o bien... No vale decir que
aplicando las garantías no es posible conseguir el objetivo y que, entonces,
hay que laminarlas. El resumen de lo que dice el Gobierno es que está
dispuesto a saltarse la ley para conseguir repatriaciones aunque ello
suponga vulnerar derechos.
Vivas y Sánchez han prometido poner
los recursos que haga falta para tramitar los expedientes que se incoen lo
más rápido posible. ¿Adónde deberían ir esos medios mirando por el interés
superior de los menores migrantes solos acogidos en Ceuta?
Si se quiere de verdad hacer una evaluación
individual de repatriación lo primero es garantizar una acogida digna. Si el
niño no está bien atendido no va a tener confianza para confesar que ha sido
víctima de maltrato familiar, de trata, de explotación sexual… O que estaba
fenomenal en su casa. Esa acogida no es factible en Ceuta, hacen falta
traslados a la península, porque además no obstaculizan que los expedientes
concluyan que lo mejor es su retorno. Se quiere mantenerlos en la ciudad
autónoma para echarlos por la frontera cuando convenga con medidas expeditas
sin garantías. No vale mantener a los niños en muy malas condiciones para
decir que, dado que se encuentran tan mal, lo mejor es su repatriación. No
vale maltratarlos para utilizarlo como excusa.
No vale mantener a los niños en muy malas condiciones para decir
que, dado que se encuentran tan mal, lo mejor es su repatriación. No
vale maltratarlos para utilizarlo como excusa.
¿Qué pasará con los menores que
cumplan 18 años durante este periodo de tramitación de expedientes que se
anuncia?
La legislación dice que a todos los menores
que están en España se les debe tramitar el permiso de residencia. Si
entonces cumplen los 18 años siguen siendo personas en situación regular,
pero entonces ya no cabe el procedimiento de repatriación familiar.
¿Marruecos podría dificultar la
finalización de los expedientes si no facilita su documentación?
El procedimiento se activó en el marco del
intento de restaurar las relaciones bilaterales entre España y Marruecos,
que acaba de romper con Argelia y no puede estar enfrentado a todos sus
vecinos. El país vecino tensa la cuerda a su conveniencia, pero sorprende
que ahora España diga que confía en él para tutelar y atender a estos niños
cuando hace dos meses criticábamos que los había utilizado para hacernos
chantaje político.
¿Devolveríamos a un menor a unos padres que
han arrojado a hijo al mar o cuestionaríamos su capacidad para ejercer su
tutela? El Estado marroquí podría volver a usarlos dificultando su retorno,
poniendo condiciones imposibles o, al contrario, facilitando incluso las de
quienes no cumplan las condiciones: qué va a pasar con los menores LGTB o
transexuales, con los que son miembros del Hirak y huyen de la represión…
¿También los vamos a devolver?
¿Los menores han tenido oportunidad
de pedir protección internacional en Ceuta?
Sabemos que hay un grupo que lo ha hecho,
pero también que otro importante sigue pendiente de formalizar su solicitud
y otros muchos que ni siquiera han podido recibir información sobre el
procedimiento. Hasta que todo eso no se haya hecho plantear cualquier
repatriación es absolutamente ilegal.
¿Cree que la actuación de los
gobiernos de Sánchez y Vivas es susceptible también de reproche por la vía
penal?
Si porfían en vulnerar el derecho de esos
niños a asistencia letrada o a tener un defensor judicial, por doloso, sí.
El Código Penal contempla el delito contra el ejercicio de los derechos
fundamentales. También está ahí el de prevaricación, pero yo creo que habría
incluso otro previo.
El ministro de Interior ha querido
lavarse las manos tras la actuación realizada. ¿Usted tiene claro quién ha
sido el responsable de las 55 expulsiones consumadas al margen de la ley?
La competencia para ordenar y ejecutar los
retornos a Marruecos es de la Delegación del Gobierno, que actúa por
delegación del Ministerio de Interior. Hay documentación que acredita que ha
sido este último el que dio la orden a través de la Secretaría de Estado de
Seguridad. La Vicepresidencia Primera del Gobierno de Ceuta pidió activar el
Acuerdo con Marruecos. Eso no la convierte en responsable jurídico, aunque
nunca debió consentir que niños bajo su guarda fuesen sacados de los
recursos de asistencia sin una evaluación pormenorizada e individual.
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