Una niña de
cinco años ha sido hallada muerta este lunes en una
habitación de un hotel de Logroño después de que su madre
intentara suicidarse. La mujer, que en un primer momento fue
trasladada al hospital, fue detenida por la Policía Nacional
a última hora de la tarde. La pequeña no presentaba signos
externos de violencia, según fuentes de la Delegación del
Gobierno en La Rioja. La noche anterior, el padre había
denunciado la desaparición de su hija después de que su
esposa, de la que se encuentra en proceso de separación,
incumpliera el horario de entrega de la menor, lo que ya
había ocurrido en más ocasiones.
La madre, de
unos 36 años y nacionalidad española, y la niña se
registraron este domingo en el hotel Los Bracos, situado en
el centro de la capital riojana. Hacia las 9.30 de este
lunes, la policía acudió al establecimiento después de una
llamada de los empleados, alertados por un vecino que había
visto a una persona con intenciones suicidas en una de las
ventanas. Al llegar, los agentes encontraron a la mujer
sentada en el alféizar con algunos cortes y a la niña muerta
en la cama, según las citadas fuentes. Los servicios
funerarios se llevaron el cadáver de la menor, a la que se
practicará la autopsia para determinar las causas de la
muerte.
La madre, que ha
salido a pie del hotel y con signos de agitación, ha sido
trasladada en ambulancia a un hospital de la ciudad, según
la Jefatura Superior de Policía de La Rioja, donde ha
permanecido en vigilancia hasta que ha sido detenida a
última hora de la tarde. La mujer ha dejado unas cartas de
despedida en el domicilio de un familiar, quien, al
encontrarlas después de conocerse el suceso, las ha
entregado a la Guardia Civil. La Policía también trata de
localizar a la abuela materna de la niña, quien pasó la
tarde con su hija y su nieta, sin que, hasta ahora, se
conozca su paradero.
La denuncia del
padre se presentó a última hora del domingo en el cuartel de
la Guardia
Civil de la ciudad riojana de Haro, a unos 48 kilómetros
de Logroño, según fuentes de la investigación. El padre,
también de nacionalidad española, explicó que su esposa
tenía que haberle entregado a la niña esa tarde y no lo
había hecho. El juzgado de instrucción número 3 de Logroño
ha abierto las diligencias correspondientes para su
investigación, según el Tribunal Superior de Justicia de La
Rioja.
Edificio
de viviendas donde vivía la niña con su padre. Lino
Rico
Consternación
en Haro
La pequeña
procedía de Haro (unos 11.000 habitantes), localidad que
este lunes mostraban su consternación por el suceso. "El
padre, Javier, solo quería el bien de la niña", dicen varios
residentes sentados en una mesa junto al parque más cercano
al domicilio de la pequeña. Los vecinos, que prefieren no
dar su nombre —"aquí nos conocemos todos"—, explican que
Javier se divorció de Adriana Carolina al poco de nacer la
niña y que el juez le otorgó la custodia a él. Después,
añaden, "Javier lo pasó muy mal por las denuncias de su
expareja", que además vulneró varias veces el régimen de
visitas que le concedió el magistrado.
Los padres de la
niña residían junto al cuartel de la Guardia Civil de la
localidad hasta que el padre se mudó a unos edificios en la
zona de El Mazo, un área residencial de Haro, en un piso
situado encima de un supermercado. Desde el parque infantil
de ese barrio se ven las montañas nevadas. También la Vía
Láctea, incluso de día. Tiene truco: a este parque moderno,
con wifi, lo tapa una cubierta que recrea las estrellas.
Allí juegan varios niños mientras una mujer, compañera de la
madre en el instituto, se pregunta qué ha podido pasar para
llegar a este desenlace. La vecina, que pide anonimato,
recuerda que Adriana era una chica “dulce y tranquila” y que
estudió Magisterio infantil. Además, relata que el último
contacto que mantuvo con ella fue durante la pasada
Nochevieja, cuando hablaron sobre una foto de una tarta que
Adriana le había preparado a la menor. De hecho, las redes
sociales de la madre contienen una sucesión de retratos de
la pequeña, que sonríe divertida en una de ellas con un lazo
coronando su pelo rubio
Una mujer que
pasea a su perro junto a su hija expresa su desolación tras
la noticia: “Javi es un amor, un cielo”. Afirma que conocía
a ambos y que Adriana Carolina pertenecía al grupo de amigos
de su hermana. A todo el mundo le constaba que algo iba mal
entre esta antigua pareja y que habían tenido desencuentros,
pero “nada que diese pie a pensar que pudiese acabar así”,
añade.
Colegio
de San Felices, en Haro, al que acudía la pequeña. Lino
Rico
La menor
fallecida acudía al céntrico colegio de San Felices, a unos
15 minutos andando de El Mazo. Cuatro empleadas de la
escuela rechazan pronunciarse sobre el suceso. “Estamos
destrozadas, no queremos hablar”, dicen. Al rato, los
chavales salen en estampida de las aulas y pisan sobre la
pista de rayuela dibujada en el patio. En una de las
ventanas hay pegado un rótulo morado en el que se puede leer
“Vida” como parte de una campaña contra la violencia de
género. Unos metros más allá, un padre juega al escondite
con su hija.