Mientras España intenta
digerir el horror de la noticia del
hallazgo del cadáver de la pequeña Olivia en aguas de Tenerife,
el buque oceanográfico gallego Ángeles Alvariño, con
base en Vigo, continúa hoy rastreando la zona para tratar de encontrar a
su hermana Anna, de tan solo un año, y a su padre,
Tomás Gimeno.
El barco del
Instituto Español de Oceanografía está
equipado con un radar de barrido lateral y un robot marino que han
sido vitales para hallar, primero, una botella de buceo y una funda
nórdica propiedad del padre de las niñas y, finalmente, el cuerpo de
Olivia. El buque se encuentra a unas tres millas náuticas del puerto de
Santa Cruz de
Tenerife, en la misma zona donde se produjo la última conexión con
el teléfono móvil de Tomás y donde ha permanecido prácticamente desde su
llegada a la isla.
La Guardia
Civil sospecha que Tomás Gimeno drogó a sus hijas antes de
matarlas. Los investigadores hallaron varios envases de
medicamentos en el comedor de la casa donde creen que asesinó a Olivia y
Anna, según publican hoy varios medios. Al parecer, son los
fuertes calmantes que tomaba para recuperarse de una reciente
lesión en la clavícula y las costillas.
Tras el hallazgo del
cadáver de Olivia, de seis años, las redes sociales se han llenado hoy
de nuevos mensajes de solidaridad dirigidos a Beatriz, la madre
de las niñas secuestradas, y a su familia y allegados, a los
que se les ha roto en mil pedazos su sueño de que todo era
«un teatro» del padre. Asimismo, el Ayuntamiento de
Santa Cruz ha convocado un minuto de silencio hoy al mediodía.
El Colegio
Alemán Santa Cruz de Tenerife ha expresado su más sentido
pésame tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Olivia Gimeno, alumna del
centro. «Toda la comunidad escolar del Colegio está de luto por el
fallecimiento de Olivia. Nuestros pensamientos están, de todo corazón,
con la niña, su madre y sus seres queridos», señala el centro educativo
en una nota.
Juan Carlos
Quer -padre de Diana, la joven asesinada en A Pobra en el
2016-, ha lamentado el hallazgo del cuerpo de la pequeña de 6
años.«Olivia, descansa en Paz. Todo mi cariño y solidaridad para su
madre. Es imposible comprender cómo padres y madres inhumanos pueden
terminar con la vida de sus hijos, seres inocentes e indefensos de un
modo tan cruel, por razones de venganza. El mal existe», ha publicado en
las redes sociales.
La vicepresidenta
primera, Carmen Calvo, ha pedido «rotunda unanimidad» contra la
violencia machista. «Estamos en una semana negra,
absolutamente negra porque significa que, cuando decimos que hay una
violencia contra la mujer por el hecho de serlo,
desgraciadamente llevamos razón, terriblemente llevamos razon», ha
afirmado Calvo.
El presidente de la
Xunta, Alberto Núñez Feijoo, ha confesado estar «sin
palabras ante tanta aberración». «Todo mi cariño y apoyo a la madre de
las pequeñas», Beatriz, y a sus familiares, ha escrito el mandatario
gallego en su cuenta oficial de Twitter.
La delegada del Gobierno
contra la violencia de género, María Victoria Rosell,
ha lamentado que Tomás Gimeno «no es un loco o un asesino en serie, es
la cara del machismo de ese hombre que no tolera la
libertad de la mujer o su igualdad». En una entrevista con Radio
Nacional de España recogida por Europa Press, Rosell ha advertido de que
«son ya muchos» menores asesinados por violencia de género, 41 desde el
2013 y 4 huérfanos este año «todos con el mismo patrón».
La
cronología de los hechos
El 27 de abril, el padre
de las niñas, Tomás Gimeno, de 37 años, recogió a
Anna, de un año, y a Olivia, de seis,
en la casa de la madre de estas, Beatriz Zimmerman, a las 17 horas para
pasar la tarde con ellas. A las 19.30, se desplazó a la residencia de
sus padres y se despidió de su progenitor con un inusual abrazo («Nunca
me abrazaba», aseguró el abuelo de las niñas). Fue la última vez
que se vio a las pequeñas.
Después, regresó a su
casa con las niñas, donde estuvo cerca de dos horas y, a las 21.30,
las cámaras del puerto de Santa Cruz de
Tenerife lo captaron ya solo, llevando dos petates
militares y bultos desde su coche hasta su embarcación de recreo. A las
21.50 hizo su primer viaje a alta mar.
Poco antes, había
conversado con su exmujer, ya que esta había ido a buscar a sus
niñas sobre las 21 horas y no las había encontrado en casa.
Gimeno le aseguró en primer lugar que estaba cenando con ellas, aunque
luego le dijo que no las volvería a ver, ni tampoco a él.
Tomás volvió a
tierra a las 23.30 horas y compró tabaco y un cargador de móvil
en una gasolinera y, poco después, le pidió al vigilante del puerto
cargar su teléfono. Y volvió a hablar con su mujer. Le dijo a Beatriz y
la tranquilizó diciéndole que ya había acostado a las niñas y que las
llevaría al día siguiente de vuelta.