Maria
Magdalena, madre de Fátima, es consolada
durante los funerales de la niña. En vídeo,
un hombre y una mujer, detenidos por el
asesinato de Fátima en México. FOTO:
REUTERS | VÍDEO: ATLAS
Carlos
salinas Maldonado
México, 20 de febrero 2020
La Policía ha detenido este miércoles a los
dos presuntos responsables del asesinato de
la niña Fátima, según ha informado la jefa
de Gobierno de Ciudad de México, Claudia
Sheinbaum. La mujer que el pasado 11 de
febrero recogió de su colegio a la
niña de siete años cuyo asesinato ha
conmocionado al país ya había sido
identificada el martes como Giovana. Las
autoridades también habían determinado la
identidad de un hombre, de nombre Mario
Alberto, que, dijeron, "tiene una relación
emocional o de pareja" con la mujer.
Los vecinos de la colonia San Felipe, de
Ciudad de México, un tinglado de casas
construidas al azar y golpeado por la
pobreza, se agolparon el martes a las
afueras del inmueble número 17, adonde
supuestamente llevaron a Fátima tras su
secuestro. Las autoridades informaron que
hallaron la ropa que usaba la mujer el
día que secuestró a Fátima, los zapatos
de la niña, así como cinturones con sangre,
documentos de identidad y fotografías, y
objetos "que permitieron obtener información
sobre dos personas relacionadas con la
desaparición de la menor", según ha dicho
este miércoles Ulises Lara, vocero de la
fiscalía de Ciudad de México. El funcionario
ha informado que estas personas serán
acusadas por el delito de privación ilegal
de la libertad con la finalidad de hacer
daño a la niña. Lara ha recordado que el
Código Penal de la capital establece
sanciones de entre 80 y 140 años de prisión
para este delito. "Solicitaremos a la
autoridad judicial todo el peso de la ley
para castigar a quienes tuvieron
participación en este indignante hecho", ha
afirmado Lara en una rueda de prensa.
La conmoción generada en México por el
asesinato de Fátima ha llevado a las
autoridades a actuar con urgencia en el
esclarecimiento del crimen ante el hartazgo
y la presión social. La propia alcaldesa
Sheinbaum lanzó un mea culpa al
admitir que la actuación oficial estuvo
dominada por una cadena de negligencias.
Tras seis días desaparecida, el fin de
semana pasado el cadáver de Fátima
Aldriguett Antón fue
hallado en bolsas de basura y con señales de
haber sido torturada. Fue un fallo
mortal de los protocolos de las autoridades
del colegio, quienes dejaron ir a la niña
con una desconocida, y del proceder de la
fiscalía local, que retrasó la denuncia de
desaparición de la menor durante más de 24
horas.
Las autoridades distribuyeron un retrato de
la mujer que supuestamente se llevó a Fátima
y ofrecieron una recompensa de dos millones
de pesos (más de 100.000 dólares) a quien
entregara información para localizarla. Se
informó de que se trataba de una mujer entre
los 42 y 45 años y de una estatura unos 1,60
metros. Según la información oficial, Fátima
fue recogida del colegio por esta mujer, a
quien los familiares de la menor, dicen, no
conocen. Un vídeo de seguridad revela cómo
la mujer lleva a la niña de la mano. El
cadáver de Fátima fue hallado en un terreno
baldío, a unas pocas cuadras de su casa.
Estaba desnudo, mostraba golpes y estaba
enrollado en plásticos. Malena Antón, madre
de la niña, dijo
el martes frente a los medios de
comunicación una frase desgarradora:
“Esta vez fue mi hija, pero podría haber
sido la de cualquiera de ustedes”.
La fiscalía ha detallado que investigan las
negligencias que pudieron haber cometido
funcionarios locales en este caso, además de
considerar el crimen como un feminicidio. Uno
más en un país donde cada día son asesinadas
10 mujeres, crímenes que tienen un 90%
de impunidad, sin que el Gobierno que
encabeza Andrés Manuel López Obrador haya
establecido aún una estrategia concreta para
atajar este flagelo. El martes, durante su
conferencia matutina, el mandatario afirmó
que su Administración está “atendiendo las
causas” de esa violencia, pero
no presentó una estrategia clara para frenar
la alta tasa de asesinatos de mujeres.
Los mexicanos se despiertan a diario
escuchando historias de horror. Unos días
antes de la desaparición de Fátima se
conoció el feminicidio Ingrid Escamilla,
de 25 años, asesinada por su pareja en
Ciudad de México. Esta violencia ha
movilizado a miles de mujeres en todo el
país, que protestan exigiendo un alto a esta
sangría. La negligencia de las autoridades y
la postura del presidente, que achaca la
violencia a la herencia de corrupción e
impunidad dejada por gobiernos anteriores y
que pide que las manifestaciones de mujeres
no sean violentas, ha enfurecido a la
ciudadanía de un país que cuenta en
centenares de miles sus muertos.
La tarde del martes el cuerpo de Fátima fue
sepultado al son de música de mariachis.
Decenas de vecinos de su barrio del sur de
la capital acompañaron el cortejo fúnebre.
Cargaban flores y globos blancos. Un pequeño
féretro del mismo color fue colocado en el
hueco abierto en el panteón, entre llantos,
mientras en otros puntos de la ciudad
decenas de mujeres lanzaban un grito que
resuena a lo largo del territorio mexicano:
“Ni una más”.