Emiliano estaba al
cuidado de su padrastro y fue ingresado en el Hospital Pasteur de Villa
María, según indicaron su madre y la pareja de ella, por un supuesto
"accidente doméstico". Por la gravedad de las lesiones del nene de dos
años, los médicos optaron derivaron con urgencia al Hospital de Niños de
la Santísima Trinidad, en la capital provincial.
El informe que elaboró
la Unidad Interdisciplinaria de Atención a la Violencia Infantil sostuvo
que tanto su madre como el padrastro del menor dieron “un relato
inverosímil y discordante” y que de ninguna manera justificaba las
múltiples lesiones que tenía el niño. Ese análisis señala que el
maltrato fue “físico” y “grave” y que el pequeño sufrió un “traumatismo
encefálico abusivo”.
Los médicos que lo
atendieron señalaron que el nene “llegó en condición crítica, con
convulsiones”, y una “lesión cerebral”, por lo que recibió asistencia
inmediata, intubación y todo el tratamiento que intentó disminuir el
edema en el cerebro. Se precisó que “el examen de fondo de ojos
(realizado al menor) es revelador de hemorragias retinarias bilaterales
en distintos estadios evolutivos”. Finalmente, falleció al presentar
muerte cerebral.

Lucio Dupuy
Pero el caso del
pequeño Emi no fue un hecho aislado. A comienzos de diciembre, en
Neuquén se conoció un caso muy similar, en el que un niño de 2 años fue
asesinado a golpes por su padrastro, quien se encuentra detenido por la
Policía. Los médicos del hospital Heller recibieron como paciente al
nene que llegó al centro de salud en estado de inconsciencia y lleno de
golpes.
A pesar de que
hicieron todo para salvarle la vida, el menor ya estaba fallecido cuando
arribó al lugar en compañía del novio de su madre. El menor -que
presentaba politraumatismos y signos de abuso sexual- vivía con su
madre, su pareja y otros tres hermanos, quienes ya fueron puestos a
resguardo y quedaron en custodia de una familiar. Lo que trascendió,
según contaron algunos vecinos, es que la madre del pequeño salía a
trabajar y que los niños quedaban al cuidado de su novio.
Antes que este caso
saliera a la luz, fue tapa de todos los diarios el caso de Lucio
Dupuy, el nene de 5 años asesinado por su mamá, Magdalena
Espósito Valenti, y su pareja, Abigail Páez, en La Pampa. "Lucio Abel
Dupuy fue quién tuvo que pagar con su vida para convertirse en el grito
ensordecedor de la niñez herida. Esa misma por la que levantamos una
bandera de lucha contra el maltrato infantil un 14 de Febrero del 2019",
señalan desde "Ponete la Capa".
Luciana
Florencia Villa
Se trata de una
organización sin fines de lucro que lucha contra el maltrato infantil en
Argentina y no dudaron en manifestar su preocupación ante esta
problemática que afecta a cientos de chicos en todo el país: "Nuestra
lista de crímenes contra la infancia crece bestialmente en una sociedad
que está enferma, un estado incompetente y una justicia pobre que espera
hasta la muerte para accionar", dijeron.
Y sumaron: "Luchamos
porque que sean menos y no sean más, que sean los últimos alguna
vez...Por un sistema de protección verdaderamente niñocentrista y por
una sociedad contra el adultocentrismo, por cuidar nuestras raíces, por
un futuro respetuoso, tolerante, que se enorgullezca de sus ciudadanos,
por ese niño que fuiste y al que robaron tu infancia, rompamos el
patrón".
Al menos cinco veces
había ingresado al hospital el pequeño Lucio. O por lo menos, así lo
revelaron distintos informes médicos sobre fracturas, golpes y diversas
lesiones que sufrió el nene en su corta vida: fue asistido por el
Servicio de Emergencias Médicas (SEM) el 15 de diciembre de 2020 por “traumatismos
de miembro superior”, uno de ellos “superficial”. Ese mismo día, ingresó
a la guardia del hospital Evita donde se le diagnosticó una “fractura
expuesta en dedo de la mano”.
Tres días después, el
chico fue atendido en el hospital Molas y se le detectó una “fractura a
nivel de la muñeca y de la mano”, con fracturas de otros huesos del
carpo. En tanto, en enero de 2021, Lucio fue llevado al centro de salud
del barrio Río Atuel, donde fue atendido por una pediatra, que le indicó
“traumatismos de miembro superior”, también con uno superficial, por
“trauma”.

Aarón Maximiliano Bustos Sosa
El número de casos de
maltrato y abuso infantil ocurridos en este país durante el 2021 es
alarmante. Luciana Florencia Villa tenía
5 años y falleció el 29 de septiembre en el hospital del partido
bonaerense de Hurlingham, al cual había ingresado con un cuadro de paro
cardiorrespiratorio. Si bien los médicos que la atendieron lograron
reanimarla, su condición era sumamente delicada y su cuerpo no lo
soportó.
La menor
presentaba hematomas en todo el cuerpo, hemorragia interna y signos de
un ataque sexual. De hecho, la fiscal a cargo del caso, Marina
Rueda, titular de la UFI Nº12 de Morón, sospecha que la menor
era utilizada para la comercialización de pornografía infantil. La
autopsia al cuerpo de la pequeña Luciana comprobó que la menor sufría
abusos sexuales de larga data y, además, que murió debido a la brutal
golpiza que había recibido poco antes de llegar al nosocomio.
Marcos
Leonardo Villa, de 33 años, y Marcela Segovia,
de 45, sus padres, quedaron acusados como coautores del homicidio
agravado por el vínculo, que prevé la pena de prisión perpetua. Ambos se
negaron a declarar y quedaron aprehendidos, a la espera de que el
Juzgado de Garantías Nº 3 de Morón convalide la detención. Además, la
fiscal imputó al padre de la víctima como presunto autor del abuso
sexual y a la mujer, como partícipe necesario de ese delito.
Según trascendió, más
tarde Segovia no dudó en culpar a su pareja, a quien acusó de someterla
a un verdadero calvario. Sin ir más lejos, la mamá de la nena
manifestó que ella era víctima de violencia de género y que había
denunciado previamente a su pareja en tres oportunidades. Dichas
denuncias se habían realizado en 2016, pero las fuentes afirmaron que la
mujer "perdonó" a Villa y que “todo continuó igual”.
Por esta razón, la
fiscal sostiene que la mujer es coautora del crimen de su propia hija.
El hecho ocurrió en la casa que ambos alquilaban, ubicada en la calle
Guayra, de la localidad de Villa Tesei. Fue Villa el que trasladó a su
hija en brazos hasta la Unidad de Pronta Atención (UPA), ubicada en
Veragua al 4500, en la localidad de William Morris, afirmando que la
nena había sufrido un paro cardiorrespiratorio porque supuestamente se
había “atorado” con algo en su casa.
La pequeña llegó a
ser reanimada por los médicos, pero falleció a raíz de la hemorragia
interna que le habían provocado los golpes de sus progenitores. Aarón
Maximiliano Bustos Sosa, de tan solo un año y 8 meses, fue
asesinado el sábado 18 de Septiembre por su padrastro, Alán
Leonel Lapalma, de 24 años y que se encontraba en libertad
condicional, en el barrio Florentino Ameghino de Mar del Plata.

León Aquino
El pequeño fue
trasladado de urgencia por su mamá y Lapalma: "Se atragantó con algo",
le dijeron, nerviosos, a los médicos que rápidamente lo atendieron y
derivaron de urgencia al hospital Materno Infantil de Mar del Plata. El
nene estaba inconsciente: presentaba magullones en todo el cuerpo,
hematomas en el abdomen, en las piernas y marcas en la cara.
La autopsia reveló
que presentaba heridas internas de hacía varias semanas, que tenía
cicatrices por haber recibidos golpes en la cabeza con un objeto romo y
contundente, que sufría una hemorragia estomacal, equimosis en cráneo,
tórax y abdomen y un moretón importante en la zona frontoparietal
izquierda y que fue el último golpe en la cabeza lo que le provocó la
muerte.
Lapalma se encontraba
en libertad condicional y volvió a ser alojado en al Unidad Penal 44 de
Batán: había sido condenado a una pena de 3 años en suspenso por el
delito de uso de documento público alterado y fue encarcelado después de
ser detenido tras un intento de robo. Ahora, quedó imputado por
"homicidio agravado por alevosía", que prevé una condena a prisión
perpetua y se negó a declarar ante la fiscal Salas.
Otro caso sucedió el
pasado 23 de septiembre: León Aquino, de tan solo un
año y medio, fue asesinado por su padrastro, Roberto Fernández,
de 27 años, en el barrio Villa Mitre, en Berazategui. Por este hecho, su
mamá, Yésica del Carmen Aquino, de 32 años, fue acusada
y detenida por encubrimiento, complicidad y participación del homicidio.
La mujer intentó convencer a su hermana de que su hijo se había ahogado
con leche.
Sin embargo, los
médicos notaron los golpes que tenía el nene en su cuerpo y decidieron
hacer una denuncia a las autoridades. La autopsia reveló que el pequeño
León sufrió maltratos prácticamente desde su nacimiento y murió a causa
de una “septicemia traumática”. Los forenses encontraron golpes,
pinchazos de aguja por todo el cuerpo y mordeduras en la zona del
cuello.
También extrajeron
una aguja oxidada del cadáver, razón por la cual la principal hipótesis
de los investigadores es que esa varilla con óxido pudo haber provocado
la infección que derivó en una septicemia. La fiscal Gabriela
Mateos de la UFI N° 3 de Berazategui, quien quedó a cargo del
caso, ordenó la detención de la madre del nene y de su pareja,
Fernández: ambos se negaron a declarar.

A través de su página
oficial, "Ponete la capa" busca frenar el maltrato infantil y señalaron
estar "hartos de ver como rellenan sus redes sociales con capacitaciones
y reuniones vía Zoom entre funcionarios para figurar que están
haciendo". "Mientras ustedes sonríen a las cámaras, firman, se dan la
mano y escriben textos sin sentido, nuestros niños en Argentina se están
muriendo. Queremos ir contra todos", agregaron.
De acuerdo con la
organización, la sociedad y, sobre todo, la justicia argentina "no están
escuchando el llanto de los niños". "Tampoco están atendiendo nuestra
causa que reclama hace casi 3 años contra este sistema adultocentrista y
en algunos casos, (aunque la mayoría), con perspectiva de género. Los
asesinos de Lucio Abel Dupuy son incontables", destacaron.
Y continuaron: "La
madre y su pareja, principales autoras de una tortura a largo plazo y un
homicidio atroz, eran personas activistas en la lucha contra la
violencia de género y a favor de la violencia infantil. Porque en la
cultura general e internacional, se sigue poseyendo a los niños como
ciudadanos de segunda categoría y como objetos sin derechos. El aparato
judicial y el estado tan responsables como las autoras, mataron a Lucio
por omisión, negligencia, inacción, desatención y parcialidad".
Para la organización,
también son responsables de la muerte del pequeño Lucio "su tía materna,
abogada especialista en derechos de familia, quien olvidó los derechos
de su sangre". "Entre todos lo empujaron a un campo minado para agonizar
lentamente hasta morir. Lucio fue traicionado por la patria",
afirmaron.
Al mismo tiempo, se
tomaron un momento para recordar el caso de Thiago Fleitas,
el nene de dos años que falleció en marzo de este año en el Hospital
Juan C. Sanguinetti de Pilar tras ser brutalmente golpeado. Los
resultados de la autopsia habían arrojado que el menor también
presentaba heridas compatibles con abuso sexual y quemaduras. "El 27 de
Agosto abrazábamos el alma de Thiago Fleitas a través de sus familiares
que nos acompañaron a movilizar", contaron.
Y sentenciaron:
"Argentina ha decidido definitivamente volcar su ira en la infancia para
hacerla infeliz. Todo está roto. Este fenómeno siniestro de odio hacia
nuestros niños se está expandiendo y provocando un desastre social. No
se podrá detener hasta que invadamos las calles en su defensa, y por
supuesto, hasta que el Estado Nacional tome la palabra y asuma la
responsabilidad. Gobierne quién gobierne. Argentina dice basta del
maltrato infantil".