PRODENI

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DIA DE LOS DERECHOS DEL NIÑO, 20 DE NOVIEMBRE 2.006

Hace 17 años (20 de Noviembre 1989) Naciones Unidas aprobó la Convención de los Derechos del Niño, un cambio revolucionario respecto a la Declaración Universal de 1959 hasta entonces vigente, al haber introducido y desarrollado la concepción de niño y niña como “persona sujeto de derechos” y establecido el principio de su interés superior sobre cualquier otro, lo que años después recogía nuestra legislación al hacer descansar como concepción jurídica fundamental “las necesidades de los menores como eje de sus derechos y de su protección” (Exposición de motivos de la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor 1/96 de 15 de Enero)

 Desde la asociación PRODENI aprovechamos cada año esta efemérides para citar aquellos aspectos o cuestiones que entendemos afectan negativamente a la infancia española, centrándonos en particular en alguno de ellos. Esta vez queremos fijarnos en uno de los derechos fundamentales recogidos en la Convención de 1989, el derecho a expresar libremente su opinión en todos los asuntos que les afecten (Art. 12) y que nuestra legislación recoge como “el derecho a ser oído”.

 La Ley de Protección Jurídica del Menor de 1996, considera que el niño o niña debe ser tratado como un sujeto participativo con capacidad de influir activamente en la transformación de la sociedad. A tal efecto deberían dirigirse los esfuerzos de los adultos (familias, docentes, aparato judicial, administrativo...) para que eso fuera una realidad cotidiana. ¿Cuál es el momento actual después de 17 años de Convención y diez de la ley anteriormente citada?. Bajo nuestro punto de vista queda mucho por hacer, pues a diario comprobamos serias resistencias, entre otros, en el ámbito familiar, en el educativo, en el aparato administrativo y en el judicial... a la aceptación del niño o niña  en su papel de “persona participativa de pleno derecho”,  y observamos serias fracturas en la comunicación de los adultos con ellos, apareciendo entre ellos conductas alienantes y disruptivas, que derivan en el desarrollo de actos cada vez más violentos, acoso escolar, fracaso educativo, incremento de denuncias de padres contra hijos, desesperación de muchos profesores... En paralelo, no pocas resoluciones administrativas y judiciales son vulneradoras de derechos, como el de ser oído, por ejemplo, un claro indicador de que el espíritu de la Convención y la letra de ley no han calado todavía, de forma general, en la conciencia de quienes administran y juzgan en materia del menor.  

 Para PRODENI, un día de los Derechos del Niño debería ir acompañado de una profunda reflexión sobre qué carencias y qué necesidades condicionan la aplicación de esos derechos, pues en no pocos lugares e instituciones las actividades en torno a esa fecha se reducen a una suerte de actos festivos y celebraciones vacías de contenido crítico y comprometido, o, si cabe, se llega a hablar de los niños y niñas del tercer mundo eludiendo los problemas de los de aquí, una forma hipócrita de justificar la ausencia voluntaria de autocrítica, o  la triste evidencia de que no se tiene nada que decir. 

 Con referencia a este día apuntamos algunos ámbitos de reflexión:

 EN LA FAMILIA:                       

 Entre otros: Poco diálogo. Padres muy ocupados. Poco control sobre lo que hacen los hijos, extensivo al uso de las nuevas tecnologías. Creciente capacidad de consumo no controlado de los hijos. Carencia de límites básicos en normas y conductas. Desorientación de las familias ante los conflictos. Incremento de las rupturas conflictivas de pareja. Violencia doméstica. Escasa relación con los centros educativos. Limitadas posibilidades de socialización de los hijos fuera de los centros escolares. Asimismo, disminuye el control de los padres sobre consumo de alcohol y otros productos, como el hachís. El consumo de alcohol y de drogas reduce la edad de los que se acercan a ello. El consumo de cocaína se cuadriplica en sólo 8 años. Unos treinta mil menores fuman hierbas todos los días en España. El 63% de los adolescentes bebe alcohol a menudo. Más de un millón de niños y niñas españoles (13,3% de la población infantil viven en situación de pobreza relativa). Un millón de niños y niñas sufren algún tipo de abuso sexual a lo largo de su infancia...

  Según determinadas encuestas más del 70% de los padres reconocen no saber lo que hacen sus hijos con las nuevas tecnologías. Dos millones de niños y niñas ven la televisión en España después de las 12 de la noche (en torno a un 30%). Más de 5.000 denuncias presentaron los padres contra los hijos en las Fiscalías del Menor por agresiones y amenazas en 2.005, y sigue aumentando. Unos 188.000 niños y niñas sufren violencia doméstica... 

 

EN EDUCACIÓN:

 Sensación de fracaso. El 30% de los alumnos abandonan la enseñanza obligatoria. Uno de cada cuatro alumnos sufren acoso escolar, o sea, un millón y medio, de los cuales unos doscientos cincuenta mil de forma severa (Estudio Cisneros, sobre una encuesta a 25 mil alumnos) pero las Administraciones educativas minimizan el impacto mediático de estas noticias porque sería como aceptar el fracaso del sistema. Los profesores se rebelan y más de la mitad considera que se siente intimidado e insultado por los alumnos. España suspende en calidad de enseñanza con respecto al resto de los países europeos...

 

AMBITO ADMINISTRATIVO. PROTECCIÓN DE MENORES.

  Largo tiempo en la tramitación de los expedientes. Menores tutelados no son informados de sus derechos, como el de poder comunicar con el Fiscal del Menor o el Defensor del Pueblo. Se suele vulnerar el derecho a ser oído. No son tenidos en cuenta. Excesiva dependencia de empresas y entidades privadas en la custodia de menores (centros y pisos de acogida) cuyos técnicos suelen ser personal laboral no estable, muy joven y con escasa formación y experiencia, sobre los que cae la responsabilidad de emitir informes que determinan el futuro de los menores tutelados, aunque las decisiones las dicten los equipos técnicos oficiales. No existe una coordinación estatal centralizada de los servicios autonómicos de protección de menores que ofrezca una visión globalizada, ni una base de datos que facilite una intervención sobre menores cuyas familias se trasladan de comunidad autónoma. Frecuente intervención judicial contra la repatriación ilegal de menores, generalmente por no haber sido oídos. Caos en la coordinación entre comunidades autónomas en materia de menores inmigrantes acogidos. Oposición general en la Administración a facilitar el ejercicio por los menores del artículo 9, 2 de la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor 1/96 de 15 de Enero que les faculta para poder nombrar a una persona que legalmente los represente, distinta de las partes en conflicto. Ni siquiera ese derecho se les menciona, como en el caso de poder comunicar con el Fiscal y el Defensor del Pueblo.

 ÁMBITO JUDICIAL

  En derecho de familia, observamos una cierta involución en los juzgados sobre el derecho del menor a ser oído, cada vez se le tiene menos en cuenta y está teniendo que intervenir el Tribunal Constitucional, pues el principio del “interés superior del niño” suele quedar en un segundo plano con referencia a los intereses de las partes en conflicto. Juzgados de Familia solamente hay en capitales de provincia y no en todas, por ejemplo en Andalucía únicamente en cuatro, en Castilla la Mancha en ninguna... El resto de territorio provincial, o en la totalidad de la provincia donde no hay juzgado de familia en la capital, compete a cada juzgado de primera instancia e instrucción de proximidad. No existe formación específica para ser juez de familia, se accede por el concurso de traslados, ni se le forma después. Lo mismo ocurre con los magistrados de las Audiencias Provinciales que deciden sobre menores. En reforma (delincuencia juvenil) se incrementan las quejas de malos tratos en los centros. Los centros son regidos generalmente por empresas privadas con personal mal pagado y de contratos temporales. Los Fiscales del Menor que instruyen ven cada año incrementado su trabajo y en algunos puntos están desbordados, muchos menores permanecen más de un año en centros a la espera de juicio.

 

SOBRE LA VIOLENCIA

Los responsables políticos están inquietos por el ruido de fondo que supone la profusión de noticias en los medios acerca de la violencia en general, y en particular la que afecta a menores, pues además de la denominada “doméstica” que no cesa de incrementarse, nos está desbordando la “escolar” y la de “hijos contra padres”, por no hablar de la de “las pandillas” o, incluso, la denominada violencia política - “kale borroca”- entre otras.

  Largos años transcurrieron de violencia contra las mujeres hasta que la institución política dispuso planes y programas que, sin embargo, no han cortado la espiral. El mismo tratamiento le espera a “la escolar” y la que afecta a los hijos contra los padres, que tendrán que seguir incrementándose para que desde las altas instancias y de las más bajas (municipios) se les preste la debida atención, pues aún cuando aparezcan promesas y pronunciamiento de tal o cual medida, suele responder más a la urgencia de salir del paso ante la presión mediática que a una verdadera voluntad de atajar el problema. De hecho ninguna de las buenas intenciones anunciadas parte de un reconocimiento institucional de la gravedad del problema. 

 Respecto a este asunto, desde PRODENI, hemos escrito al Gobierno con la siguiente propuesta: Que por parte del Gobierno se lleve a cabo una iniciativa de creación de una comisión de estudio sobre la violencia en España que analice a fondo causas, motivaciones, influencias, extensión y evolución de la misma en cada uno de los ámbitos donde se manifiesta (menores, mujeres, escuela...) que culmine, a lo largo de 2.007 en la elaboración de un libro blanco que sirva de base para la preparación de un plan integral a varios años que desarrolle programas, intervenciones... en diversos planos: generales (medios de comunicación, televisión, publicidad...) y sectoriales, con participación de todas las administraciones, en particular los ayuntamientos.

  Consideramos un fracaso el actual enfoque que dirige su atención a una determinada expresión sectorial de la violencia, a aquella en concreto que más agobia a los responsables políticos por la presión mediática del momento, excluyendo a las demás. Como ejemplo citamos la “violencia doméstica” cuyo plan integral específico cierra toda la intervención en el entorno más próximo de la mujer víctima, a la que se ha prestado incluso la creación de juzgados especializados que al no poder cubrir toda la geografía del país ha generado un problema de discriminación de unas de unas mujeres sobre otras... Sin embargo, esa acción de choque, que puede resultar beneficiosa a los efectos de la protección inmediata de la mujer víctima, no puede resolver la cuestión de fondo, que es la erradicación de dicha violencia mientras no se actúe en marcos mucho más amplios y en cada ámbito de forma específica, partiendo, como decíamos antes, de un criterio globalizador de la violencia como fenómeno. Lo mismo podríamos decir respecto a la “violencia escolar”. Es decir, resultará a todas luces inútil intentar conseguir la erradicación de un tipo de violencia centrándonos en un ámbito específico con exclusión de los demás. A tal efecto, hemos dirigido un escrito al Gobierno, del cual esperamos una respuesta y vamos a iniciar una campaña de escritos a diferentes instituciones y grupos políticos porque estamos convencidos de que la única manera de tratarlo con eficacia es enfocando el problema globalmente, desde una centralidad que dirija las diversas estrategias.