PRODENI

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20 de Noviembre 2005

 DÍA DE LOS DERECHOS DEL NIÑO – ANDALUCÍA

Aparte de lo expuesto en el comunicado anterior, general y abierto también a Andalucía, queremos centrarnos en este día en dos aspectos como son:

1.     Vulneración de derechos de los menores tutelados

     2.     Crisis inmigración de menores no acompañados

 

 1º.-  Debemos constatar un año más que en Andalucía no se respeta el derecho de los menores tutelados a recibir información acerca de su derecho a poder comunicar con el Ministerio Fiscal, con el Defensor del Menor de Andalucía, tal como dispone el Decreto 42/2002, 12 de Febrero de Régimen de desamparo, Tutela y Guarda Administrativa, en su artículo 17, apartado 4.

  “La Administración de la Junta de Andalucía, en colaboración con la Fiscalía y el Defensor del Menor de Andalucía, pondrá a disposición de los menores sujetos a medidas de protección los medios adecuados para que puedan plantear directamente ante aquellos sus problemas y necesidades, o presentar, en su caso, las quejas y reclamaciones que consideren conveniente para la defensa de sus derechos.

Ni siquiera les es de aplicación lo que indica el artículo 11 del citado decreto:

“A los menores sujetos a medidas de protección se les asignará un profesional al servicio de la Administración de la Junta de Andalucía, cuyo nombre se le dará a conocer, que será su interlocutor en el procedimiento correspondiente, en el establecimiento de las medidas y en su ejecución y seguimiento.”

Una parte de los menores tutelados permanecen bajo acogimiento residencial, otros bajo fórmula de pisos o casa de acogida, y aproximadamente un 50% disfruta del acogimiento familiar mucho más humano y rehabilitador. Pues bien, en los datos que hemos podido recabar de menores consultados bajo distintas formas de acogida, incluida la familiar, NO SE INFORMA A LOS MENORES DE ESE DERECHO.

Con fecha 1 de Junio de 2004, PRODENI remitió a la Junta de Andalucía un informe sobre deficiencias observadas en el sistema de protección de menores (ver en página web de la asociación). En dicho informe hacíamos mención de la vulneración del derecho aquí comentado. No hubo respuesta, pero tampoco corrección de la irregularidad denunciada. Es decir, transcurrido más de un año de aquel informe la vulneración de derechos sigue exactamente igual. Algo que no nos explicamos porque es difícil de comprender que quien dispone que los menores tutelados gocen de unos determinados derechos sea el mismo que les impide ese ejercicio.

Venimos pidiendo a la Junta que cada menor tutelado que tenga  suficiente juicio sea informado de sus derechos, tanto de forma verbal, como a través de dípticos, folletos, carteles... que deben estar a su disposición en los centros y pisos de acogida donde residan. Asimismo pedimos que se les facilite el ejercicio de sus derechos cuando así lo requieran, debiendo estar, como decimos, debidamente informados.

En alguna ocasión desde PRODENI hemos conseguido acercar este conocimiento a menores afectados de procedimiento judicial y administrativo, en algunos casos cuando estaban en centros de menores, con las lógicas dificultades pues se nos negaba el acceso a los mismos y el derecho a que fueran informados. En tres ocasiones incluso les hemos facilitado el nombramiento de un abogado como representante legal, función que se impuso legalmente a la Administración y que con reparos ésta tuvo que aceptar. No obstante, la Administración siempre ha procurado cumplir de forma restrictiva con lo que, finalmente, la relación del menor con su abogado no ha tenido toda su eficacia. Pero sabemos que si por voluntad política se produjera un impulso, entonces el ejercicio de ese derecho podría estar más al alcance de los menores y se garantizaría su eficacia. Por eso, planteamos ahora al Ministro de Justicia y al Fiscal General del Estado que promuevan el desarrollo de la figura del artículo 9. 2 de la Ley de Protección Jurídica del Menor 1/96, y concedan a todos los menores con suficiente juicio incursos en procedimientos administrativos y judiciales el derecho a un abogado por el turno de oficio.

2.- La Consejería Para la Igualdad viene reclamando ayuda del Estado para atender la avalancha de menores inmigrantes no acompañados que nos llegan en patera desde Marruecos. Asimismo reclama la devolución o repatriación de buena parte de ellos por considerar que tienen familias estructuradas y porque las propias familias los envían a España (nada que ver con los niños de la calle). También reclama, junto al Gobierno la creación de centros de menores en Marruecos para que asuman la atención de los que se repatríen desde aquí.

Entendemos y compartimos que el problema desborda las previsiones de la Consejería y que se produce un hacinamiento en muchos centros para atender a los llegados. Y entendemos y compartimos que otras administraciones como la Administración central e incluso la Unión Europea tienen que colaborar con la Junta de Andalucía aportando recursos económicos. Lo que no compartimos es que se aluda a que estos menores proceden de familias estructuradas para precipitar su repatriación y desahogar así nuestras impotencias e ineficacias.

Las familias de donde vienen los menores viven sumidas en la miseria. De hecho los mismos padres empujan a sus hijos menores a embarcarse en las pateras a sabiendas de que es la única oportunidad que tienen en sus vidas de sobrevivir con alguna dignidad, pues de quedarse lo harían para siempre con las mismas carencias y pobreza del resto de su familia. Es lógico pensar que actúen así en consonancia como lo hacen en otras partes del mundo padres que echan a sus hijos a la calle porque saben que en el abandono callejero van a encontrar más posibilidades de supervivencia que quedándose en la miseria del hogar. No cabe pensar con sano juicio que unos padres empujen a sus hijos a las pateras para que se jueguen la vida sino es para apartarlos de un mundo sin futuro y aventurarlos a una oportunidad que puedan hacer extensiva a otros miembros de su familia con las ayudas económicas que con el tiempo logren. De hecho, según reconoce la Consejería, las familias de estos niños los rechazan cuando se pretende la repatriación. Y esa circunstancia de rechazo de sus hijos debiera ser suficiente argumento para que España entienda que se trata de hijos abandonados a los que hay que proteger. Por otro lado, con la creación de centros de acogida en Marruecos también subvertimos los criterios de solidaridad, pues estamos mostrando a los menores marroquíes carentes de recursos que la oportunidad de acudir a centros profesionales donde adquirir una formación y una salida de futuro, tiene que pasar por una viaje ilegal a España antes que por una simple solicitud de admisión desde Marruecos, no viable porque estos centros son para los repatriados, con lo que queda más que evidente una situación clara de discriminación.

Nuestra propuesta pasa porque mientras las condiciones familiares y sociales del entorno del que proceden los menores no cambien queden estos en España, estudiándose caso a caso, pero buscándoles salidas en el acogimiento familiar entre familias de su misma cultura, promoviendo el acogimiento entre parientes, amigos, y otras familias marroquíes que colaborarían con la Junta en un programa de acogimiento elaborado al efecto, con apoyo económico del Gobierno y de la Unión Europea. Y, por supuesto, creemos con las demás ONG que se ya se han pronunciado, que la intervención de la Unión en esa parte del mundo, así como en el África subsahariana debe promover políticas de solidaridad y desarrollo que hagan posible que nadie tenga que jugarse la vida para vivir con dignidad.