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Gloria Fuertes, la primera reina maga de los niños españoles
¿Por qué no iban a hacer bien
el trabajo las mujeres de los Reyes Magos? Esto fue lo que se planteó Una de las
voces más singulares y menos valoradas de la historia de la poesía española al
escribir sus obra infantil más transgresora
07.01.2017

Gloria Fuertes durante
su estancia en EEUU con una beca Fullbright, a principios de los 60
VERÓNICA FUENTES / SINC
Tras el paso de la Cabalgata
de Reyes del año pasado, la presencia de tres mujeres como protagonistas generó
un debate entre los más conservadores, que no gustaron del cambio.
Sin embargo, esta no era la primera vez que se hablaba de tres reinas magas.
Corría el año 1978 cuando Gloria Fuertes (1917-1998) escribió una obra sobre
cómo, ante la imposibilidad de que Melchor, Gaspar y Baltasar fueran a Belén,
sus mujeres les sustituían en el viaje.
Considerado en la actualidad un clásico de la literatura infantil, la escritora
consiguió, recién estrenada la democracia, darle a la mujer un papel
protagonista para que niños y niñas crecieran con esas premisas. Es más, hoy su
historia se sigue interpretando en los colegios.
Gloria Fuertes, esa escritora de voz ronca y aspecto deliberadamente varonil,
fue mucho más que una autora de literatura infantil. Sin embargo, su figura,
como la de muchos artistas patrios, es más apreciada fuera de su país de origen.
Según Reyes Vila-Belda, profesora del departamento de Español y Portugués de la
Universidad de Indiana (EE UU), “ni su figura ni su poesía han sido
suficientemente estudiadas en España”.
No obstante, goza de reconocimiento en el exterior, especialmente en Estados
Unidos, donde varios críticos importantes han investigado su obra, se han
traducido sus poemas y estos figuran en importantes antologías.
“Creía
que la compasión y la generosidad perduran por encima de los golpes duros,
íntimos y colectivos, que da la vida”, afirma una estudiosa de su obra
“Su
poesía se estudia en los departamentos de español de muchas
universidades norteamericanas. La paradoja es que, mientras en España
todavía algunos cuestionan su obra, fuera forma parte del canon”, añade
la investigadora española. Por su parte, Sharon Keefe Ugalde,
coordinadora de la división de español en el departamento de Lenguas
Modernas de la Universidad de Texas (EE UU), sí cree que la oralidad
campechana y deliberadamente cotidiana de Gloria Fuertes la alejó del
patrón aceptado.
“Especialmente, de los poetas culturalistas”, matiza. “Para ellos una
voz llana y directa sonaba como un chirrío molesto, por eso no admitían
que fuera poeta”. Según las expertas, otras circunstancias en contra del
triunfo de Fuertes en los ámbitos de la alta cultura a mediados del
siglo XX fueron ser mujer, lesbiana y pobre.
“Treinta años después, el rechazo se ha superado y su reconocimiento
como poeta originalísima y valiosa va en aumento. En el mundo académico
ya es una voz aclamada, ahora falta extender ese reconocimiento a un
espacio cultural más amplio”, continúa Keefe Ugalde.
Una poeta del pueblo
Fuertes nació el 28 de julio de 1917 en Madrid, en el barrio de Lavapiés,
en el seno de una familia humilde. Su madre era costurera y su padre
portero. Ella misma relata los primeros años de su vida en este poema
autobiográfico:
Gloria Fuertes nació en Madrid
a los dos días de edad,
pues fue muy laborioso el parto de mi madre
que si se descuida muere por vivirme.
A los tres años ya sabía leer
y a los seis ya sabía mis labores.
Yo era buena y delgada,
alta y algo enferma.
A los nueve años me pilló un carro
y a los catorce me pilló la guerra;
A los quince se murió mi madre, se fue cuando
más falta me hacía…
“Es una poeta única, muy creativa, crítica y, a la vez, original”,
subraya Reyes Vila-Belda. “Aunque no contó con una educación
universitaria ni formaba parte del establishment, abrió el espacio
poético a las preocupaciones de los que no tenían voz: mujeres,
trabajadores, pobres…”.
Después de estudiar Gramática y Literatura, de 1939 a 1953 trabajó como
redactora de la revista infantil Maravillas, donde publicaba
semanalmente cuentos, historietas y poesía para niños.

'Las tres reinas
magas: Melchora, Gaspara y Baltasara' de 1986. / Pampa García
Mientras tanto, desde 1940 a
1945 se estrenaron diversas obras suyas de teatro infantil y poemas
escenificados en varios teatros de Madrid. Y desde 1940 hasta 1955, fue
colaboradora de la revista femenina Chicas, donde publicaba cuentos de humor.
En 1942 conoció a Carlos Edmundo de Ory, integrándose en el movimiento poético
del Postismo, y en 1947 obtuvo el 1º premio de Letras para canciones de Radio
Nacional de España.
Más tarde, en 1950, organizó la primera Biblioteca Infantil ambulante, que
llevaba libros donde no llegaban por falta de dinero o por el analfabetismo que
todavía existía en España, y publicó Isla Ignorada, su primer poemario. Desde
entonces, se sucedieron los estrenos de obras y premios.
Lo que no todo el mundo sabe es que de 1961 a 1963 vivió en Estados Unidos.
Gracias a una beca Fullbright de Literatura Española, se subió a los estrados de
las universidades de Bucknell, Mary Baldwin y Bryn Mawr: “La primera vez que
entré en una universidad fue para dar clases en ella”, bromeaba Fuertes.
A su vuelta, impartió clases de español para norteamericanos en el Instituto
Internacional. No fue hasta 1972 cuando pudo dedicarse por entero a la
literatura al obtener una Beca March de Literatura Infantil.
La poesía fuertiana
“El
universo poético de Fuertes es su cotidianidad, su género, su clase
social y, sobre todo, su incondicional amor sin prejuicio ninguno a
todos los seres humanos”, indica Keefe Ugalde.
De entrada, reclamó los derechos de las mujeres, empezando por el
derecho a leer, a escribir, a trabajar o a ser poeta en un momento
histórico en el que su figura estaba reducida al espacio doméstico.
Durante el franquismo, Fuertes presentó un nuevo modelo de mujer que
celebraba su marginalidad y afirmaba su identidad
"Ser
escritora suponía ir contra corriente y requería gran empeño y buscar
caminos alternativos frente a puertas cerradas. Numerosos poemas suyos
dejan constancia de la desigualdad de género en su época y constituyen
una forma de luchar contra los límites impuestos", destaca la profesora
de la Universidad de Texas.
No se
preocupó únicamente por este ámbito. Fue pacifista –se opuso a las
guerras de Vietnam, Camboya y la civil española–, y se interesó por el
medio ambiente mucho antes de que ser ecologista pusiera de moda.
"Gloria Fuertes transformó su fe en el ser humano en un universo poético
propio. Tenía la visión de que la compasión y la generosidad perduran
por encima de los golpes duros, íntimos y colectivos, que da la vida",
enfatiza Keefe Ugalde.
El contexto sociopolítico de la España de mediados del siglo XX no
favorecía a las mujeres con deseo de escribir. Pero a Fuertes siempre le
atrajo recitar, leer sus poemas, actuar.
Una escritora muy mediática
“Sus
apariciones en la tele la convirtieron en un personaje muy popular y
vendió muchos libros, algo que no le perdonaron algunos poetas y
escritores. Esa fama llevó a algunos a hacer una parodia cruel de su
figura. Sin embargo, a ella le divertía lo performativo, jugar a
disfrazarse, sorprender. Los medios fueron una herramienta que
aprovechaba para decir lo que quería”, declara Vila-Belda.
En la obra poética de Fuertes no hay una división clara entre
autobiografía y ficción. Este es uno de los rasgos fundamentales de su
obra. En ocasiones, la poeta creaba una ‘Gloria’ ficticia a la que
atribuía datos aparentemente reales pero que no eran ciertos. Otras
veces, en cambio, incorporaba información biográfica suya.
Expresar experiencias de sí misma y de otros, algunas prohibidas por la
censura franquista, le sirvió para hacer frente a la sociedad
patriarcal, cuestionar los modelos femeninos existentes y proponer otros
nuevos. “Aportó una voz ingeniosamente coloquial, sorpresiva y grata por
el sutil humor, los juegos de palabras y el sonido reverberante de los
poemas”, apunta Keefe Ugalde.
Gloria
Fuertes, la 'poeta de los niños'. EFE
El trabajo literario de
Fuertes surgió durante las primeras décadas de la posguerra, cuando se olvidaron
las contribuciones que habían logrado las mujeres en general, y las poetas en
particular, antes de la guerra.
"El franquismo promovió una sociedad patriarcal y una cultura conservadora que
excluyó a la mujer de la vida profesional y cultural", resalta Vila-Belda.
“Fuertes presentó un nuevo modelo de mujer que celebraba su marginalidad y, de
este modo, afirmaba su identidad. Se convirtió así en el eslabón para recuperar
y continuar la modernidad”.
Justicia poética
Ahora, el reto consiste en darla a conocer como gran poeta, no solo como
una mujer dedicada a los programas de televisión para niños. “No cabe
duda de que se le ha valorado menos como poeta por haberse dedicado a la
literatura infantil. El éxito de sus cuentos terminó por convertirla en
‘la poeta de los niños’, lo que ha tenido un efecto negativo en su
obra”, afirma Vila-Belda.
Está claro que el éxito comercial de la literatura infantil y la fama
mediática de Fuertes terminaron por ocultar su poesía literaria. De
hecho, muchos de quienes la conocieron por sus cuentos desconocen su
peso en la literatura del siglo pasado.
Gloria Fuertes publicó en las editoriales de mayor prestigio de este
país, como Seix Barral o Cátedra. Además, contó con el apoyo de Jaime
Gil de Biedma, uno de los poetas más importantes de la segunda mitad del
siglo XX, quien la dio a conocer gracias a una primera antología de sus
versos.
“Es hora de redescubrir su poesía para adultos”, concluye la profesora
de la Universidad de Indiana. Quizá ahora con la celebración del
centenario de su nacimiento sea más fácil. Sobre todo porque los niños
de entonces –los que oímos a Gloria Fuertes recitar en directo–, ya no
somos tan niños.
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