Leemos en eldiario.es un interesante
artículo acerca de las declaraciones de la exministra Isabel García Tejerina
acerca de que un niño de ocho años en Castilla y León sabe más que otro de diez
años en Andalucía |


https://www.eldiario.es/andalucia/enabierto/elecciones_andaluzas_2018-Isabel_Garcia_Tejerina-Educacion_6_826327392.html

Viñeta del padagogo Tonucci
GRACIAS SEÑORA TEJERINA
José Ignacio García - Candidato de
Adelante Andalucía por Cádiz
18/10/2018
La exministra Tejerina le ha hecho
un enorme favor al PSOE-A y su gestión educativa. Encima de no tener ni idea
de lo que habla y de hacerlo con la soberbia que caracteriza a la derecha,
encima de eso, es torpe. Insultar al alumnado andaluz es la mejor forma de
que Díaz y los suyos saquen la
bandera, organicen una rueda de prensa deprisa y corriendo delante de un
colegio y eviten hablar de los problemas del sistema educativo andaluz.
Chapó, Sra. Tejerina.
Pero es que la idea que hay de fondo es aún más
peligrosa. En el PP piensan de verdad que los resultados educativos
correlacionan con el partido en el Gobierno. Piensan que allá donde
gobiernan ellos hay mejores resultados. Falso. Como falso es que haya dos
cursos de diferencia entre el alumnado de Castilla y León y el andaluz. Una
falacia que a fuerza de repetirla solo sirve para aumentar la prepotencia
del norte y dificultar el autoestima de Andalucía. Datos hay a
gusto del consumidor, y en eso el PSOE-A es experto y los maneja a su
antojo. Podríamos hablar de que hay datos que hablan de que Andalucía tiene
un sistema educativo bastante equitativo, o de que esla
tercera comunidad autónoma con menor gasto por alumno.
Por eso mismo es importante ir al fondo de la
cuestión.
Estos son los problemas de medir, cuantificar, hacer
rankings y competir hasta en aquellas cuestiones que no tiene sentido
hacerlo. Y de esa necesidad de medir nace el "sacrosanto" informe PISA que
tanto manosean políticos y medios en una u otra dirección, y en el que hoy
la Sra. Tejerina dice haberse basado sin mostrar ninguna evidencia. El
problema es que PISA dista mucho de ser un informe neutral y casi más de ser
científicamente válido para cambiar la Escuela. La OCDE impulsa dicho
informe con unas intenciones claras: proponer cambios en los sistemas
educativos para adaptarlos cada vez más a las lógicas neoliberales. De hecho
no lo esconden, el error es nuestro por usarlo.
Son cada vez más las voces expertas que hablan de los problemas de PISA.
Especialmente la estandarización sesgada de sus puntuaciones, el ignorar la
variable cultural y el medir una serie de competencias que no están
exclusivamente relacionadas con las prácticas docentes, como ellos
reconocen, para luego sacar conclusiones que se usan para evaluar las
prácticas docentes y sistemas. Y por eso, medir una serie de parámetros
ignorando el contexto en el que se desarrollan los procesos educativos, o
tomar unos datos sesgados para usarlos en nuestro beneficio más
cortoplacista, nos lleva a decir estupideces del tamaño de que "lo
que sabe un niño de diez años en Andalucía es lo mismo que uno de ocho en
Castilla y León".
Lo que sí nos dicen cada vez más expertos en
educación, e incluso la propia OCDE acaba reconociendo, es que algunas
de las variables más relacionadas con los resultados educativos son el nivel
de estudios de la familia, el número de libros que hay en casa o el contexto
socieconómico del alumnado. No son las únicas, menos mal. Pero son
las oportunidades educativas, al fin y al cabo. Ay amigo... quién nos iba a
decir que era una cuestión de contextos, una cuestión de la situación de
partida en la que nacía cada alumno o alumna. Una cuestión de clase.
Cualquier análisis que ignore eso, como el de la señora Tejerina, es una
enorme mentira.
Y con eso, el sistema educativo debe poner todos los
medios materiales, humanos, científicos y sociales para compensar las
desigualdades de clase. Cualquier gestión educativa que no haga eso, como la
del Gobierno de la Sra. Díaz, lo único que consigue no es que los niños y
niñas de Castilla y León consigan más que los de Andalucía, sino que los
niños y niñas de Andalucía que tienen un entorno sociocultural con más
facilidades aprendan más que los que no las tienen.
Pero voy a más ¿Qué son los resultados educativos?
¿Qué es lo que, supuestamente, sabe más un niño de Castilla y León que un
niño andaluz? ¿Se sabe mejor las tablas de multiplicar o resuelve mejor un
problema? ¿Tiene más capacidad de expresar sus ideas oralmente? ¿Sintetiza
mejor las ideas de un texto? ¿Trabaja mejor en equipo? ¿Tiene una tolerancia
a la frustración más alta? ¿Es más feliz? Quién hace la ley hace la trampa,
y en educación (como en tantas otras cosas) quién mide o evalúa hace la
trampa, como ya reflejaba Tonucci en
sus viñetas.
Gracias a la Sra. Tejerina hoy no hablaremos de esto,
y los ineficaces gestores políticos del trasnochado aparato susanista de la
Consejería de Educación dormirán tranquilos. Se enrollarán en nuestra
bandera y olvidarán los recortes, las aulas prefabricadas, la climatización,
el fracaso del bilingüismo, la burocracia docente, las metodologías
trasnochadas, la inestabilidad interina o la falta de recursos para la
atención a la diversidad.
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