J.D. | 14/02/2014
El arzobispo de Tánger, Santiago Agrelo, con los fieles
en la Semana Santa de 2013 (Foto: web del Arzobispado)
El
arzobispo de Tánger (Marruecos), Santiago Agrelo, fraile
franciscano, ha divulgado una declaración suya “ante los hechos de
Ceuta”. Comienza su homilía con esta frase: “No te cierres a tu
propia carne: “Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres
sin techo, viste al que va desnudo (…) ¡El hambriento, el pobre sin
techo, el desnudo son nuestra propia carne”.
“No te cierres a tu propia carne”: Este
único conocimiento bastaría para que fuese otra la política de las
fronteras (…) “Y a cuantos una y otra vez me recuerdan que la Iglesia
no es una ONG, una y otra vez recordaré que los pobres son “nuestra
propia carne”, y que mi pan es su propio pan, y que la Iglesia es su
propia casa”.
“Lo inaceptable: Es inaceptable que la
vida de un ser humano tenga menos valor que una supuesta seguridad o
impermeabilidad de las fronteras de un Estado. Es inaceptable que una
decisión política vaya llenando de sepulturas un camino que los pobres
recorren con la fuerza de una esperanza. Es inaceptable que
mercancías y capitales gocen de más derechos que los pobres para
entrar en un país”.
“Es inaceptable que a los fallecidos en
las fronteras se les haga culpables primero de su miseria y luego de
su muerte. Ellos no son agresores: han sido agredidos (…) Es
inaceptable que el negrero de ayer perviva en los gobiernos que hoy
vuelven a encadenar la libertad de los africanos (…)
“Queridos: ante el drama de sufrimientos y muerte en que el poder ha
convertido los caminos de los emigrantes, es difícil que apartemos de
nuestro corazón sentimientos de frustración, de impotencia, de
tristeza, de indignación”. (…) Podemos recodar a cada hombre que es su
propia carne, también la de Cristo, la que, día a día, es condenada a
muerte en las fronteras del sur de Europa”.