eldiario.es
https://www.eldiario.es/desalambre/espanol-Tanger-PP-politicas-migratorias_0_904309966.html
Santiago Agrelo, el
obispo español que llegó a Tánger votando al PP y se va transformado para
siempre
Fronteras
El gallego Santiago Agrelo anuncia su
retirada después de 12 años denunciando desde dentro de la Iglesia la
situación de los migrantes en Marruecos
"No es mismo leer el Evangelio en una
catedral que en una patera. Y yo intento leerlo en la patera para siempre
ya"
Agrelo describe a eldiario.es el
proceso de transformación personal: "Votaba al PP porque me daba garantía
de tranquilidad y normalidad, hasta que me di cuenta de que los pobres
están abandonados por la normalidad"
Sonia Moreno - Tánger (Marruecos)
03/06/2019

El arzobispo de Tánger (Maruecos), el español, Santiago Agrelo.
Santiago Agrelo se convirtió en
obispo tres días antes de cumplir los 65 años, en 2007. No lo solicitó, ni
lo imaginaba. Y por sorpresa, tras dos años de espera, a finales de mayo
llegó la aceptación de El Papa Francisco de su renuncia al obispado de
Tánger.
Aterrizó en el país magrebí hace
12 años. No conocía el mundo de las fronteras, ni la vida de las personas
migrantes, y "no sabía lo que me esperaba en Marruecos". Ahora se va con
"marcas; ya no profundas, indelebles". A mediados de junio vuelve a su
tierra, con su congregación, a un monasterio de 80 franciscanos en Santiago
de Compostela.
Siempre se camufló en los lugares
donde habitó, como Roma o Santiago; y en todos tuvo que aprender, pero en
Tánger "choqué de frente con la migración, que era algo nuevo para mí". De
hecho, cuando murieron las primeras personas en la valla de Ceuta, Agrelo
era párroco en el Bierzo, y pensó: "¿Quién les manda acercarse a la valla?".
Más tarde, en Marruecos "lo comprendí enseguida".
El lunes, el primer día de
normalidad tras la noticia de su marcha, el patio del obispado de Tánger
exhumaba tristeza. Un trabajador social confesó que había llorado
desconsoladamente el fin de semana; la psicóloga que atiende a los migrantes
no resistió las lágrimas, y a los migrantes subsaharianos que se refugian a
las puertas de la catedral les preocupa qué va a ser de ellos.
En su despacho, el ordenador está
abierto sobre la mesa. Agrelo se levanta para sentarse en el sofá y recibir
a eldiario.es. En ese momento bromea porque se percata de que se ha
convertido en un obispo emérito. Y con una sonrisa y tranquilidad, que le
faltaron en los últimos meses, se burla de sí mismo: "Aquí pinto menos que
el párroco. Ya no soy nadie en la Diócesis. Hay que salir pitando".
Al principio, la noticia le cogió
por sorpresa y las primeras noches no le permitió conciliar el sueño. En
esos periodos de reflexión en la capilla, se percató de la "lucidez" que le
ha dado Marruecos, porque "no es mismo leer el Evangelio en una catedral que
en una patera. Y yo intento leerlo en la patera para siempre ya".
Sigue peleando hasta el final.
Critica la represión y las expulsiones que sufren desde el verano, tras el
avance de las negociaciones con España y la Unión Europea, "que a un
migrante se le impida acercarse al norte de Marruecos es una violación de un
derecho fundamental de la persona".
Guarda los testimonios de los migrantes
No conoce el nombre de todas las
personas a las que ayuda; algunos de los migrantes tampoco saben cómo se
llama, pero para él "son muy importantes; y me tienen un gran respeto". Se
ha posicionado de parte de los migrantes, en vez del que llama el "otro
lado". Guarda como un tesoro los testimonios de los propios protagonistas,
de lo que están pasando, "porque en el futuro, cuando alguien lea esto,
puede sentir admiración por los migrantes, y pena y enorme vergüenza de como
nos comportamos con ellos".
Ha denunciado los malos tratos
que sufren. Ha recogido heridos del monte por los golpes recibidos de las
fuerzas de seguridad o porque se han caído intentando saltar la valla.
También ha protegido a las víctimas de las redadas en las viviendas.
Está convencido de que la visita
del Papa no va a cambiar nada de las políticas migratorias, y si lo hace
será a peor. "La situación de los migrantes va a ser peor mañana de lo que
lo es hoy", garantiza. Y así ha sido desde que llegó a Marruecos hace doce
años, la situación de los migrantes no ha hecho más que empeorar, como
situación humana, situación de vulnerabilidad, como situación de
indefensión, como situación de exposición a la violencia, ha ido siempre a
peor".
Los bosques de los montes de Nador empiezan a vaciarse de inmigrantes
que buscan sitios más tranquilos./ Jesús Blasco de Avellaneda
Comenta como desde el mes de
agosto de 2018 no sube al monte de Beliones, como cada lunes y jueves a
entregar alimentos, mantas y medicinas, "porque no hay a quien llevar nada,
allí". Sin embargo, en el patio de la catedral, se refugian alrededor de
medio centenar de personas desde que a finales de verano comenzaran en
Tánger las detenciones, las expulsiones a localidades del sur del país, y
las deportaciones a los países de origen. Esto ha desalentado enormemente al
obispo.
Antes de vivir en Tánger votaba al PP
Hasta que se trasladó a
Marruecos, siempre había votado al Partido Popular (PP) porque "tenías la
garantía de que era una tranquilidad, de normalidad". Al llegar a un lugar
donde "los pobres están abandonados por la normalidad", se percató de que
"la normalidad no es aceptable". Por eso, piensa que muchos cristianos no lo
entienden porque no han tenido delante "al hijo, hermano, amigo que tiene
hambre y está tirado".
Lo que le "quedará clavado para
siempre es el sentido de impotencia con el que me tocó vivir todos estos
años frente a problemas gravísimos que las sociedades pueden resolver
inmediatamente firmando un papel y que nos hacen sentir a todos impotentes
ante la muerte de miles de personas", lamenta, en relación a algunos
acuerdos sobre migración firmados con Marruecos o la Unión Europea.
"¿Sabes la cantidad de gente que
ha muerto? Yo no llevo la cuenta pero de vez en cuando aparece alguien que
te dice la cifra; y aquí en nuestras fronteras, es absolutamente
inaceptable", dice.
Adelanta que "el día en el que se
tome conciencia de esto se tenderá a olvidarlo y a negarlo, como tendemos a
olvidar el Holocausto. Pero eso ya nadie lo va a borrar de la historia. Y es
una pena que estemos escribiendo una historia tan nefasta, cuando podríamos
evitarlo". Para Agrelo la solución pasa por regular esos flujos migratorios,
darles un cauce legal. Y, sin embargo, considera que "nos hemos empeñado en
pisotear un derecho fundamental, el derecho de las personas a buscarse un
espacio vital en el que poder vivir con dignidad".
Se arrepintió de escribir la
carta de invitación al Papa Francisco para visitar Marruecos "porque no
sabía las consecuencias para los migrantes". Se percató cuando le nombraron
responsable de recibir al Papa en Caritas Rabat, porque las instrucciones
del Vaticano le indicaban dirigirse a "los inmigrantes con papeles".
—Y, ¿quiénes se quedaron fuera?
-se pregunta-
—Aquellos a los que estaba
pensando cuando escribí la carta, los sin papeles -se responde-
En el saludo al Papa Francisco en
Caritas hizo referencia -como le indicaron- a los migrantes con papeles, que
eran a los que recibía el Papa, pero dedicó la mitad del tiempo a los
"grandes ausentes allí", los migrantes sin papeles, para los que pidió la
palabra de su Santidad. Éste también hizo un discurso "contundente".
Las tres barreras en Marruecos
En su carta de despedida, dirige
unas palabras de agradecimiento a Marruecos. Se entiende que es de obligado
cumplimiento; aunque cortesías aparte, Agrelo muestra gratitud hacia las las
autoridades y al pueblo marroquí: "Han sido siempre muy atentos y delicados
conmigo, incluso cuando no estaban de acuerdo". Rememora cuando subía los
alimentos al bosque y se encontraba con representantes de la autoridad.
— Oiga, señor, que esto aquí no
lo puede hacer. Si quieren comer, que vayan a la ciudad -le increpaban la
Gendarmería Real y las Fuerzas auxiliares-.
— Mire, yo no entiendo ni de
bosques ni de ciudades; yo entiendo de personas que tienen hambre, y si
puedo aliviar la situación, lo hago. Usted hace su trabajo, y yo el mío.
Manteniendo cada uno su posición,
"pero siempre nos hemos respetado", matiza. Eso no quita hierro a los
momentos de confrontación con la Administración a causa de ayudar a los
migrantes, por la libertad religiosa, y por la política pues, apunta, "no
podemos pronunciarnos sobre la política de Marruecos. Además, yo tengo la
libertad de conciencia, pero un marroquí no la tiene".
El Gobierno marroquí ha desplegado miles de sus
soldados para reforzar el dispositivo de control y de vigilancia de las
fronteras EFE
También desató la polémica hace años cuando declaró
que "Dios era de izquierdas". Defiende que "la iglesia tiene que desarrollar
su papel con Podemos o IU en la sociedad, con quien sea, no podemos estar
con unos y contra otros. Tenemos que convivir con todos, tenemos que estar
por encima de la lucha política. ¡Cuántos cristianos hay en Unidas Podemos,
en IU, o en el PSOE, y además normalmente muy responsables!".
En todo esto, afirmó en su momento, "quien pierde es
la iglesia".
A partir del 16 de junio, "vida nueva" en
Santiago
El 16 de junio celebrará la misa, como un domingo
más, "y vida nueva". Esa misma tarde emprenderá el camino a Santiago,
cruzando El Estrecho.
Hasta aquí ha llegado agotado. Los últimos meses se
le veía pasear cabizbajo. Deseaba el retiro. Lo solicitó al cumplir los 75
años, pero siguió esperando a que la Nunciatura encontrase un sustituto. En
la jerga eclesiástica es la fórmula ‘Nunc pro tunc’ (‘Ahora por entonces’).
Sin embargo, con otra carta de renuncia "por razones mías personales",
dirigida al Papa Francisco en el mes de marzo, poco antes de su visita a
Marruecos, ha conseguido el beneplácito de El Vaticano.
Se retira sin remplazo. El obispo de Rabat, Cristóbal
López, quedará al cargo de la Diócesis de Tánger hasta que envíen un
sustituto. En la catedral se siente la tristeza y la preocupación.
Será otro obispo francisco, aunque probablemente no
vendrá de Galicia. Desde el siglo XIX los obispos de Tánger son oriundos de
la provincia franciscana de Santiago. Agrelo desconoce con qué criterio
nombran a los sucesores en las nunciaturas, pero espera que "mi sucesor
respete las instituciones y a las personas que están dando la vida aquí por
los necesitados; y que los migrantes estén mejor con el que venga".
Le apesadumbra que el próximo en incorporarse no
proteste, que guarde silencio, aconsejado por la ordenación eclesiástica
competente. Desde agosto, un grupo de migrantes duerme en la iglesia. Agrelo
se pregunta qué va a ser de ellos, hasta cuándo va a durar esta
situación... y se agobia.
|