La Orotava, 18 de
diciembre de 2006
Unas mil personas, aproximadamente, se
concentraron ayer en la plaza del Ayuntamiento de La Orotava en solidaridad
con la niña "Piedad" (nombre supuesto) para que continúe en el
seno de la familia que la acogió en adopción desde hace dos años, después
de haber permanecido en un centro de menores desde los ocho meses por situación
de desamparo por parte de su madre biológica. Un clamor unánime del que
participaron las autoridades locales y entidades presentes en el acto, entre
los que se encontraban los tenientes de alcalde de CC, Francisco Linares García
y Candelaria Delgado Taoro, y el concejal de IPO Agapito de Cruz, así como
representaciones de Prodeni (Asociación para los Derechos del Niño y de la
Niña) y DAGA (Defensa, Amparo y Garantías en Adopción y Acogimiento). La
finalidad: arropar a Soledad Pérez en su lucha en defensa de su hija adoptiva
para que permanezca con ella y así librarla de nuevos episodios de
sufrimiento.
Según ha podido saber EL DÍA,
el Pleno del Ayuntamiento de la Villa abordará en breve el informe de la
Comisión de Servicios Sociales sobre la situación de la niña y ratificará
el apoyo unánime de las fuerzas políticas a la familia que la acoge.
En la convocatoria de ayer se
difundieron sendos informes sobre la situación legal de la niña
"Piedad". Soledad Pérez leyó un manifiesto ante el público
congregado en la plaza en el que expuso su agradecimiento a la sociedad y a
las autoridades locales por el apoyo brindado. Indicó que "sin ustedes,
en la última fase de este absurdo calvario, hoy no nos mantendríamos en pie.
Mi familia se ha engrandecido aún más en este duro caminar, con cada
tristeza compartida, con cada lágrima arrancada y con la furia de la
indignación y de la impotencia convertida en solidaridad. Gracias, por lo
tanto, en nombre de mi niña, de mi familia y de cada menor que pueda vivir
una experiencia semejante. Gracias a todos por darnos un trocito de corazón
para construir nuestra esperanza".
Soledad Pérez indicó que "el amor
es lo único que no tiene precio en esta vida; en él late la sonrisa de un niño,
su carcajada, la confianza en si mismo, el cariño inmenso a los suyos,
sentimiento recíproco que aumenta cada día que transcurre".
"Defendemos eso -añadió-, nada más y nada menos, que cuesta tanto
conseguir. Defendemos mantener y conservar su equilibrio, sus deseos, sus sueños
y su estabilidad, considerando ésta sagrada ante cualquier tipo de interés".
Agregó que "intentamos evitar un
sufrimiento atroz causado por la sinrazón, un desengaño inmenso que no cabe
y que no encontrará explicación jamás en su cabecita de ángel".
Expresó un ruego por "los buenos
principios y valores, por la justicia y su justa aplicación y por caridad,
que dejen vivir en paz a quien ya ha alcanzado con su esfuerzo la paz, el
amparo y la protección en su vida".
Subrayó que la sentencia judicial que
le obliga a reincorporar a la niña a la madre biológica "no es
imparcial". A su juicio, desoye los informes técnicos y de instituciones
y casas donde ha estado acogida la niña sobre las consecuencias negativas que
tendrá devolverla al escenario que motivó su "desamparo".
Conviene recordar que la familia
adoptante compareció el 23 de noviembre ante el Juzgado de Instrucción para
declarar por la supuesta comisión de un delito de desobediencia a la
autoridad judicial por negarse a cumplir las resoluciones que determinan que
la menor "Piedad" viva en el domicilio de la madre biológica, la
abuela y otras personas.
La Asociación para los Derechos del Niño
y de la Niña (Prodeni) ha remitido un escrito al Fiscal General del Estado en
el que le pide que interceda y actúe en favor de Piedad para que no se ejerza
violencia o fuerza mayor contra ella y que no se apoye un cambio radical de
familia que suponga un rechazo frontal de la niña y la consiguiente
expectativa de riesgos y daños que ello implique.
Quejas contra el fiscal
Prodeni expresa la queja de la actuación
del fiscal en Las Palmas, al no amparar en las actuaciones del juzgado la
dignidad y el interés superior de "Piedad", "permitiendo que
se vulneren derechos de modo flagrante, como el de no haber sido escuchada,
como el que no tengan en cuenta sus especiales circunstancias y los informes
profesionales, médicos y psicológicos que desaconsejan la medida, así como
el hecho de que vaya a ser arrancada a la fuerza y con riesgos en su propio
hogar, lo que, según los técnicos, ocasionarán en la niña daños que
pueden ser irreversibles".
En este escrito, la entidad sostiene que
"nuestras leyes amparan los derechos de Piedad, pero no así la
Fiscalía, cuando está permitiendo la inaceptable presión que se ejerce
sobre esta niña, máxime si se lleva a cabo la brutal separación de su
familia, como todo indica que va a suceder en las próximas horas, si nadie lo
remedia".
La familia de "Piedad" y los
ciudadanos que apoyan a la niña temen en las próximas horas "una
actuación desmesurada del Juzgado para llevarse a Piedad a la fuerza y
con todas las consecuencias". De producirse esa actuación, indica
Prodeni, "estaríamos ante una acción impresentable y de escándalo que
produciría la lógica alarma en la ciudadanía, que heriría nuestra
sensibilidad y concepción sobre el Estado de Derecho, pues arrasaría la
dignidad y derechos de la persona, dignidad y derechos que consagran nuestra
Constitución y ordenamiento jurídico. Si el Juzgado se llevara a Piedad por
la fuerza, quedaría en entredicho la credibilidad del sistema y la niña
entraría en una fase deprivativa en su entorno y familia, cayendo en depresión
y afectando a su sistema orgánico".
"Piedad" tiene cinco años de
edad. Con siete meses (mayo de 2002) fue declarada en situación de desamparo
y la Comunidad Autónoma de Canarias asumió su tutela. La niña se encontraba
con su madre biológica acampada en la calle, en solicitud de un piso. Hasta
febrero de 2005, más de tres años, estuvo en un centro de acogida de
menores.
La madre biológica inició un
procedimiento judicial contra el desamparo que fue archivado por no formalizar
la demanda. Posteriormente, emprende un nuevo procedimiento judicial a
comienzos de 2004, en el Juzgado de Primera Instancia de Las Palmas, número
5, que tarda dos años en dictar sentencia. En febrero de 2005, fue
constituido el acogimiento familiar preadoptivo de "Piedad". La
familia acogedora tiene conocimiento del procedimiento judicial en marzo de
2006, cuando el Juzgado de Las Palmas de Gran Canaria acuerda la realización
de un informe pericial sobre la madre y sus consecuencias.
Por un error judicial, que el juez se
niega a subsanar, la familia acogedora no es citada a la celebración del
juicio oral, las partes piden la suspensión y el juez la deniega, estimando
que no debían estar en el procedimiento.
En el proceso no se realiza ninguna
evaluación de la situación personal de la menor, ni de las circunstancias en
las que vive en la actualidad.
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