EFE
14 de mayo 2020
La Audiencia de Castellón ha dejado en
libertad a un acusado de cometer abusos sexuales
continuados sobre cinco menores por "las
dificultades" que supone la pandemia por coronavirus
"para su enjuiciamiento", y pese a que hace menos de un
año consideró que había riesgos para las víctimas y
peligro de fuga.
La medida a la que ha tenido acceso Efe supone,
según alerta la fiscal del caso en su recurso, "poner a
las víctimas en una situación de riesgo e inseguridad
evidente", entre otros motivos porque, aunque se ha
impuesto al acusado la medida de alejamiento de las
niñas, todos viven en un pueblo de unos 5.500
habitantes.
Las acusaciones piden 28 años de
prisión para el inculpado, un conserje y entrenador
de gimnasia artística femenina de un pueblo de la
comarca de la Plana Baixa, a quien acusan de haber
abusado sexualmente de cinco niñas que entrenaban con
él, con edades comprendidas entre los 6 y los 14 años.
El acusado habría cometido ese delito, según la
acusación particular, entre 1992 y 2017. En
realidad, la acusación recuerda que fueron trece las
víctimas, aunque no se le acuse de buena parte de esos
delitos porque han prescrito.
En el auto en el que acuerda la libertad,
la Audiencia señala como motivo de su salida de la
cárcel que, además de las dificultades para celebrar
el juicio, ahora "las circunstancias que se tuvieron
en cuenta" para ordenar su prisión preventiva "han
variado notoriamente". En este sentido, señala que el riesgo
de fuga es "muy reducido" y que son "inexistentes
tanto el peligro de destrucción de pruebas como el
riesgo de ataque" a las víctimas que "motivó el anterior
agravamiento de su situación de libertad provisional,
pero que en este estado de la causa no resultan
previsibles".
Para la fiscal y la acusación particular,
el riesgo para las víctimas y testigos protegidas no ha
variado. En su recurso contra la libertad, la abogada de
la acusación particular, Eva Marín, señala que después
de un primer período en prisión preventiva, el acusado
salió en libertad provisional pero ésta hubo de ser
revisada, para volver a ordenar su ingreso en prisión
por una serie de riesgos que la pandemia no ha
modificado.
La abogada señala en su escrito que el
tribunal no ha explicado qué ha cambiado ahora respecto
a hace exactamente diez meses, cuando "esta misma Sala
consideraba que las circunstancias personales,
familiares y económicas del investigado facilitan la
huida".
"La peligrosidad del acusado, el riesgo
de fuga, la posibilidad de que ataque bienes jurídicos
de las víctimas, que se destruyan pruebas y la
protección a las menores que han testificado (...) no ha
cambiado por la pandemia", dice. "¿El estado de alarma
evitará que se abstenga de acudir o participar en
competiciones deportivas o le impedirá desarrollar
cualquier actividad en la que se relacione con
menores?", se pregunta.
La vista contra el reo estaba prevista
para los días 15 y 18 de junio próximos. En una reciente
resolución, la Sección Primera de la Audiencia acuerda
la suspensión ante "la falta de los necesarios medios
materiales y sala de vistas adecuada para celebrar
un juicio con las debidas garantías sanitarias por razón
del gran número de partes en la causa, elevado número de
testificales y periciales a practicar y elevada
repercusión social que motivará la presencia de
múltiples medios de comunicación y asistencia de
público".
Esa suspensión, y el hecho de que
las acusaciones no hayan aceptado un acuerdo que hiciera
innecesaria la vista pero implicara una reducción de
pena, es el verdadero motivo de la puesta en libertad,
según interpretan fuentes cercanas al caso.
En cualquier caso, el tribunal ha dejado
al acusado en libertad bajo fianza de 10.000 euros,
además de la prohibición de salida del territorio
nacional con retirada del pasaporte, prestación de
comparecencias "apud acta" los lunes de cada semana ante
el Juzgado y orden de alejamiento de las víctimas.