
https://elpais.com/sociedad/2019/03/26/actualidad/1553593425_858275.html
La vida de un niño de 11 años tras el asesinato de su
madre por su padre
Joshua Alonso, hijo de una víctima de
violencia machista, denuncia el abandono institucional que sufre su hermano
menor

Joshua Alonso, con el libro de su madre, Sesé
Mateo, el pasado viernes en Madrid. Jaime Villanueva
Igor tenía 9 años cuando su padre asesinó a su
madre, Sesé
Mateo. El crío quedó huérfano y sin casa. El hogar en el que había
vivido hasta entonces quedó calcinado después de que el
agresor lo hiciese estallar consigo y con la víctima dentro, hace ahora
dos años. Su hermano mayor, Joshua Alonso, de 26 años, tiene la tutela del
menor. "Por él hago lo que sea. Me estoy matando a trabajar, me he prometido
que nunca jamás le faltará nada", explica.
Lo hace pocas horas antes de presentar el libro No
camiño do vento el pasado sábado en Madrid: una publicación autoeditada
que recoge los
poemas que su madre escribió en vida, desde mediados de 1982 hasta pocas
semanas antes de ser asesinada, en febrero de 2017. "El fuego lo engulló
casi todo, pero este cuaderno se salvó". Un cuaderno donde, ya en los años
noventa, Sesé dedicó un poema a su abuela Herminia, una mujer que describe
como "eternamente de luto": "Mi bisabuela -explica Joshua- fue una mujer
maltratada también por su marido alcohólico". Una genealogía familiar pero
también colectiva: "Fíjate que ya apuntaba algo muy importante. El poema
dice: 'Tu delito fue la pobreza'. Porque es así, cuando no tienes dinero es
mucho más difícil poder salir de la violencia", añade el hijo de Sesé.
Joshua habla también del ciclo de violencia
institucional que comienza cuando acaban los minutos de silencio por el
asesinato de una mujer -988 víctimas mortales desde que comenzó el recuento
oficial en 2003-. "Cuando la casa ardió, no teníamos donde vivir. A los
pocos meses, todos los vecinos [de Chapela, Pontevedra, donde se produjo el
crimen machista] se volcaron e hicieron una colecta de dinero para que
pudiésemos reconstruir nuestro hogar. La ayuda económica que le han dado a
Igor al considerarle víctima de un delito violento ha llegado hace nada.
¡Dos años después! Y con eso ni siquiera podríamos haber pagado toda la
reconstrucción", señala. "Ya no hablo por mí, que soy mayor de edad y que,
además, por suerte, tengo una pareja que me apoya en todo, sino por mi
hermano y por todos los huérfanos cuyas madres han sido asesinadas".
A la pobreza material se suma la falta de recursos:
"Solo con mi sueldo y el de mi pareja no podríamos pagar la atención
psicológica que Igor necesita. Si está yendo al psicólogo cada semana es
porque tenemos una beca
Soledad Cazorla de la
Fundación
Mujeres", denuncia Joshua. "Ya no te hablo siquiera de haber tenido que
batallar contra un papeleo que desconoces y al que te cuesta enfrentarte
cuando acaban de asesinar a tu madre, o de cómo cuando vas a recoger a tu
hermano al colegio ves que los medios están esperando en la puerta. Hablo de
un abandono brutal que no contempla que un niño pequeño necesite atención
psicológica o refuerzo escolar".
En lo que va de año, según el recuento actualizado
tras el asesinato
este lunes en Loeches de una mujer con dos hijos, hay 11 menores
huérfanos, víctimas también de la violencia machista. Joshua Alonso ha
rechazado que alguna editorial publique el libro porque quiere destinar los
beneficios íntegramente a la Fundación Mujeres y a las becas Soledad Cazorla
para niños como Igor. Ni siquiera ha aceptado quedarse con un porcentaje de
lo recaudado para sufragar los gastos que requiere estar a cargo de un
menor: "Creo que sería contaminar la idea del libro. Trabajo como
informático y tanto mi pareja como yo haremos lo que haga falta. Mi madre me
regaló una vez un libro y en él me escribió una dedicatoria que decía: 'Este
libro no te cambiará la vida, pero te unirá más a mí'. Así que publicar algo
tan íntimo de ella solo podía servir para que la gente esté más cerca de
ella y conozca a la verdadera Sesé Mateo. Para eso y para ayudar a otros
hijos sin madres".
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