Después de lo que pasó el viernes y el domingo —los chabolistas de Tablada quisieron asaltar las viviendas que habitaban en las Tres Mil franqueando la barrera de la Policía Antidisturbios y los precintos de los inmuebles— la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía manifestó ayer que «no tiene nada que decir sobre el tema» y el Comisionado para el Polígono Sur que «eso compete a la Junta y al Ayuntamiento».

Es más, tras los altercados del domingo, aún más violentos que los del viernes por la noche, el Comisionado, Jesús Maeztu emplazó a las familias a ayer lunes por la mañana para hablar a lo cual accedieron los chabolistas pero, cuando llegaron a su oficina, este responsable que tiene como misión la reinserción de las familias marginadas en el barrio les dijo que no podía atenderles y que ya se verían otro día.

¿Propietarios?

Sin fecha está también el resultado del estudio que está haciendo Epsa sobre la documentación que les ofrecieron los chabolistas para acreditar los títulos que tiene sobre sus viviendas y ver así si pueden volver a las casas que dejaron huyendo de la venganza de los clanes gitanos tras el tiroteo que acabó a finales de marzo con la vida de un menor en plena calle, si bien todo apunta, —y ya lo dejó caer Maeztu— que las familias no volverán a las Tres Mil, que se reubicarán en viviendas diseminadas por otros barrios de Sevilla.

Es una medida tendente a evitar conflictos entre clanes y preservar la seguridad ante las amenazas de venganza que sufren los chabolistas, los cuales llevan semanas en medio del campo.

Sin embargo ya parece que han solucionado los propios clanes entre sí el conflicto que originó el éxodo y el asentamiento pues el pasado domingo por la noche, en plena calle, los patriarcas de los Marianos y los Caracoleños se dieron la mano y quedaron en volver a verse para detallar las «cláusulas» del acuerdo entre su gente.

En septiembre, el curso

Pero, si el destino residencial de las familias está en el aire —ya recibieron en 2004 42.000 euros por irse de Los Bermejales—, el de los niños que deben empezar su curso el 7 de septiembre, se presenta más difuso aún después de la medida de parcheo que a una semana de que acabe el actual ha adoptado la Junta llevándolos en un autobús por las tardes a otros centros distintos a los suyos para que puedan evaluarse —fueron el miércoles, el puente descansaron y ahora lo retoman hasta el jueves— , dado que los expedientes académicos no han sido trasladados.