Halladas partículas de contaminación del tráfico en la
placenta de mujeres embarazadas
Un estudio ha concluido que la contaminación se puede
transmitir de madre a feto, al encontrar miles de partículas de carbono negro en
el lado fetal de la barrera placentaria
El descubrimiento ha cambiado el enfoque de los
investigadores, que ahora indagan sobre el efecto directo de las partículas
sobre los tejidos corporales
La contaminación atmosférica supone una emergencia
sanitaria según la OMS, que también ha determinado que 90% de la población
mundial vive en sitios donde la contaminación supera los niveles aceptables
Damián Carrington
18.09.2019

Un ultrasonido del feto en útero. Robert Murphy
Se han encontrado partículas
de contaminación
atmosférica en el lado fetal de algunas placentas, un indicador de que los
bebés aún dentro del útero están directamente expuestos al carbono negro que
produce la circulación de vehículos y la quema de combustible. Es la primera vez
que una investigación demuestra que las partículas que respira la madre pueden
atravesar la barrera placentaria. Los investigadores han descubierto miles de
partículas minúsculas por cada milímetro cúbico de tejido en todas las placentas
analizadas.
Ya se ha establecido el vínculo
entre la exposición al aire contaminado y un
aumento en el número de abortos espontáneos, nacimientos
prematuros y bebés con bajo peso al nacer. El informe sugiere que la causa
pueden ser las mismas partículas y no solo el efecto inflamatorio que la
contaminación atmosférica produce en las madres, como se pensaba antes.
El daño al feto tiene consecuencias perdurables y el profesor Tim Nawrot de
la Universidad Hasselt, Bélgica, y director del estudio, afirma: "Este es el
período más vulnerable de la vida. Todos los sistemas de órganos están en
desarrollo. Para la protección de las generaciones futuras, tenemos que reducir
la exposición [al aire contaminado]". Nawrot sostiene que los gobiernos tienen
la responsabilidad de reducir la contaminación atmosférica, pero que las
personas deben evitar las carreteras más transitadas cuando sea posible.
Una evaluación global
exhaustiva ha concluido que la contaminación atmosférica puede ser dañina para
todos los órganos y prácticamente todas las células del cuerpo humano. También
se ha descubierto que las nanopartículas pueden
cruzar la barrera hematoencefálica, ya que miles de millones de éstas se han
encontrado en los corazones de los
jóvenes que habitan en ciudades.
Si bien la contaminación
atmosférica está disminuyendo en algunas naciones, aumenta rápidamente la
cantidad de evidencia del daño ocasionado incluso por niveles bajos. El 90% de
la población mundial vive en lugares donde la contaminación atmosférica supera
los niveles sugeridos por la Organización
Mundial de la Salud (OMS).
El informe, publicado
en la revista académica Nature Communications,
ha analizado 25 placentas de mujeres no fumadoras de Hasselt. Los niveles de
contaminación atmosférica en esa ciudad belga están por debajo de los límites
establecidos por la Unión Europea, aunque superan los de la OMS. Los
investigadores utilizaron técnica de láser para detectar las partículas de
carbono negro, que dejan un rastro ligero y único.
En cada placenta se encontraron
nanopartículas del lado que conecta con el feto. El número de nanopartículas
correspondía al nivel de contaminación atmosférica al que se exponían las
madres. En promedio, las placentas de las madres que vivían cerca de carreteras
principales contenían 20.000 nanopartículas por milímetro cúbico de tejido. En
el caso de aquellas madres que vivían más alejadas del sistema vial, se encontró
un promedio de 10.000 nanopartículas por milímetro cúbico. También se evaluaron
las placentas de abortos espontáneos, donde se descubrieron partículas hasta en
los fetos con doce semanas de desarrollo.
Se recomienda mantenerse alejado de las carreteras
más transitadas. EFE
El primer informe que alertó
sobre la
presencia de nanopartículas en las placentas se presentó en una conferencia
en septiembre de 2018, aunque quedaba por confirmar la composición de las
nanopartículas. La detección de éstas en el lado fetal de la barrera
placentaria implica la alta probabilidad de que los fetos se vean afectados,
sostiene el investigador Nawrot. Ahora se llevará a cabo un análisis de sangre
fetal para hallar posibles partículas, así como una investigación adicional para
determinar si las nanopartículas ocasionan daño al ADN.
En un estudio publicado en
2017, el mismo equipo de investigadores también
descubrió la presencia de partículas de carbono negro en la orina de estudiantes
de primaria. Al examinar cientos de niños, entre nueve y doce años, se
encontró un promedio de 10 millones de partículas por mililitro [de orina].
"Demuestra que las partículas se trasladan desde los pulmones a todos los
sistemas de órganos", sostiene Nawrot.
"Realmente es muy difícil dar
un consejo práctico a las personas, ya que todo el mundo debe respirar", señala
el investigador. "Pero la gente puede hacer todo los posible para evitar las
carreteras muy transitadas. Aunque los niveles [de contaminación] son muy altos
al lado de las carreteras, éstos disminuyen con solo unos pocos metros de
distancia", añade.
El profesor Jonathan Grigg,
cuyo grupo presentó el primer estudio que demostró la presencia de
nanopartículas en placentas en septiembre, ha celebrado la publicación del nuevo
informe y sostiene que también ha ampliado su propia investigación en el tema,
que será publicada en breve. "Vemos pruebas de la presencia de partículas en
todas las mujeres, no es como si fuera un único caso", señala Grigg, de la
Universidad Queen Mary de Londres en Reino Unido. "Implica que todos los días,
estas partículas muy pequeñas están moviéndose dentro de nuestros cuerpos".
"Deberíamos proteger a los
fetos y este es otro recordatorio de que necesitamos bajar los niveles [de
contaminación atmosférica]", recalca, y añade: "Pero la gente no debería estar
totalmente asustada". Grigg explica que el peso total de las partículas
minúsculas identificadas en el cuerpo era pequeño y que se necesita investigar
más para determinar su impacto, pero aconseja a las personas que, en lugar de
automóviles, usen opciones de transporte que contaminen menos o transporte
público.
"Este nuevo campo de
investigación ciertamente enfoca nuestra atención en el efecto directo de las
partículas sobre los tejidos, en lugar de [centrarse en] las otras sustancias
[inflamatorias] que liberan las partículas al ingresar en los pulmones", cuenta
Grigg.
La investigación sobre la
contaminación atmosférica ahora demuestra el daño corporal a gran escala; desde
enfermedades cardíacas y pulmonares hasta diabetes y una
inteligencia reducida, e incluso huesos frágiles y piel dañada. La OMS
considera que la contaminación atmosférica representa una "emergencia
de sanidad pública" y un análisis reciente indica que genera
8,8 millones de muertes prematuras cada año, aunque los científicos
sospechan que esto puede ser solo "la
punta del iceberg".
Traducido por Victoria Villavicencio.
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