PRIMERA VOCAL
Informe de tres técnicos del Mecanismo Nacional de Prevención
de la Tortura sobre el centro para menores «Tierras de Oria»
julio 18th, 2020

Compartimos con todas las personas que nos leen el informe publicado
recientemente sobre las condiciones de encierro que tienen lugar en
«Tierras de Oria», Almería. Se trata del resultado de una
visita no anunciada por parte de tres técnicos del Mecanismo Nacional de
Prevención de la Tortura (MNP) durante la que se mantuvieron encuentros con
el subdirector, trabajadores del centro y menores recluidos en él, con la
intención de comprobar las condiciones en las que se aplican las sujeciones
mecánicas.
Pese a que se trata de un documento de carácter técnico y no
se profundiza en las lógicas que hacen de la contención algo normalizado en
un espacio de estas características, podemos encontrar algunas conclusiones
tan preocupantes como previsibles… Quizás la consideración más llamativa
realizada por las personas que han elaborado el informe es la de que el
recurso a las correas se emplea como castigo contra los menores; lo que
invalida la habitual apelación a que la inmovilización forzosa tiene un
carácter terapéutico. También puede sorprender la afirmación de que en
ocasiones los menores no «estaban alterados ni violentos» antes de ser
contenidos; lo que a su vez desmonta la justificación de las contenciones a
partir de lo que se denomina «cuadro de agitación». Por otro lado, no
existen registros adecuados de estas intervenciones y los técnicos destacan
que los menores ingresados “con una medida de internamiento terapéutico en
salud mental” son contenidos con mayor frecuencia. Además de las
inmovilizaciones realizadas en camas, «se toma conocimiento de una práctica
consistente en mantener sentado en una silla con los brazos engrilletados
por detrás a los menores, custodiado por un vigilante de seguridad», una
práctica realizada en una habitación específica que no queda registrada en
documento alguno.
Creemos que este documento es de suma relevancia para que más
allá de visibilización de la función punitiva de las contenciones mecánicas
y sus consecuencias, se reflexione sobre los pasos necesarios que hay que
dar en aras de lograr su abolición. Atar a las personas (en este caso, a los
niños) no puede constituir jamás una estrategia de cuidado, ya que se trata
de una práctica lesiva en términos físicos y psicológicos que vulnera los
derechos humanos. Quien quiera profundizar al respecto, puede hacerlo en
distintos artículos
publicados en misma web al respecto, pero también en la campaña 0contenciones,
donde encontrará no solo argumentos contra esta práctica sostenidos desde la
ética y la defensa de la salud de quienes sufren psíquicamente, sino relatos
en primera persona sobre la propia experiencia de ser contenida.
En cuanto al contexto que rodea al propio centro, queremos
recordar que la asociación que lo gestiona se llama Ginso, y es
el proyecto personal de un arquitecto empresario de la construcción (sí,
un disparatado perfil profesional que a las autoridades responsables nunca
ha parecido importar) que descubrió un nicho de mercado con la entrada en
vigor de la Ley del Menor en 2001. Ginso
tiene dos muertes a sus espaldas: Ramón
Barrios en el Centro Teresa de Calculta (Madrid) en 2011 e Ilyas Tahiri
en el centro protagonista del informe de esta entrada en 2019. Este último
caso ha alcanzado una notable relevancia mediática, ya que inicialmente la
jueza archivó el caso basándose en el protocolo de actuación en el centro,
a lo que siguió un
recurso de apelación de la familia, la
publicación en los medios de un vídeo donde se aprecia que Ilyas no
ofreció resistencia y es contenido hasta la muerte, y la
actual petición de reabrir el caso por parte de la Fiscalía. Tras todo
ello, el
Defensor del Pueblo ha solicitado a Justicia la abolición de las sujeciones
mecánicas en los centros de menores.
Por nuestra parte no tenemos mucho más que decir, tan solo:
· Es jodidamente triste que tenga que haber muertos para que
las instituciones responsables se planteen la terrible dimensión de las
contenciones mecánicas.
· El sistema es perverso: Ginso se sigue presentando a
concursos públicos y recibe fondos de la Comunidad Económica Europea, la
Junta de Andalucía, el Ministerio de Bienestar Social y la entidad privada
Caixabank.
· La justicia es una mierda, solo así se puede justificar que
una jueza califique como «muerte violenta accidental» el que cinco guardias
jurados reduzcan a un menor, uno de ellos aplastándole con su rodilla la
espalda y otro hundiéndole la cabeza en la almohada.
· Lo que sucede en los centros de menores con las
contenciones sucede en otros espacios de reclusión. Nosotros conocemos de
primera mano la generalización de esta práctica en los centros que atienden
a pacientes psiquiátricos. Su abolición debería ser total. Ayudadnos a
difundir la lucha que estamos llevando a cabo. Lo que no se ve ni se conoce,
sencillamente no existe.
· Si este informe se ha producido menos de un año después de
que en el mismo centro se muriera un chaval en una contención mecánica… ¿qué
demonios es lo que hacían antes de que se les comenzara a investigar?
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