https://www.elconfidencial.com/espana/2019-12-31/denuncian-desatencion-menas-melilla_2395416/
Interior del centro melillense
IGNACIO CEMBRERO
31/12/2019
“Había unos
80 menores en una habitación que no debía
superar los 30 metros cuadrados”, comenta Dunia
Almansouri, consejera de Hacienda de Melilla,
recordando su visita sorpresa, de noche, en noviembre,
al centro de La
Purísima donde están acogidos unos 850
menores extranjeros no acompañados (menas)
tutelados por la ciudad, aunque su capacidad es de un
máximo de 350.
“Duermen a
dos y a tres por colchón en literas de tres pisos, pero
debajo del último se coloca también una colchoneta y ahí
se tumban algunos más”, prosigue Almansouri, que
visitó el centro en calidad de vicepresidenta primera
de la Asamblea de Melilla. “En el suelo, entre literas,
duermen también unos cuantos”. “El hacinamiento es
total”, continúa su descripción al teléfono. “No tienen
ni siquiera pijamas”.
“Y el olor
es aún peor, porque la única ventana de la estancia no
se puede abrir porque la taponan las literas”,
añade indignada le consejera, perteneciente a Coalición
por Melilla (CpM), el partido mayoritariamente musulmán
que gobierna la ciudad autónoma en coalición con
Ciudadanos y el PSOE. “En los baños, encharcados, no vi
ningún producto de aseo”, se lamenta.
Almansouri
redactó, tras su visita, un escrito a la Fiscalía
General del Estado y otro a la sección del Menor de la
Fiscalía de Melilla, en los que denuncia “las
condiciones infrahumanas en las que se encuentran
hacinados” los muchachos y el “pésimo servicio
continuado en el tiempo por parte de la empresa
adjudicataria, incumpliendo de forma flagrante el pliego
de condiciones suscrito”. “Todo ello supone una
vulneración flagrante y manifiesta de todos los
tratados internacionales suscritos” por España
en materia de protección de la infancia.La consejera de
Hacienda tomó además una segunda iniciativa que
anunció el lunes en rueda de prensa: no
prorrogar el contrato con la empresa Arquisocial,
adjudicataria de la gestión del centro, que expira el 7
de enero. Tras mostrar las fotos que había tomado,
afirmó: “Yo creo que estas imágenes son bastante
esclarecedoras de las condiciones del centro y de por
qué esta consejera piensa que firmar este contrato es
ilegal”. “Mi intención es no firmar a menos que
haya un imperativo legal que me obligue a
hacerlo”, recalcó.
Para que los
menores no queden desatendidos, Almansouri propuso
suscribir “un acuerdo de continuidad del servicio” con
Arquisocial hasta que se redacte un nuevo pliego,
adaptado a las nuevas circunstancias de la inmigración
de menores, y se lleve a cabo otra licitación.
La empresa respondió al anuncio notificando un ERE, a
partir del 7 de enero, al comité de empresa. Este votó
iniciar la huelga indefinida ese mismo día. Arquisocial
cuenta con unos 200 trabajadores en La
Purísima, el 70% fijos.
El Partido
Popular, que gobernó la ciudad hasta junio, y adjudicó
entonces el contrato a Arquisocial, es, en cambio,
partidario de renovarlo. Miguel Marín, su portavoz en la
Asamblea de Ceuta, recordó en un escrito que en su día
la Comisión de Bienestar Social dio un mandato en ese
sentido. Por tanto, advirtió, incumplirlo podría
conllevar “responsabilidades penales, administrativas y
patrimoniales”. El empeño del PP muestra, a ojos
de Mustafa Aberchán, líder de CpM, que carece
de “un mínimo de sensibilidad humana”.
La pésima
atención que padecen los chavales de La Purísima, un
antiguo fuerte, es reveladora del problema migratorio
que sufren Melilla y, en menor medida, Ceuta. “Si a los
que están hospedados en La Purísima se añaden los
residentes en otros dos centros [La Gota de Leche y La
Divina Infantita] y también los que están en la calle,
el número total ronda los 1.400”, señala
Almansouri, el 1,6% de la población de Melilla.
En Ceuta,
son unos 420 los que se alojan en un centro municipal, a
los que habría que añadir otros 300 que viven en la
calle, es decir, el 0,85% de la población de la ciudad.
Son, como en Melilla, marroquíes en su gran
mayoría, y su número aumenta al ritmo de 50 o 60 al mes,
según Juan Jesús Vivas, el presidente ceutí. “Nadie da
respuesta ni solución a este gravísimo problema” se
lamentó.