La
muerte de Mariee, una niña guatemalteca de 21
meses fallecida en mayo de 2018 tras enfermar en
un centro de detención para migrantes donde
estaba arrestada junto a su madre, ha llegado al
Congreso de EEUU, en medio del debate por las
condiciones de cautiverio de las
personas indocumentadas.
Su
madre, Yazmin Juárez, ha sido la encargada de
ponerle voz y rostro. "Mi hija Mariee y yo
huimos de Guatemala buscando asilo en EEUU.
Hicimos este viaje porque temíamos por nuestras
vidas", comienza Juárez ante el subcomité de
Derechos y Libertades Civiles de la Cámara de
Representantes, que convocó una audiencia sobre
los menores migrantes y las instalaciones de
detención.
"Vi
morir a mi niña lenta y muy dolorosamente. Unos
meses antes de su segundo cumpleaños, ella dejó
de existir", continúa la mujer en su
intervención, en la que narró su paso por un
centro de detención del Servicio de Control de
Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés), en la
localidad de Dilley, en Texas.
Juárez, que habló en español y estuvo acompañada
por una intérprete, relató cómo durante el
tiempo que permaneció detenida vio el deterioro
a lo largo de los días de la salud de su hija, a
la que describió como "feliz" y "saludable"
antes de entrar a ese lugar.
"Al
cabo de una semana en Dilley, Mariee se enfermó,
mi niña. Primero era toser y estornudar, mucha
secreción en su nariz", sostiene la joven, quien
asegura que la pequeña tuvo fiebre muy alta,
diarrea y vómitos, además de debilitarse y
perder "casi el 8% de su peso corporal".
"Estoy aquí, porque el mundo debe saber lo que
está sucediendo con tantos niños en las cárceles
dentro de la detención de ICE. Mi hermosa hija
se ha ido ahora, pero espero que su historia
estimule al Gobierno de EEUU a actuar para que
niños no mueran por negligencia y
maltrato", argumenta Juárez, quien advierte de
que en dos ocasiones le negaron la atención
médica.
La
mujer, que no pudo contener las lágrimas en
algunos momentos, lamenta que su hija falleciera
semanas después de haber sido ambas liberadas,
cuando se celebraba el Día de la Madre en su
país, el 10 de mayo.
"La
mayoría de los niños son traídos aquí por padres
que buscan una mejor vida para sus hijos, una
vida segura para ellos. Hoy estoy aquí porque no
quiero que otro angelito más sufra como Mariee y
como hoy en día yo estoy sufriendo. No quiero
que otras madres y padres pierdan a sus hijos,
no puede ser tan difícil que en este país, EEUU,
no puedan proteger a los niños", se queja
Juárez.
"No
saben el terror que un niño siente o una madre
siente al tener que ver a muchos niños
encerrados en jaulas pasando hambre, pasando
frío, no tener el calor de un hogar, solo tener
alrededor a cientos de personas pasando lo mismo
que ellos -agregó-. Es sumamente doloroso",
agrega. La mujer ha afirmado también que en los
centros de detención se tiene a "niños
encerrados como si fueran animales".
Su
testimonio despertó la solidaridad de varios
congresistas, algunos de los cuales hablaron en
español, como la demócrata Alexandria
Ocasio-Cortez -quien tampoco pudo contener las
lágrimas.
"Pasamos toda una madrugada durmiendo en el
suelo, en el piso de concreto [suelo de
cemento], donde solo nos daban unas cobijas, le
llaman ellos, que era color grises (...) Ellos
le llaman cobija [manta] a eso. Para mí no es
eso. La comida no era la adecuada para un niño,
no tiene nada de nutrientes que pueda con la
salud de los niños, no tienen la higiene
adecuada para un niño", denuncia la madre de
Mariee. Pese a lo vivido, admite que quiere
quedarse en el país, ya que aseguró haber
sufrido mucho en Guatemala, donde no tiene una
familia que la reciba.
La
discusión en la Cámara Baja tuvo lugar en
momentos en que los centros a los que son
llevados los migrantes en situación irregular
han quedado bajo el escrutinio público por las
denuncias, especialmente relacionadas con las
condiciones insalubres de los menores de edad.
"Hoy
estoy aquí porque lo que quiero es que se
detenga, no debemos dejar que mueran más niños.
Hoy Mariee podría estar aquí, pero no lo está",
sentencia Juárez.
Durante los últimos meses se ha denunciado la
muerte de seis niños en centros de detención, la
última se conoció el pasado 23 de mayo, cuando
las autoridades confirmaron el deceso, en
septiembre de 2018, de una niña migrante
salvadoreña de 10 años.
El
Gobierno del presidente estadounidense, Donald
Trump, ha admitido que existe una crisis
humanitaria en la frontera con México, mientras
los migrantes se hacinan en las instalaciones de
las autoridades fronterizas.